Torni Segarra

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La mejor medicina es la del amor. Y si uno tiene amor, sabrá lo qué tiene que hacer para resolver un problema cualquiera: enfermedad, de exceso de fuerza y vigor, etc.
 
Para José Carlos Díez, profesor de Economía de ICADE. He leído tu entrevista en el diario…, 31—5—2013. Gracias por las informaciones y comentarios.
Lo que más me ha sorprendido de lo que has dicho en la entrevista es que solamente quieres que tu país sobresalga y se desarrolle en avances tecnológicos, en cuanto a títulos de ingenieros, en cuanto a innovadores, etc., para así vencer a los otros países. Como una especie de liga para conseguir ser el campeón. Y por eso, siempre saldrán unos perdiendo. Cuando no se trata de que hay unos vencedores y unos perdedores. Porque, en un negocio que solamente ganen unos, ese negocio es un mal negocio, porque va a generar división, conflicto, violencia y guerra. Que es lo que está pasando, ha ocurrido y ocurrirá, si es que no sabemos ver todo lo negativo de nuestra manera de vivir.
Y cuando tú te quejas que los países más poderosos que el tuyo, os aprietan en exigencias, porque son más desarrollados que vosotros en cuanto a calidad y disciplina financiera, te quejas que os oprimen, te olvidas que haces exactamente lo mismo que ellos: ganar, triunfar, vencer a toda costa, a costa de la miseria, el hambre, la pobreza de los demás países menos desarrollados. Lo que quiere decir, que no queréis solucionar los problemas, solamente quieres solucionar tu problema.
Y, por eso el problema de la actual crisis, lo habéis provocado vosotros, los que vivís como ricos, despilfarrando, devorándolo todo. Pero, con la cara dura, con el descaro, que lo tienen que pagar los que no tienen nada que ver, los trabajadores. Aunque estos trabajadores también son culpables por aceptar el paradigma de vivir para el placer. Y como el placer es algo del que nunca hay bastante, cuando el viento viene a favor esos sencillos trabajadores se hacen derrochadores y despilfarradores, devorándolo todo también.
Por lo que así, todos somos culpables también de lo que ocurre, por incitadores, colaboradores, consentidores de todas las corrupciones.
 
Si decimos que los psicópatas no se pueden curar, como si decimos que sí, eso no es un hecho, no es lo real. Porque ya partimos de una premisa, conceptual preestablecida. Para llegar a la verdad -curar a alguien o no curarlo-, uno tiene que partir de cero, no saber cómo va a actuar, investigar, con lo que se ha de encontrar. Sólo así, la verdad, sea la que sea, se manifestará.
 
No nos interesa comenzar a ver la transformación como consecuencia de una práctica o método. Lo realmente importante, es el cambio ahora, en este preciso instante. Por qué, el tiempo psicológico es lo que sigue dando vida al ‘yo’ y su parloteo incesante, con la llegada de toda clase de imágenes, sonidos, visiones, etc.
 
Gracias por la información. Benjiprice 
Si me tocara vivir en esos momentos, lo viviría como ahora: intentando generar el menor daño posible a los demás.
En cuanto a controlar todo el universo, y tal vez evitar la muerte, eso creo que no será posible. Porque estamos hablando del infinito. Y el hombre no puede ser infinito. Porque, las posibilidades de que seamos infinitos, son infinitas, tanto como que lo sea posible, como lo sea de imposible. Porque, el infinito no es algo que se pueda llegar, pues no tiene meta, ni destino de lugar, ni final, ni principio. Por tanto, eso no se puede saber. Se tiene que vivir, pasar por ello. Así que todo se convierte en una especulación, una distracción, un entretenimiento.
 
Lo más maravilloso y perturbador es que tanto en lo macro, como en lo micro, las posibilidades son interminables, infinitas. Por eso el universo es infinito, inabarcable, insondable. Solamente para ver, contemplar, admirar. No especular, ni cavilar, ni divagar, sobre él. Gracias por el vídeo aportado, Arturo.
 
Los detalles y los síntomas de una enfermedad psíquica, y lo que provoca, una vez diagnosticada, tienen poco valor. Lo que sí que tiene importancia y procede es la terapia. Y eso, si se le tiene que curar al enfermo de manera convencional, le corresponde que lo haga el psicólogo, el psiquiatra, el médico.
 
Sí, Javier, pero una vez diagnosticada la enfermedad, los relatos pueden no acabar nunca, siempre habrá algo que contar. Por lo que si no es fuera de la terapia, en un ámbito familiar o amical, los relatos son una pérdida de tiempo para el facultativo.
 
Si tú eres el médico y ya sabes lo que tiene un paciente, ¿por qué te va a contar cada día todo lo que le pasó en tal situación, etc.? Además lo decía porque Cristina ha empezado con los relatos, que ya todos sabemos: maltratos, etc. Pues, un psicópata hace lo que hacen lo que tienen esa enfermedad. Lo importante es la terapia, que insisto, eso es cosa del médico que lo va a atender.
 
Cristina. Vuelvo a decir que nosotros no somos el médico que lo tiene que tratar, por tanto cualquier ilustración de un psicópata lo encuentro superficial. Por otra parte, para saber quién es un psicópata solamente nos hemos de mirar en el interior, porque allí está el psicópata que todos tenemos. Pues todos tenemos todas las enfermedades, pero la suerte que tenemos es que no se desarrollan ni se desbocan.
 
¿Tú no tienes paranoias, neurosis, miedos psicóticos, etc.., pequeñas? Vuelve a leer el último comentario, digo: ‘Vuelvo a decir que nosotros no somos el médico que lo tiene que tratar…’.
 
¿Qué es lo que pretendemos, Cristina, pues nosotros no lo podemos curar de una manera convencional? Nosotros, como no somos el médico, que lo va a curar con medicamentos, etc., si quisiéramos ayudarle para ver si se cura esa persona psicópata, tendríamos que hablar, convivir con él, y dedicarle mucho tiempo, pero eso no es el caso, ¿verdad?
Y entonces, de ¿qué estamos tratando? Estamos tratando de un ser humano. Y, ¿cómo se ayuda a un ser humano?
 
Uno para saber si ama a los demás, se ha de poner a pruebas en las relaciones cotidianas. Que incluyen a los muebles, los aparatos que utilizamos, la ropa, la comida, el agua. Entonces, uno íntimamente sabe en verdad, quién es.
Y eso, depende de las personas que nos llegan: una persona que nos atrae y satisface su imagen, cómo viste, cómo hable, que tiene un nivel psicológico similar a nosotros, es relativamente fácil, en principio, no dividirse de ella. Pero, si nos llega una persona que es todo lo contrario a la anterior, entonces veremos cuán difícil es no dividirnos de esa persona. Gracias por la aportación.