Torni Segarra

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262. Creo que es más adecuado decir: Apliquémonos el cuento. Porque los problemas no son solamente de uno, sino de todos.

 

 

263. El amor a las personas vivas es lo que cuenta; a las muertas es una pérdida de tiempo, que no tienen ningún sentido ni valor verdadero.

 

 

264. Las creencias son una ilusión. Lo que cuenta son los hechos: lo que hacemos de nuestra vida, de nuestros actos cotidianos.

 

 

265. Si no queremos que sean negativos los demás con nosotros, tampoco hemos de serlo nosotros con ellos. Responder de la misma manera negativa como actúan con nosotros, eso es superficialidad, banalidad, vulgaridad. Pues, es como echar gasolina al fuego que queremos apagar.

 

 

266. Eso mismo que tú quieres, también lo quieren los otros. De manera que no podemos darnos tanto valor e importancia exclusiva. Porque lo que tú crees que te mereces, los otros también creen lo mismo.

 

 

267. Cuando algo nos afecta y respondemos, no es sólo por lo que nos dicen sino por lo que tenemos dentro. El que espera a alguien, siempre está esperando que le llamen. Pero a veces llaman y decimos: ya está ahí; pero puede que no sea a la persona que esperamos.

 

 

268. Si pedimos siempre, eso no tiene fin. La vida no tiene fin. Así que, eso que pedimos se nos manifestará de una manera o de otra, aunque no sea exactamente lo que nosotros queríamos.

 

 

269. Lo primero que hemos de enseñarnos es a serenarnos, a dejar la ansiedad, el estrés. Si es así, todo lo nuevo que estaba oculto en complicaciones, oscuridad, celos, envidia, rabia, se convierte en la dicha del vivir.

Aunque no hay nadie que nos pueda enseñar cómo nos liberamos de todo eso negativo. Sólo uno ha de ser capaz de ver la trama en la que estamos enredados.

 

 

270. El amor es caprichoso. Puede venir, pero como no se puede retener, desaparecer. Y volver a llegar. Y volver a desaparecer. En una dinámica que no tiene fin.

 

 

271. Creerse que somos excepcionales, especiales, diferentes de los demás, es el error común a todos. Así que, eso que creemos que es sólo nuestro, es también común a todos.

 

 

272. La vida no dice ni pide nada, ella nos obliga. Por eso, hay que atenerse a lo que es, a la realidad. No inventar lo que debería ser, lo que me gustaría que fuera.

 

 

273. Vivir no sabe nadie cómo hacerlo. Todos copiamos de los otros, porque todos somos iguales. Y eso quiere decir, que no nos hacen falta los maestros, los gurús. Ya que somos nuestro maestro y el discípulo.

 

 

274. No nos gusta la realidad. Y por eso, inventamos otra realidad que sí que nos gusta. Pero eso, es una trampa, una mentira. Que nos divide de la realidad, de lo verdadero, y nos llena de miserias, problemas, desgracias.