Torni Segarra

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1452. En el momento que haya una intencionalidad, está presente la división. Porque, queremos cambiar la realidad que no nos gusta, por otra realidad que nos satisface, nos da seguridad. Pero, ¿la seguridad puede existir, seguridad que es el producto de un plan, de un método?  

 

1453. Demasiadas palabras para decir, que se acabó. Lo que quiere decir, que todavía tú no has acabado. Cuando uno lo tiene claro que se acabó, no vuelve a casa ni a por la ropa. 

 

1454. El principio no sabemos qué es, cuándo fue. Pero, el final sí que sabemos cuándo sucede: descartar todo lo que nos divide. Es decir, las religiones, la política, los nacionalismos grandes y pequeños. Pero, para que eso se haga realidad, ese renunciar ha de ser ahora, en el presente.

De lo contrario, es como ver que la casa se está quemando y no hacemos nada. Cuando las respuestas a los retos, han de ser ver y responder, sin tiempo. 

 

1455. El hecho es que la justicia, no opera para todos por igual. Por tanto, por qué negarlo. ¿Tú pasas de la política, de tu país y su nacionalismo, de su cultura? Negar algo, como afirmarlo rotundamente, agarrándonos a eso que defendemos, es negativo. 

Porque, todo se puede negar, como afirmar, infinitamente. Así que, se convierte todo en una especulación, una pérdida de tiempo. Cuando no negamos ni afirmamos, es cuando desaparecen los problemas, las disputas, los conflictos. Y es el principio de la paz.

Pero, ¿estamos dispuestos a perder eso que tanto queremos, nuestras ideas, teorías, a todo lo que estamos aferrados? 

 

1456. ¿Qué pasaría si Barcelona o Tarragona se quisieran independizar? Esa posibilidad podría hacerse realidad. Y nos pondría ante el absurdo del invento de otro mini nacionalismo. Y siguiendo así, con ese absurdo, inventar otro nacionalismo de nuestra ciudad, de nuestro barrio, de nuestra calle.  

 

1457. Eso mismo, es lo que dicen los catalanes con respecto del nacionalismo centralista español: que no quieren vivir en ese régimen discriminativo, nacional, étnico, lingüístico. 

 

1458. El nacionalismo provoca división y propone el supremacismo. Pues, ahí está el nacionalismo centralista español. ¿Qué hacemos con él? ¿Le lamemos los pies, lo adoramos, decimos que él no es nacionalismo, no es supremacista? Vivir con el absurdo es muy halagador, pero lleva celos, odio, frustración. 

 

1459. Bienaventurados los libres del nacionalismo centralista español. ¿Es eso posible? Pues, mírense en el espejo de la realidad.  

 

1460. Eso del zasca -molestia vengativa-, tiene su falsedad, su mentira. Pues, es como la misma realidad: cada uno la ve como le conviene. Cuando un jugador de fútbol, hace una entrada agresiva a un jugador rival, unos lo ven adecuado, pero otros no.

Es decir, no puede haber consenso. Por lo que, la realidad es aquello que vemos, se ve según nuestro condicionamiento. 

 

1461. ¿Qué dicen del separatismo de Tabernia -supuesto pequeño nacionalismo-? Pronto empiezan: Yo sí que puedo ser separatista, nacionalista, pero tú no puedes y no te dejaré. Cosa de fachas, carcas, llenos de celos, de odio. 

 

1462. La vida, es como es. Tiene una parte absurda. Y otra parte maravillosa, ordenada, lógica, llena de belleza. Depende de cada cual, verlo y entregarse a una de las dos maneras.

 

1463. Sigues sin entender. Pues, el odio obstruye la inteligencia, la comprensión.

 

1464. ¿Tienes miedo a lo nuevo? Si tenemos miedo de lo nuevo, no saldremos de los corruptos, de su corrupción, ladronerías. Pero, cuando descartamos lo viejo y repetitivo -la corrupción, la inmoralidad-, lo que quede, lo que llega ha de ser lo positivo, el orden.

 

1465. La mejor alimentación es la variada, la holística. El mejor combustible, para los que siempre quieren vencer, es la carne.

La comida moral-espiritual, es abstenerse de comer carne. Y la más moral-espiritual, es abstenerse de productos de origen animal. 

 

1466. Esa es tu opinión. Que no tiene más valor que el que tú le das. Como otros también les acachan a los reyes, aristócratas, ricos, etc., esas mismas palabras ofensivas llenas de odio, envidia.

La pregunta, es: ¿Por qué quieres destruirlo, si él es una víctima -todos los perseguidos lo son-, perseguido por verdugos crueles?

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, os calumnien de cualquier modo por causa de la justicia.