Torni Segarra

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Cuando uno habla con las personas que se interesan por la vida, encuentra que hay un momento en que les cuesta avanzar. Ese momento, es cuando tienen que descartar su manera de vivir, descartar sus opiniones e ideas, y encararse con la realidad. Admitir que uno está condicionado, y por tanto no tiene libertad, admitir que es vulgar y repetitivo, es algo que molesta reconocerlo. Porque, nos han dicho que somos libres, somos modernos e independientes; y que con todo eso, ya lo tenemos todo solucionado. Algo que, también, refuerza la idea de que alguien está en el lugar adecuado, que va por el mejor de los caminos, es su aspecto exterior; ya que así, nos sentimos miembros de algo que no se sabe lo que es, pero que nos ayuda a no sentirnos tan solos y desamparados. Pero todo esto, forma parte de la vulgaridad y de la superficialidad. Todo lo dicho, no es ninguna novedad, pues todo es una continuidad, que se repite y se repite.

A todo esto, hay que añadir un rechazo a todo lo de la generación anterior. Ha habido momentos de revolución, con sus matanzas, que parecían que todo iba a cambiar; también ha habido momentos en que la consecución de la libertad, parecía que se hacía realidad. Pero esa libertad conseguida, era a costa de los demás. Y como siempre, fruto de una alucinación, ya sea inducida por las drogas, o por las mismas ideas y teorías de siempre: políticas, alentadas por la moda del momento, espirituales o de liberación. Pero, si tuviéramos nuestra mirada en la eternidad, veríamos que fútil y repetitivo es lo que ocurre, cuando creemos que vamos a cambiarlo todo. Y por eso, lo primero que se manifiesta cuando todo parece que va a cambiar, es el aspecto externo. Y eso, que puede estar muy bien, si no va acompañado de un cambio radical en la psique ¿qué sentido tiene? Porque la crisis, es una crisis de la conciencia. Podrán hablar de la economía, de la moralidad, de la libertad necesaria; de la política y su intento de poner orden, con una sociedad más justa e igualitaria.

Pero todo eso, no tiene ningún sentido ni ningún valor, si no vemos la necesidad de un cambio radical en nuestra psique. En la que vea, todo el condicionamiento, que hace que genere nuestra manera de vivir y que ha construido está sociedad tan corrupta e inmoral.

Nosotros estamos acostumbrados a vivir, aunque siempre hay una crisis, con toda clase de comodidades: nos sobra comida y ropa, hay residencias y asilos, hay abundante dinero para festivales de toda índole. Y todo eso, nos tiene alucinados, nos hace ciegos, a lo que hay, que no queremos ver. Pero hay muchas personas, que ni siquiera podrán gozar en su vida de un baño con comodidad, ni tener una habitación para estar reponiéndose y a gusto, ni tienen ninguna seguridad y viven al día. Pero, por qué, si tan modernos y cosmopolitas que son, no ven todo lo que está sucediendo vaya donde vaya, por todo el mundo. No les molesta ver como sufren las personas, con su absoluta falta de libertad, de respeto y dignidad.

Pero el problema está, en que si que lo ven, pero no quieren hacer nada al respecto, para que todo cambie, porque eso conlleva que tenemos que cambiar nuestra manera de vivir, tan superficial, tan repetitiva y rutinaria. Es decir, lo que más nos cuesta es tener que renunciar a algo, descartar, ceder tantas cosas que son banales, pero que le damos tanta importancia. Y por eso, toda revolución, todo intento de cambio, se queda en palabrería, en ruido, en un exhibicionismo externo. Y ahora, sobre todo los más jóvenes, al ver que la anterior generación ha fracasado, tienen que hacer algo para que el dolor y el sufrimiento tan atroz, cese y no nos destruya, tanto psíquica como físicamente.

¿Lo harán? O serán engullidos por la vulgaridad y la superficialidad; y serán arrastrados sin poder reaccionar. Porque una vez, está uno encajado, todo se vuelve más complicado a la hora de descartar lo negativo. Pero siempre, está la oportunidad de ver la necesidad de hacer algo, para que vivamos siendo libres y gozando de lo que hacemos a cada momento. Pero, todo eso no tiene ningún sentido ni significado verdadero alguno, si uno no vive en su vida cotidiana, todo eso que quiere para los demás. Porque, si tú lo vives, ya está todo hecho. Porque, es más importante vivir la emancipación y la libertad, que divulgarla.