Torni Segarra

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* ‘Respeto la postura. Pero en mi vida, elijo yo’.

Tal vez, creamos que elegimos. Pero, lo que elige es nuestra programación. Estamos programados como cristianos, budistas, musulmanes, judíos, como de centro, de derechas, de izquierdas, como creyentes o no. Y todo eso, es lo que nos hace elegir. Pero, en esa elección no hay nada nuevo, porque lo que llegará será una repetición de nuestra programación: división, conflicto, confusión, desorden, violencia, y las matanzas en masa de las guerras.

Por eso, para que llegue lo nuevo, hemos de morir a lo viejo y conocido. Que es el pasado, que proyecta el presente, el futuro.  

 

* ‘Pero creo firmemente que soy quien elijo y no mis programaciones. Porque soy consciente de que soy consciente’.

Entonces, si estás libre de tu programación. Serás una persona liberada del ego. Es decir, el ‘yo’, no podrá operar. ¿Es eso posible si tu mente, y la de todos participamos de la mente universal, global?  

 

* ‘A mí ego no lo dejo imponerse. Si, yo el liberado’.

Si te impones al ego, eso te divide de él, entras en conflicto. Y provocas la violencia, la guerra -aunque tú no lo veas, creas que eso es imposible-. Si tú dominas, el ego, el ‘yo’, sería tanto como dominar nuestras vidas, dominar la vida. Y la vida no se puede gobernar, pues ella es ingobernable.  

 

* ‘Te digo que mí ego quedó aplastado. No lo alimento más’.  

Hay que aclarar que el ego, el ‘yo’, está ahí cuando te identificas con tu país, tu nacionalismo, tú religión, con tu familia, los hijos, el esposo. Cuando te identificas con tus ideas, creencias y dices: ‘Te digo que mí ego quedó aplastado. No lo alimento más’. Porque, te divides de los otros que dicen lo contrario.

Para que el ‘yo’ no opere, has de hacer las paces con él, de manera que cese el conflicto entre tú y él, entre lo que tú dices y lo que el ‘yo’, dice. Y entonces, cuando no ganas tú, tampoco gana el ‘yo’. Es decir, está quieto, no opera, hay paz.   

 

* El miedo es común a toda la humanidad. El miedo llega porque nos sentimos inseguros, y creemos que hay algo, alguien, algún lugar, donde no tendré miedo y encontraré la seguridad. Pero, resulta que la seguridad no existe en absoluto, sólo existe la total inseguridad. 

Así que, cuando comprendemos que cualquier camino que pisemos, vamos a encontrarnos con el miedo, la inseguridad. Entonces, la ansiedad y el miedo no operarán. Y no buscaremos la seguridad en nada. Llegará la paz, la ausencia del miedo y la ansiedad, desasosiego.  

 

* Ya le están programando. Seguramente no se escapará. Será un devoto, fraile, sannyasi -renunciante completo-, obediente, seguidor sumiso. Y se creerá que su religión, las supersticiones, son verdaderas. Pero, internamente estará dividido, fragmentado, en conflicto, en lucha con todo el mundo.  

 

* ‘Una vez un Sadhu (Ermitaño) estaba sentado en un bote con otros cruzando el río.

De repente, una corriente rápida se apoderó del bote y comenzó a balancearse.

Se inicio del agua llenando el bote. Toda la gente entró en pánico y comenzó a sacar agua del bote y tirarla al río.

Pero el Sadhu estaba tomando agua del río y metiéndola en el bote.

Toda la gente le gritó, pero él continuó vertiendo el agua en el bote.

Respetando su condición de Sadhu, nadie lo manejó físicamente.

Después de un tiempo, la corriente disminuyó y el bote se mantuvo estable.

El Sadhu comenzó a verter agua del bote al río.

La gente le preguntó con una mezcla de sorpresa y frustración: "¿Por qué no sacaste el agua del bote, cuando era necesario? ¡¡Ahora no es necesario, y estás sacando el agua !!".

Sadhu dijo, es muy simple. Antes de que Dios pareciera querer ahogar el bote, y yo estaba ayudando; ¡Ahora parece que Dios quiere que el bote no se ahogue y estoy ayudando!’. 

Eso demuestra lo astuta que la mente puede ser. Pues, ella puede inventar todo lo que le conviene.   

 

* No seamos inocentes, la venganza no es contra un muerto, es contra los herederos, sus amigos, los que lo defienden.