1. Cada uno según donde vive tiene una manera peculiar de hablar, ¿verdad? El español tiene un modo diferente de hablar que el mejicano o el cubano, cada uno con sus localismos. Pues, si no dejáramos de lado esos localismos, no podríamos entendernos en un grupo como este donde hay personas de diferentes países y continentes. Y de la misma manera, hay palabras que aunque tienen su utilidad, llevan impresas algo que el que las oye ya reacciona favorable o desfavorablemente. Por eso, existe el laicismo, para que la religión no se inmiscuya en todos los asuntos de la vida civil. Y así, para que no nos sintamos divididos.
2. La ciencia y los conocimientos son una cosa. Pero el devenir haciendo de ello una carrera para derrotar a la vida es otra. Cuando eso es una de las mayores ilusiones que existen.
3. No quiero transmitir nada, solamente es ver hasta qué punto el hombre es capaz de hacer las barbaridades más espeluznantes y atroces que nos podamos imaginar. Pero con la condición que sin los consentimientos de los gobiernos no podrían hacerse. Lo que quiere decir que todos somos en cierta manera responsables de esos actos de personas semidementes, porque las aceptamos, las toleramos, somos indolentes. Buscando distracciones y entretenimientos.
4. No solamente está la pérdida de la potencia sexual para ser activo, hay muchas facetas de la vida que llegado un momento, si uno no se muere, van amainando y desapareciendo, como los dientes, la vista, el oído, la viveza, y otras capacidades. Pero como no llegan de la noche a la mañana, nos adaptamos. Aunque como en el sexo, no hay una regla que diga hasta aquí ya no hay sexo. Cada cual tiene su proceso vital. Pero lo que sí que está claro es que, por la fuerza de los hechos, como un joven no se puede ser.
5. De lo que se trata es de facilitar las cosas, de que no haya problemas, Si uno es un especialista y se dirige a personas que van en esa dirección de ser especialistas, puede usar sus palabras y maneras -que son como una jerga- especiales. Como les pasa a los que son políticos y usan términos políticos, como los religiosos que usan términos religiosos. Pero en ambos casos, cuando se relacionan los dos, si no van más allá de su manera de encarar la vida, no podrá haber comunicación ni relación verdadera alguna. Por eso, salvo situaciones concretas, la manera de hablar como se habla en televisión o en los periódicos, que lo hacen para tener mucha audiencia, es la más adecuada para que todos entiendan. De manera que no se sienta nadie excluido o sorprendido con palabras que no entiende, no las conoce, o que son un tanto fuera de lugar por la carga que llevan de negatividad por ser ofensivas o fuera de lugar.
Ser cosmopolita es lo más adecuado en este mundo sobrado de divisiones, localismos, nacionalismos, religiones, ideas y teorías. Y esa manera de encarar la vida es la que nos hace que podamos ir más allá de la división interna, que al exteriorizarse va a generar todo el caos y el desorden que hay.
6. El problema es ¿por qué quieres buscar más allá de la conciencia? Y es desde ahí, de esa búsqueda, que hay personas obsesionadas que desarrollan una patología al querer buscar donde no hay nada, al querer inventar otra realidad diferente, porque la que hay no me gusta. Entrando en una dinámica de aislamiento, división, alucinaciones y delirios. Cuando la vida, es algo muy sencillo: cuando estoy cansado descanso, cuando tengo hambre como, cuando tengo sed bebo.
7. No, Enghelbert, estoy ateniéndome a los hechos, que es lo que sucede desde siempre. El hombre es como una ánima en pena, por lo que siempre está queriendo y deseando algo, que le dé paz y sosiego, tranquilidad, armonía, sentirse agradable y que lo acepten los demás. Pero para eso, ha de perder el miedo a vivir en el presente, sin querer huir o cambiarlo. Por eso, el hombre es quiero y no puedo. Porque en realidad ha escogido una empresa que no la puede construir ni llevar a cabo. Solamente tiene el deseo de empezar a construir algo diferente de lo que conoce, la realidad. Pero, por la fuerza de los hechos, ahí está el fracaso después de varios miles y miles de años. Porque, huye de la realidad. Y en la huida hay una pérdida de energía, al dividirse de eso que le molesta, sin entenderlo ni comprenderlo. De manera que esa comprensión, signifique la acción directa.
8. Eso se llama terrorismo de cuello blanco. Así como hay ladrones que roban millones y no les hacen nada. Así hay terroristas, con el consentimiento de los que mandan, que actúan sin que se les haga nada. Este cuento de los ricos, descarados, ladrones, indolentes e insensible, es el más viejo que hay, porque es un cuento en el que ellos se presentan como los buenos y a las víctimas de ellos como los malos. Y esa es la historia de los hombres.
Y ese cuento, astuto y mentiroso, es el que ha degenerado en las guerras. En las que unos son proclamados y vistos como los buenos y otros rechazados, encerados o muertos por malos. Cuando las dos partes son igualmente asesinas, sin saber solucionar sus conflictos sin violencia ni sin guerra. Pero ese cuento, es el cuento de los ignorantes, creyéndose que somos tan ignorantes de creernos su ignorancia, su estupidez e idiotez.
9. La trampa de Jesús -no de él sino lo que han hecho de él-, es que todo lo que dice lo sabe cualquier persona, porque todo lo que dice se el sentido común operando. Por eso, algunos eruditos piensen que Jesús no existió tal cual lo representan. Cuando se repite esa frase que dijo: ‘El que no está conmigo está contra mí?’ Pero, si eso lo decimos todos. Si tú quieres ir al fútbol y yo quiero ir a pasear, y convenzo a los otros para que se vayan conmigo, estoy contra ti que quieres ir al estadio. Y así en todo.
Hay más trampas, ¿qué hubiera pasado si Judas no lo hubiera traicionado y entregado, con su información de donde estaba para detenerlo, la pasión no se hubiera podido consumar, no? Lo que quiere decir que, como siempre, todo es una unidad indivisible para que algo pueda ser, suceder.
Otra trampa, solamente esa persona que fue crucificada, después de torturarlo, sabe realmente cómo murió: si fue maldiciendo su mala suerte, rabiando y odiando a sus torturadores y a todos los que estaban viendo aquel espectáculo, que como siempre es el ver matar a una persona ajusticiándola con toda la parafernalia, de ritos y tiempos, como corresponde a un poder mundano, igual como el de ahora, que necesita sus normas y leyes para sostenerse.
Pero, lo que es difícil de tragar es que un hombre resucite, a los tres días de muerto. Aunque no es del todo descabellado, pues conozco a una persona que se despertó dentro de un ataúd, cuando estaban velándolo en su casa. Y, preguntó: ¿Qué pasa aquí? -pues él no estaba enfermo-. Y siguió viviendo normalmente.
Por todo ello, ¿podrían las personas, vulgares y superficiales, creer en un personaje histórico -que ya ha muerto-, sea un líder, un santo, un salvador, un profeta, un mesías, un instructor del mundo -Buda-, si no tuviera una leyenda pintoresca, grotesca, fantasiosa, milagrosa, mágica. Eso nunca se ha visto, porque no es posible. Y entonces el negocio está ya servido: se diga lo que se diga, siempre que no esté en contra de lo que dijo el salvador o el instructor, si se dice que lo ha dicho él, o poniendo su nombre debajo si es un escrito, todos lo acogerán, lo leerán, lo admirarán, lo repetirán. Así somos de superficiales.