Solamente estoy informando. Pero, vuelvo a decir, Amilcar, que desafortunadamente los que tienen poderes psíquicos son un impedimento que hay que descartar. Pues, ellos nos dividen de lo real y nos llevan a lo que seguramente puede ser, que nunca se podrá demostrar.
Las opiniones de los demás, los que trabajan para el establishment, qué importancia tienen. Son muy previsibles, pues no se van a salir del guion: siempre quieren ganar, vencer, triunfar, la vanidad les puede. Una persona así, lo que diga ¿qué sentido tiene verdadero? En ese deseo de triunfar y vencer, encuentran la energía, pero no lo pueden dominar ni separarse de él. Ese es su drama, nuestro drama. La diferencia está en que ellos no lo ven. Y algunos sí que lo vemos.
La diferencia entre lo que haga uno o haga otro, no existe. Pero, los resultados sí que existen. Y es a esos resultados a los que hay que atenerse, atender.
Sí, es parte de lo real. Como lo es el consumo de alcohol, de drogas, participar en guerras, lanzar bombas sean los terroristas o los militares.
“¿Es el mismo, aquel que hoy valora lo que ayer despreciaba profundamente?”.
¿Por qué no? Si él considera que estaba equivocado, por qué no puede cambiar. Todo el secreto está en morir a todo a cada segundo. Lo de ayer, lo de hace una hora, lo de hace un segundo, ya no cuenta. Lo que cuenta es el ahora. Y él ahora es sin tiempo, donde se genera siempre lo nuevo.
Por lo que hacéis os conoceremos. Haz lo que yo te digo, pero no hagas lo que yo hago.
“¿Se puede desde el cuerpo, acceder a aquello que lo proyecta?”.
Esa pregunta es confusa, deberías de aclararla más. El cuerpo es el vehículo de la mente. O la mente es el vehículo del cuerpo. El cuerpo tiene sus limitaciones y la mente tiene las suyas.
¿No crees que los poderes psíquicos, son igual de peligrosos que las drogas, que ser un adicto al alcohol, o a la violencia al nivel de echar a matarse?
Somos la mente, Patricia, que está ubicada en el cuerpo, conectada con el cerebro, con los pensamientos. Porque si el cuerpo muere, ¿qué pasa contigo, con tu ‘yo’? Que es lo que somos: también desaparece. Nos pasará lo mismo que a los animales: el fin.
“¿Son diferentes el absoluto proyector y la limitada proyección?”.
Todo es una unidad indivisible. Hay unos que lo ven y otros que no lo ven.
Ya vas entendiendo por qué son peligrosos los poderes psíquicos, ¿por qué no son accesibles a cualquiera?
Primero, el que dice que sabe no sabe, porque todo no se puede saber. Y lo más importante los poderes psíquicos, se convierten en una muleta, como ya se ha dicho, convirtiéndonos en disminuidos mentales, en personas divididas y en conflicto.
La unidad de la que hablo es a la que se refiere a todo lo que existe: a tu cuerpo y tu mente, a la naturaleza, a todo el universo.
Permíteme que diga que el dolor psicológico, el existencial, para qué cese has de recorrer todo su proceso hasta llegar al fin de la mente, haciéndote uno con él.
Un momento, a la profundidad que estamos hablando, unidad quiere decir unidad eternamente. (¿Por qué no escribes tu nombre de ser humano?).
La pureza interna es la verdadera belleza, la alegría y la gratitud.
Los poderes psíquicos, son una parte de nuestro condicionamiento, fruto del ambiente en que hemos vivido, visto, etc. Es decir, ¿sin el terreno preparado, pueden llegar los poderes psíquicos?
“¿Podría alguien ser consciente de que ha alcanzado el despertar, si en el momento en que eso se alcanzase no pudiese estar ahí?”.
No. Si uno despierta, eso es cosa de él mismo. Pues, muchos no lo comprenderán, incluso lo pueden tachar de alterado o loco.
Unidad eternamente, infinitamente. Que es lo que es el universo: una unidad interrelacionada con todo, por siempre y para siempre.
Tan liberada como estás y no lo demuestras complaciendo y facilitando las cosas, siendo con más amabilidad, suavidad y dulzura. Ponte en nuestro lugar.
“¿Cómo podríamos distinguir a la Realidad de lo ilusorio?”.
La realidad es lo que no se puede alterar. El sol, la muerte, la risa y la tristeza, la maldad y la bienaventuranza, la amargura y la gratitud. Todo eso y más, nos guste o no, es la realidad.
El cuerpo muere, la mente también, lo que perdura es la conciencia.