Torni Segarra

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conciencia no opera. Opera algo, pero no es la conciencia, sino el cerebro mecánico, que es el cuerpo.
 
Los que se dice que saben más que los otros, son como una especie de funcionarios de la verdad. Porque, ellos sin el agricultor que cultivó la comida -cereales, verdura, fruta- no podría haber sobrevivido, al igual como los ganaderos y los carniceros, que también proporcionan la carne. Y así también los zapateros, los albañiles, los abogados, arquitectos, médicos, los empleados de los supermercados, etc. Así que los que saben, son un eslabón unido a todos los eslabones de los que todos también participamos.
Por tanto, el saber es de todos, aunque se concentre en una o varias personas. El saber, el amor, la verdad, siempre está ahí para el que sabe verla, vivirla si puede, y transmitirla en sus actos, en lo que dice o en su misma presencia.
 
Toda organización o institución, es corrupta porque por la fuerza de los hechos nos divide, nos hacen indolentes, insensibles, crueles.
 
Pero todo eso que dices no son los hechos. Y lo que cuenta, lo que vale son los hechos. Tú, Martin, ¿puedes estar completamente libre de corrupción vale decir de egoísmo, de hacer algún daño a los demás, con una palabra fuerte, un mirada o un golpe, con la astucia, o la obediencia a la ley cuando trabajas, si eres un funcionario?
 
Si a ti un joven te dice, ¿por qué cuándo en una señal de circulación informa de que está prohibido el paso no podemos pasar siendo libres como somos? Tú se lo explicas, pero el joven dice que ante la lógica de la libertad, todo lo que le digas no tiene sentido, ¿qué harás, seguirás hablando con él todo el resto de tu vida o una vez ya no puedes más, porque la vida sigue, lo dejas que haga lo que quiera lo entienda o no?
 
Todo el problema está en la división interna, que da vida a la contradicción, a la dualidad, a los conflictos. Mientras haya división interna habrá todo el drama de la vida de confusión y desorden, que generan la dualidad, las comparaciones, los contrastes.
 
Queremos estar en el presente, pero resulta que no podemos. Porque estar siempre en el presente es una ilusión, una proyección mental, como no tener soberbia o pretender ser no violento.
 
"¿Para qué fuimos a la escuela tantos años? Ahora no nos ponemos de acuerdo ni en los conceptos".
Esa es otra ilusión otra salida en forma de huida. Tú atente a la realidad de que hoy es lunes, cuatro de marzo, de que has de comer y hacer algo para ello. Y verás como no te enredas en conceptos y no conceptos.
 
Dejemos la palabra empatizar. Y pongamos la palabra entendernos. Para entendernos de verdad, aunque sea por unos instantes, el ego, el ‘yo’, no ha de operar.
 
¿Tú, Martín, no eres corrupto, igual que yo y todos, cuándo compramos cosas baratas, cuando a los que las generan no ganan casi dinero, cuando no atiendes a todos por igual, cuando no das lo que te piden, etc.?
 
No confundas, ser soberbio y violento, es un hecho, no una proyección mental. Si inventas lo que te da la gana, te confundirás y te enredarás con palabra y más palabras, sólo te saldrán más palabras. Y las palabras pueden describir un hecho, pero pueden alucinar e inventar cualquier cosa con tal de no parar. Pues el cerebro está condicionado de manera para resolver problemas. Y por eso ve en todo un problema.
 
No lo entiendes, ¿qué es más importante un defensa o el que marca goles y sale en las páginas de los diarios como el goleador de moda? La sociedad está idiotizada, banalizada, y va detrás de lo que más ruido hace, Pero, salga o no salga, el defensa en los diarios, es igual de importante que el que marca los goles. Y por eso, que la sociedad, el establishment, no acepta esta igualdad, que persisten los reyes, los príncipes, los papas, los líderes políticos o los gurús, los solistas y sus filigranas, las vanidades, lo VIPS, la jet. Todo dentro del círculo del poder piramidal, divisivo, cruel y violento. Que es el que hace que esta sociedad, esta manera de vivir nuestra tan estúpida y sin sentido, prosiga, aunque se mueran millones de personas de hambre, vivan en la miseria, mientras tanto nosotros echamos la comida a la basura.
 
El verbo tratar no existe en el presente, el ahora. Y cuando alguien pide a otro, siempre es el ahora.
 
Lo correcto es estar libre de conflicto. Si uno quiere hacer cualquier cosa para ayudar a otro, ha de empezar por él estar libre de conflicto. Porque el conflicto, es el que ha hecho posible que a ese a quien queremos ayudar esté a la espera de ayuda, porque un mal le ha dañado, ya sea mediante la pobreza, un alteración psicológica, ya sea porque está inmerso y rodeado de violencia, porque vive en una situación de asfixia por la autoridad. Para que el mal desaparezca, hemos de empezar por la raíz, no por las hojas y las ramas.
 
¿No es violencia sacrificar animales para alimentarnos? ¿No es violencia imponerse a otro? ¿No es violencia que unos vivamos bien y otros mal? Si no fuera por la violencia, ¿cómo se podrían dominar a los pobres, contenerlos en los arrabales, en los polígonos industriales viviendo en bloques de cemento? Si no fuera por violencia, ¿cómo compraríamos productos manufacturados en países pobres, para hacerlos más baratos para sacar ganancias? La violencia es la vida y el hombre, ya que ambos son la misma cosa.
 
Siento decirte que ante tu obsesión en ir detrás de una zanahoria que nunca alcanzarás, no voy a seguir participando en especulaciones que son huidas de la realidad. Si quieres seguir contando los cuatro pies al gato, ese es tu problema.
 
Pero, ¿por qué quieres huir de los hechos? El hecho es que la raíz de todo el daño, de todo mal, es la división y el conflicto, ¿eso queda claro? Por tanto cómo voy a ayudarte a ti que estás mal por mi causa, porque mi conflicto interno hace que haga las cosas inadecuadamente, que sea egoísta? Eso no tiene sentido.
Por tanto, si quiero ayudarte a ti, primero tengo que poder hacerlo adecuadamente. Y mientras esté en conflicto, dividido internamente sólo será un resolver tu problema inadecuadamente. Por lo que ya estamos como siempre dentro del círculo girando sin ningún sentido, repitiendo siempre lo mismo.
Empecemos, ¿tú quiere ayudar a las personas, sí o no? Si dices que no, todo termina ahí. Pero si dices que sí, lo has de hacer adecuadamente. Porque si no lo haces adecuadamente, seguirá la desdicha que quieres evitar en los demás. Pero para que la desdicha tuya cese, primero ha de cesar la mía, porque yo quiero ayudarte. Si no, todo es absurdo, sin sentido. Que es lo que está sucediendo: los violentos quieren poner paz y acabar con la violencia. Pero ellos no acaban con su violencia. Por tanto, todo es un juego de niños, una pantomima para seguir en el poder como siempre.