¿No nos damos cuenta que cuando tenemos una causa, nos hacemos arrolladores, brutales? Pues, esa causa hace que justifiquemos los medios que usamos para conseguir lo que nos proponemos. Los nacionalismos, ya sean grandes o pequeños, están dispuestos a hacer lo que haga falta por ese nacionalismo, y su nación o país, y lo mismo sucede con las religiones organizadas, todas enfrentadas entre ellas.
Ahora bien, ¿podemos vivir sin un motivo, una causa, un plan, una idea, sin que nos convirtamos como un tronco en un río, arrastrado por el agua a la deriva? Eso quiere decir, que ha de haber discernimiento, de manera que la acción sea completa y total, llena de energía, cuando haga falta, a la hora de responder a un reto.
Nadie te puede llevar a la verdad. Sólo tú.
El problema está en que todos queremos más. Queremos que nos amen y atiendan a todas horas, ¿eso puede ser?
Creo que te escapas. Yo voy a tu casa y te pido dinero hoy, mañana vuelvo y también te pido, al otro también y así todos los días. ¿Qué harás, me darás cada día el dinero que te pido? Luego digo que quiero vivir en tu casa y que te hagas cargo de mis necesidades. ¿Cómo resolveremos ese problema?
Creerse algo especial, como un elegido, es una ilusión, porque todos también piensan lo mismo. El problema eres tú y lo que haces con tu vida: si tienes amor –no sexo, pues el sexo no es amor- , qué haces con tu energía, tu dinero, todo lo que tienes, etc.
Pensar en que los demás son los que tienen la llave de nuestra felicidad, es infantil y superficial, pensar que tienen una obligación con nosotros es una ilusión irreal.
¿Qué se puede esperar de una sociedad tan corrupta e inmoral, que los que roban a montones campan por las calles y los que roban una gallina van a prisión, donde son tratados como peligrosos delincuentes, mientras para esos ladrones de cuello blanco todo son facilidades, mentiras y falsedades, para que no tengan que hacerse cargo de sus robos y maldades? ¿Hay algún ladrón de cuello blanco, que roba millones, que devuelva el dinero al estado, a los deudores a los que ha robado? Una sociedad así, es desordenada y todo lo que haga va a generar más desorden, que se manifiesta en eso que vemos cada día: por eso las mentiras, la falsedad, las explicaciones infantiles son una burla y a todos.
En la vida hay unas personas que ni sueñan ni quieren conseguir sus sueños, solamente se atienen a la realidad y la viven con gozo y alegría. Todo lo demás son cuentos infantiles, ilusiones románticas, huir de la realidad que la vida es, como es, y no hay más.
¿Un gran amor que es una chispa, para un ratito, para qué nos sirve? No nos equivoquemos, eso a lo que llamamos amor, es sexo y necesidad de seguridad.
La realidad de lo que es la vida, es más importante que lo que queremos, deseamos e inventamos. Puede que haya una satisfacción momentánea al conseguir algún deseo, pero irremediablemente el dolor va con ello. Por tanto, si nos atenemos a la realidad de lo que son las cosas, la inteligencia llegará con su orden, que es amor.
¿Y lo que digan unas encuestas dominadas y mediatizadas por la industria del cine, eso qué valor tiene? Todo lo que sale de la factoría de Hollywood, es mundano, superficial y hecho exclusivamente para sacar abundante dinero. Y el dinero está en contentar a la gente, darle placer y más placer, con sus mentiras y falsedades. Pues, el placer siempre nos lleva al dolor.
Para ganar uno, otro tiene que perder. Por eso, la pregunta es: ¿Y si nadie pierde ni nadie gana? ¿Es eso posible o es una ilusión? Físicamente no puede ser, porque para poder vivir hay que comer. Y comer quiere decir matar a eso que comemos. Pero psicológicamente, si uno va más allá de su propio deseo, entonces ni pierde ni gana, solamente vive ateniéndose a la realidad de lo que es.
Antes de llegar a la esencia de algo, la realidad, cualquier reto, habrá que estar libre y desacondicionado, ¿no? Pues ese es el problema, primero liberarnos del pasado, del condicionamiento. Para que la verdad pueda florecer.
‘Si puedes soñarlo, puedes lograrlo’. Pero, la pregunta es: ¿para qué es eso que queremos conseguir?
Mucha poesía para decir lo que creemos que hace de especial la mujer, sin darnos cuenta que eso mismo es lo que hacen todos los seres humanos. ¿Por qué ese deseo de dividirnos entre mujeres y hombres, entre negros y blancos, entre americanos y europeos, entre jóvenes y viejos? ¿Es por qué no nos soportamos nosotros mismos, vivimos en la desdicha siempre deseando algo, que tal vez, no es posible?
Lo más vulgar que hay es querer triunfar. Y para triunfar es preciso montar numeritos, hacer tonterías, como que tu vida sea un espectáculo, además de pasar por el aro de los que mandan. Uno que no obedece al establishment, ¿puede triunfar como triunfa en escritor, un actor, un pintor, un músico, un deportista, un científico? No lo puede, pues los que mandan del establishment invierten su dinero en todo lo que es necesario para ellos triunfar, ganar más. Por eso, los que triunfan todos acaban haciéndose amigos de los reyes y príncipes, de los políticos, de los que mandan, de los ricos, se fotografían con ellos riéndose y satisfechos, participan de sus necesidades propagandísticas. ¿Por qué quieren esos que mandan hacerse amigos de los triunfadores? Porque, esos no son peligrosos, se han vuelto como corderitos obedientes a ese establishment, que los usa para sujetar y blanquear ese corrupto e inmoral poder.
Pero, el resultado es que todos forman parte de la misma cadena; participan de la corrupción y la inmoralidad por la que se rige la sociedad, participando en su máxima expresión. No hay salida, porque esos que triunfan necesitan seguir triunfando, además de en lo suyo propio, también lo necesitan mediáticamente. Por lo que están atrapados, se han hecho adictos a esa manera de vivir, como lo están los drogadictos.