Torni Segarra

Seleccionar página
Enghelbertb. ¿No te das cuenta que una persona de hace medio millón de años podía ser igual de feliz que ahora? Al no conocer otra cosa que lo que tenían ente manos, no había división en él.
El dolor aparece cuando hay división. Cuando uno sabe que existen los coches y yo no tengo ninguno, cuando todos llevan reloj y yo no tengo, ni tampoco tengo chalet para ir a descansar, o la escopeta repetidora para cazar, etc. Ahí está el origen del dolor. No en el tiempo pasado o el presente, el futuro. La solución del dolor es atemporal, Solamente uno tiene que ir más allá de si soy guapo o no, de si las mujeres bonitas no las puedo tocar, etc.
 
Libiana. Ese es el problema que no nos investigamos a nosotros. Si hablas con las personas, ellas quieren hablar de los otros, para destruirlos, para vencer y triunfar. Nunca comprenden ni les interesa comprender a los otros, porque su diversión y excitación es hablar de los otros. Porque ellos nunca quieren hablar de ellos mismos, conocerse tal cual son, con su estupidez, con el quiero y no puedo conseguir eso que quiero. Y como no comprenden, no se dan cuenta que ellos son lo mismo que los que quieren vencer, destruir. Por lo que hay siempre una lucha interna, que es la división. Que al exteriorizarse, va a generar indolencia, insensibilidad, contienda, daño y violencia.
Por eso, todo el problema es uno. El problema está en uno, Y es solamente uno el que lo tiene que resolver.
 
Por eso, el amor, o dios, es sin conflicto entre lo que tengo, lo que soy -confuso, desordenado, impotente- y el deseo de conseguir eso que creo que me dará confort, placer. Pero si comprendo que el conflicto me deja en el dolor, es cuando el conflicto cesa. Al ver toda la peligrosidad del conflicto, como si viera un río embravecido donde no me puedo bañar.
 
"Me imagino Toni que tú ya has creado en tu propia vida, llámese familia, entorno, un lugar de amor, perfecto como el que aspiras".
Carmen. Eso no lo puedo responder yo, tendrían que responder los que me conocen y conviven conmigo. Pero, de todas maneras ten por seguro que esa corrupción tan descarada, indolente e insensible, no la haría. Puedes decir, ‘Si tú estuvieras en el poder como están ellos, también lo harías’. Puede que sea verdad. Pero por eso, me cuidaré mucho de no tener tanto poder para decidir de la vida de los demás como lo hacen ellos: mintiendo, falseando la realidad. Porque la religión sin compasión ni amor -no solamente a los que viven conmigo, mis amigos, mis parientes, si no con todos, con los que viven en la otra parte del mundo- qué sentido tiene, qué valor real tiene. Porque hay de sobra para todos: de alimentos, de máquinas, de ropa, etc. Sólo falta la verdadera voluntad de querer ayudar y que se solucionen los problemas.
Pero no lo harán porque están dedicados a su vanidad, a su placer de la vida que llevan -como una casta aparte-. Y si dejaran de vivir como lo hacen, sentirían el mismo mono -síndrome de abstinencia- que sienten los adictos a las drogas. Y eso es pedir mucho a una persona. Por tanto, uno tiene que investigar e informar, sin forzar ni obligar. Porque entonces el amor no podría ser. ¿Dónde hay esfuerzo, con su crueldad, puede haber amor?
 
Lo que planteas Enghelbertb, deberías de preguntártelo tú. Porque mi vida no está llena de sexo activo, vivo sin mujer. Aunque he tenido una relación de pareja durante unos siete años -con sus rupturas/salidas y vuelta a empezar-. Por lo que el sexo no es algo determinante para poder vivir -el sexo con una pareja, no la ausencia de sexo y su deseo-. Creo que todo está en la comprensión. Si uno pierde la capacidad para poder penetrar a una mujer -porque el pene no erecta-, es cuestión de comprensión. Es lo mismo que sucede a los alpinistas, que llega un momento en que no pueden escalar, les sucede a los atletas, etc. Por eso, en la comprensión de lo que es, de la realidad, está el fin del dolor.
 
Bueno, Fernando, tú que está empeñado en resolver eso de, ¿quién es el que dice la pregunta, el que tiene problemas? Tendrás que resolverlo tú. Es como si te preguntara: ‘Por qué me salen las palabras cuándo escribo?’ ¿Tiene eso explicación o es una pregunta que no tiene sentido para nosotros que ya lo hemos tratado tantas veces? De todas maneras, empecemos otra vez: ¿Quién es Fernando, es diferente del que piensa que no es, o sí que es Fernando? Tenemos la capacidad de negar la realidad, de jugar con ella, inventando otra realidad, pero el sufrimiento y el dolor, nos dirá que estamos equivocados. Así que, cavar por cavar, es cosa de tontos, aburridos, como jugar al billar, o al ajedrez.
 
Aparte de ayudar, que tiene su valor, está el hacer las cosas para que eso tan negativo, como el hambre, las muertes por las calles sucedan sin nadie que los ayude en esa agonía. Por tanto, como tú bien has dicho, el problema lo tiene que resolver primero uno dentro de sí.
Y hay algo en el documental que es esclarecedor, cuando una mujer cooperante o visitante a un centro, le dice a Teresas de Calcuta, que hay un niño de quince años que se está muriendo porque tiene una infección. Y le dice, que si lo llevan en un taxi a un hospital se salvará. Y Teresa de Calcuta le contesta: ‘No lo haré. Porque si lo hago con él lo tendré que hacer con todos los demás’. Y ese mismo argumento, es el que esgrimen los hindúes para justificar que ellos no hacen nada con los moribundos, que hay por la calle, porque si lo hacen con unos, lo hacen de hacer con todos los que hay. ¿Te das cuenta, Carmen, donde estamos? Todos estamos en el mismo barco. Y, ¿por qué tanto ensalzar y encumbrar a una persona como otra, por ya sea lo que haga? Pues sin la ayuda de muchísimas personas, ella misma no podría hacer nada. Por lo que todo es una propaganda, una especie de divísimo. Muy propio de católicos, y de la mayoría, cuando dicen que Jesús es el único hijo de dios -menuda tontería, pues ese dios sería racista y cruel cuando no reconoce a toda la humanidad como a sus hijos-. Y ahí está el papa, como el campeón de unos juegos, el campeón de la liga de fútbol, o los reyes, o las estrellas de música o las actrices. ¿Por qué se creen que solamente son importantes ellos? ¿Por qué consentimos esa situación tan inhumana de hacer a alguien como si no fuera humano sino el elegido por dios?
Y desde ahí, todo eso de los hambrientos, de los moribundos por las calles, llega como consecuencias de la indolencia y la insensibilidad hacia unos. Desde donde nace la división, el conflicto y la confusión, con todo su desorden. Por tanto, mientras no haya orden primero interno, externamente seguirá el desorden, la crueldad del morir de hambre, echando como estamos haciendo millones de toneladas a la basura.
 
‘¿No quedábamos en Advaita que el Ser y lo pensado y/o escrito son lo mismo?’
 No, todo es la conciencia, la percepción, que ella misma se divide haciendo toda clase de preguntas.
 
Creo que la conciencia, sin el ‘yo’, es lo último que podemos decir.