¿Por qué dependemos de una persona en particular para quererla y que nos quieran. Jugar de esa manera, es jugar a perder. Porque la seguridad no existe. Sólo existe la absoluta y total inseguridad. Y buscarla, maquinar para encontrarla, es seguir con esa inseguridad, pero agotados, defraudados, frustrados.
Amar significa aceptar totalmente la realidad de la vida, sus maneras, sin huir ni pretender cambiarla, sin aferrarse a ella. Porque nos hemos dado cuenta que es imposible. Y todo intento de cambiar lo imposible nos deja en la amargura del fracaso, en la impotencia del querer y no poder.
Pero, si uno comprende y acepta todo lo que sucede, y nos sucede, en la vida, entonces todo tiene otra dimensión, que es la del amor.
Cuando uno está enamorado, es como estar poseído, como estar en trance, por eso hace toda clase de prodigios. Si esa posesión es con alguna persona en particular, se pueden hacer toda clase de tonterías: torturarse y sacrificarse, entregar la vida y todo lo que tiene, perder el sentido del pudor y la decencia, etc. Pero la sorpresa llega cuando nos damos cuenta que era una ilusión momentánea, temporal, donde ya no queda nada más que cenizas de eso de lo que estábamos aferrados.
Si acepto lo que soy total y absolutamente sin huir de ello, es cuando vamos más allá de eso que soy y vivo libre.
Si eres completamente libre para querer y odiar, ese caos te va a llevar al orden.
El caos lleva al orden. Y ese nuevo orden, a su vez, nos vuelve a traer otro caos. Y así, con esa cadena de enlaces es como vivimos. O lo que es lo mismo: la vida es destrucción, amor y construcción.
Pongamos, María, que estás en casa porque te has torcido el tobillo y no puedes caminar. Pero tú necesitas salir a la calle para sentirte libre. Pero, no puedes, ¿verdad? Entonces si comprendes ese hecho de que tienes lesionado el tobillo, y hagas lo que hagas no vas a poder caminar, si lo comprendes de la misma manera e intensidad como cuando ves un peligro, como la proximidad de un animal salvaje que va hacia ti, entonces esa misma comprensión de tu situación, te hace libre, te hace que vivas en orden. Y en todo eso está implicado el amor.
Decir que la libertad ya está ahí es una simpleza, superficial. Para saber si uno es libre, tiene que ver y descartar lo que no es libertad. ¿Puede alguien que vive en conflicto, en corrupción etc., ser libre? Puedes decir que sí, Tanya. Pero, si no lo vives, asumiendo las consecuencias de tus conflictos y tus corrupciones –robar y explotar a los demás, que te quieren atrapar y ajustar cuentas contigo-, eso ¿qué sentido tiene?
Pase lo que pase, se haga lo que se haga, desde el principio hasta el final ha de estar el amor. Y el amor no pone trabas, prohibiciones, ni reglas, ni discriminaciones. Somos nosotros, y las ganas de ser los directores, los que inventamos todos esos obstáculos para que el amor pueda ser con todo el esplendor. Siempre nos va a faltar amor. Así que ahí estamos, necesitando mucho amor.
La homosexualidad, es una actividad sexual física, que puede llevar consigo el amor. ¿Qué diferencia hay con la actividad sexual entre una mujer y un hombre? Solamente hay una, que los homosexuales, están fuera del plan natural de la reproducción. Pero, ellos quieren y necesitan ser homosexuales. Así que, ningún problema. Pues el amor acepta y abarca todo y a todos, sin exclusión alguna.
La cuestión es esa: la mente –el pensamiento, etc.- no tiene que parar nunca. Así que hagamos lo que, y digamos lo que tengamos que decir, eso no va a cambiar el hecho de que la mente es el eje y la raíz de la vida psicológica, de palabras, pensamientos, imágenes.
Podemos pasar el resto de nuestras vidas diciendo que todo es una ilusión, que no existe nada, etc., el resultado final no va a cambiar: la mente seguirá operando a su manera.
Usar un método para que llegue la felicidad, es lo mismo que usar un método para eludir la muerte. La felicidad no existe, es una ilusión, una proyección de la mente, no es un hecho. Podemos convertir ese hecho en algo que decimos que es la felicidad: la alegría, el gozo de vivir, pero eso no cambia el hecho de que la felicidad no existe.
Al igual cuando decimos que la muerte no es el fin, cuando hablamos de la reencarnación, del cielo, del paraíso, etc., eso tampoco son hechos. El hecho es el fin de la existencia.
Ser vegano no nos libra de poder sufrir todas las enfermedades. Eso es una tontería. Sería lo mismo como el que es buena persona, y se creyera que está libre de la enfermedad, la decrepitud, la vejez y la muerte. El vegano lo es por una actitud moral, para abstenerse hasta las últimas consecuencias posibles de hacer algún daño a los animales, a todos los seres vivientes. Si pudiera vivir sin comer, lo haría. No hay beneficio personal, es como en el amor.
“Tengo el pensamiento abierto para aceptar lo que puede suceder en cualquier momento”.
Puede que no sepas lo que estás diciendo. Porque hasta que no pasamos por algo directamente, no sabemos cómo podemos reaccionar. O, sí que lo sabemos: miedo y temor, o alegría y felicidad. Pues, tu mente no es solo tuya, ella forma parte de la mente global y piensa como todas, nos guste o no.
Enamorarse y desenamorarse es cuestión de la libertad que tenga cada cual. En realidad si uno tiene amor, ¿puede dejar de enamorarse de las personas, de los animales, de los árboles, las plantas, las flores, de todo lo que existe? No podrá.
El impulso de la vida es poderoso y aparece en cualquier lugar propicio. Pero, esa misma vida lleva en sí el impulso, el mandato de la destrucción. Así que la vida es destrucción y el mandato de la construcción.