Torni Segarra

Seleccionar página
01.     Vanesa. Nosotros tenemos una parte de nuestra herencia animal. Es decir, tenemos una parte animal y otra que hemos ido más allá de ella. Pero esa parte animal se manifiesta algunas veces –o muchas veces–, haciendo toda clase de barbaridades: exhibicionismo, tonterías con su vanidad, peleamos, somos crueles y brutales, nos destrozamos violentamente en las matanzas en masa que son las guerras. Eso somos nosotros. Y por eso, la pregunta es, ¿qué parte es más poderosa, y se manifiesta más, la del animal o la del ser humano libre de la animalidad?
 
02.     Delia. La casualidad de la vida es la llegada de lo nuevo. Lo que más nos cura y llena de paz, pues uno no tiene ninguna responsabilidad por eso nuevo que ha llegado. Ya que el deseo no ha operado para esa llegada de la dicha, que nos colma de gozo: la llegada de lo nuevo, el amor.
 
03.     En el amor no hay el querer a medias, siempre está lo entero, lo completo, lo holístico, y lo sagrado.
 
04.     La necesidad de relacionarnos con alguien, no es solamente de una persona -han de ser de las dos-, son de las dos. Lo más feo y viejo que hay –ya que tiene millones de años- es creerse diferente y mejor, con más valor e importancia, que los otros.
 
05.    Las personas vemos lo manoseadas que están las ropas de los demás. Pero no vemos ni queremos ver, las manchas ni la suciedad, lo maltrechas, como están las ropas muestras.
 
06.     Yuridia. La experiencia de los otros, sean quienes sean, no sirven de nada más que para condicionarnos. Por mucho que nos hablen e informen del dolor, del sufrimiento, de la felicidad, de los desengaños, nos hablen del amor. Eso no es nuestro. Y por eso no está en nosotros, hasta que pasemos por todo ello y podamos ver si eso es verdadero o falso, si es posible o no.
Si no es así, mientras tanto, seguiremos dejándonos condicionar por los que dicen que saben, por los salvadores, por lo que dice cualquier religión, por cualquiera de los sistemas mentales milagrosos, que nos confunden y nos dejan en el mismo sitio de siempre: en el desorden y en el caos en que vivimos. Mientras no muramos a todo el condicionamiento, que hemos heredado, seguiremos siendo de segunda mano, repetidores de lo viejo y conocido, donde la belleza no puede ser.
 
07.     Cuando vemos y comprendemos que el observador es lo observado –tú eres yo, y yo soy tú-, entonces al estar moviéndonos juntos, las ofensas, los daños que recibimos no arraigan en nosotros. Y así no tenemos un recuerdo del daño recibido, ya que la acción misma aniquila los resultados, ya sean buenos como malos, favorables o desfavorables.
 
08.     El amor al ser lo nuevo y no conocido, no tiene regla ni plan, ni estrategia. El amor, es como el aroma de las flores que se esparce para los que lo puedan percibir.
 
09.     ¿Los celos no es la ausencia de inteligencia? Inteligencia que destruye todo conflicto entre lo que quiero y lo que es, la realidad, ya sea que me guste o no. Y es a inteligencia, sólo puede llegar con el amor.
 
10.     Las palabras no tienen ningún valor ni significado verdadero. Por eso, lo importante es lo que hay detrás de las palabras, más allá de ellas.
.     
11.     Para que haya gozo y alegría, belleza en nuestras vidas, tiene que haber libertad total y absoluta para las personas que conviven con nosotros, para todos.
 
12.     Si eso es así, ¿qué pobre es esa vida? Darle toda la importancia a una sola persona, ya sea a una mujer o a un hombre, a un líder, a uno que dice que sabe, al político o a los reyes, a un único salvador, eso nos hace mezquinos, cerrados y carcas. Pues en la vida, todo está relacionado con todo, por lo que todo es igualmente importante.
 
13.     Si es que no somos frívolos ni superficiales, ¿para qué coquetear? Inventar lo que quiero que sea es peligroso, pues nos pude llevar a la sorpresa de estar antes un abismo y no verlo, porque decimos que no existe. Para qué coqueteamos, es por sacar un beneficio, placer sexual, o conseguir algo mediante la argucia­ del sexo, ¿no, Lori? Si no quisiéramos­­ sacar algún provecho, por qué habríamos de coquetear, que es una manera de ser falso. Pues en el coqueteo todo es dejar entrever medias verdades, dejar entender lo que no se dice claramente. Todo un arte ausente de afecto y cariño, ausente de compasión y amor.
 
14.     Mónica. Todo eso que se ha expuesto, tiene sentido. Pero hay algo que es capital, la mujer inmadura suele ser la joven. Y ante una mujer o un hombre joven, los ‘viejos’, sean maduros o no, ¿qué pueden hacer? Los jóvenes son como los ricos, lo tienen casi todo, y tienen que gastar e invertir esa fortuna. Y una manera es hacerlo, es hacer lo que les da la gana.
 
15.     Al nivel como vive la mayoría, lo que importa es la acción inmediata, sin regla ni patrón, donde no interviene nada más que la satisfacción del deseo, la satisfacción del placer. No estamos en contra ni a favor, solamente lo estamos describiendo.
 
16.     Lo que más resalta de toda esta manera de vivir, con sus personajes tan inmorales y corruptos, crueles, es que las personas -sus súbditos- se estaban muriendo de hambre y de miseria, mientras ellos vivían en un mundo de hadas, como si no fueran como los demás. Además de llevarlos a la fuerza a las guerras, donde los mataban como si fueran hormigas. Y por eso, es que por su estupidez los aniquilaron a todos, a toda la dinastía.