¡Qué atrevida es la ignorancia! Todos dependemos de todos, ¿no es así? El óvulo sin el espermatozoide, no tiene ninguna función reproductiva.
La amargura es la fuente de todas las miserias, de todas las tonterías que hacemos. ¿Por qué no vamos más allá de todas esas amarguearas y frustraciones de todo ese pasado que ya está muerto?
La venganza tiene muchas maneras o formas: con un solo pensamiento, una palabra, su veneno ya está operando contra ese del cual nos queremos vengar. Por eso, esa cadena de venganza y su respuesta, que a su vez genera otra respuesta, en una dinámica que no tiene fin, es lo que nos hace crueles y despiadados de manera que nunca tenemos paz ni libertad.
La gratitud es la actitud de alguien que sabe lo poca cosa que somos. Gratitud por aún estar vivos, gratitud por poder escribir y manejar el ordenador, por no tener que pasar hambre, ir vestido, tener una casa donde resguardarme. Sin gratitud, la soberbia, la vanidad, la indiferencia, la brutalidad y la crueldad, son los que dirigen nuestras vidas.
La belleza es tener un corazón limpio y puro. La belleza lleva consigo la comprensión y el amor.
Si quieres hacer algo solamente conmigo, ¿por qué dices eso mismo a todos los demás? Eso al no ser posible, estás dando una errónea información.
El dolor es algo del que todos participamos, cada cual lo siente de una manera, Por eso, creer que nuestro dolor es más amargo que el de otro, es autocompasión, una vanidad, un acto de soberbia y egoísmo.
A las personas que viven con nosotros –los hijos, la pareja, un pariente, etc.-, solamente hemos de darle total y absoluta libertad. Esa misma libertad que hemos de tener nosotros.
Si un hombre está realmente enamorado de una mujer, sólo generará más amor, no importa lo que haga. Porque el amor, es orden y es inteligencia.
Si no somos vulnerables, no podremos ser completos y totales, llenos de vida. Y la vida incluye el dolor.
Todo en la vida tiene un sentido, significado, y utilidad, según el uso que le demos. Lo que nos salva, nos puede destruir, ya sea la comida, el coche, el placer y su persecución, etc.
Los problemas que tenemos son nuestros –aunque están relacionados con todos los demás que también tienen los mismos problemas-. Por eso, los otros pueden agravarlos e incrementarlos, si no estamos alertas y atentos a todo cuanto sucede.
Las lágrimas, que son una reacción física de una emoción o un sentimiento, de alegría, de gozo, o de frustración y tristeza, no se pueden comparar con la experiencia que las genera. La lágrima es como un estornudo o bostezo, no son nada. Lo importante es lo que los provoca.
. Da igual necesitar, como que nos necesite, si en ambos casos nos esclavizamos y nos destruimos
A las personas que viven con nosotros -la pareja, el marido o esposa, etc.-, solamente hemos de darle total y absoluta libertad. Esa misma libertad que hemos de tener nosotros. Tal vez así, los problemas que causa la monogamia en las mujeres desaparecería. Solamente la aceptación sincera y libre de la monogamia –si es que eso puede ser-, no generaría problemas.
Lo que somos lo llevaremos con nosotros hasta el día de la muerte. Es una ilusión el creer que podemos cambiar. Sólo podemos. ir más allá de todo lo que somos.
Los objetivos, las metas, los sueños por conseguir algo, por ser algo, en el ámbito espiritual, psicológico, no son posibles. Pues nosotros somos como somos, somos divisivos y fragmentados, somos violentos, competitivos, brutales. Y de ese paradigma de la vida no podemos salir. Es decir, hacer el bien sin hacer daño a otro no es posible. Por tanto, todo empeño por cambiar ese paradigma de división y conflicto, no deja igual de divididos y en conflicto.
Cuando llegamos hasta ahí, y lo comprendemos como comprendo cómo se apaga o enciende el ordenador, el coche o la televisión, entonces es cuando se produce el cambio. Porque, al no querer ni desear nada, cesa la división y el conflicto con esa realidad –que es la vida, nuestra vida- que quería cambiar. Y si no hay ni división ni conflicto, entonces uno vive en el orden, que es hacer el menor daño posible a la vida: las plantas, los animales, a las personas, todo lo que existe.
Cuando uno más superficial es, con su complejo de inferioridad, etc., más cree en ganadores y perdedores. Sin darse cuenta que el ganador, por él solo no sería nadie, pues necesita a los peluqueros, a los estilistas para que le digan lo que se tiene que poner, necesita a los abogados y a los corruptos banqueros para que les guarden el dinero abundante que tienen. Necesita a los a los psicólogos y psiquiatras, a los falsos periodistas, para que lo loen y halaguen, y cuenten maravillas de ellos, cuando son unos cretinos, con sus tonterías y banalidades.
Lo feo y lo bonito, ¿quién lo ha inventado sino nosotros las personas? ¿Y, qué pueden inventar las personas sino vanidad, exhibicionismo, todo ello fruto del egoísmo? Todo lo que existe no esa ni feo ni bonito, tiene su propia belleza. Todo lo demás depende de la capacidad de cada cual, de la sensibilidad y la inteligencia para comprender cómo es la vida y las personas.