No hay que ser ni pesimista ni optimista, solamente hemos de atenernos a los hechos, a la realidad, lo que es.
Juzgar a alguien es un error, es ignorancia, pero sí que podemos cuestionar lo que dice y hace.
Bonito es no depender de nadie psicológicamente. De manera que si se quiere ir que se vaya. Y si no quiere, que no vaya.
‘Para qué sirve la lucha contra la corriente, si al final te arrastrará. Obvio es el momento del olvido, del que sí puedes, pero no quieres’.
Cuando vemos que la corriente de los hechos de la vida nos arrastra, ¿para qué luchar si esa lucha nos va a causar conflicto y más problemas? La resistencia, la lucha contra lo evidente, es una pérdida de energía, para poder resolver los problemas, ya sean a la hora de olvidar, de cambiar, de empezar de nuevo.
Entiendo, Greg, lo que quieres decir. Pero, sean como sean los que vengan a nosotros, siempre se les tiene que tratar como seres humanos. Los problemas de todo lo que sucede, también
son nuestros, también somos los responsables. Y los tenemos que compartir con los demás. Creo que eso es bastante obvio, aunque nos cause molestias, problemas, etc.
El hecho es que vemos, que somos conscientes, que percibimos. ¿Por qué negar la consciencia, lo que vemos y percibimos? Si solamente vivimos, sin negar ni aprobar, entonces eso es vivir como los animales. Pero, ahora el problema es que nosotros podemos cotejar, contrastar, comparar, y eso está ahí, eso es un hecho. Así que tenemos que vivir con todo eso, sin generar fricción ni conflicto.
No digo que no haya de haber un orden para que no llegue la confusión y el caos provocado por los emigrantes. Lo que digo, es que la compasión y el amor han de estar presentes en cada acto de la vida cotidiana. Por supuesto, que algunos van a tener muchos problemas con los emigrantes. Pero esos que van a tener problemas con los que llegan de fuera, siempre tienen problemas con todos: con sus parientes, los vecinos, los compañeros de trabajo, etc. Y esa es nuestra vida, una infinita pelea contra los demás.
Ahora bien, ¿podemos ir más allá de ese paradigma de conflicto, de división, de enfrentamientos y disputas? Esa es la cuestión y el problema. Y no los emigrantes, los extranjeros.+
¿Tanta amargura tenemos que nos hemos hecho tan vengativos? Los problemas que tenemos, los hemos generado entre dos o más personas. Así que también hemos de asumir nuestra parte de responsabilidad. Y gozar de esa parte. Gozar de la misma manera que gozamos de un buen momento, o malo. La vida si no se goza con ella, no tiene ningún sentido. Y ese gozar o no, depende exclusivamente de cada cual.
Reventar el cuerpo extenuándolo con actividades físicas, no nos vas a solucionar los problemas matrimoniales o los que sean. Hemos de comprender cómo funciona la vida, cómo funciona el pensamiento siempre deseoso de seguridad, siempre deseoso de algo que tal vez no pueda ser. El pensamiento elabora su plan, su estrategia parta vivir, y se agarra a ella porque tiene miedo a lo nuevo y desconocido. Pero sin la llegada de lo nuevo, la vida no tiene ningún valor ni significado. Y para que llegue lo nuevo, hay que vaciarse de todo lo viejo y conocido, repetitivo, que es el pasado. Sólo así, en ese vacío, la mente ser aquieta y comprende la realidad de lo que está sucediendo, sin ningún conflicto, pudiendo el gozo de vivir manifestarse en su plenitud.
‘El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es’.
Si hay un deseo inevitable, donde no hay conflicto alguno entre lo que estoy haciendo y la realidad, mi realidad particular de lo que soy y la que es, nos guste o no, ahí está el amor. Y ese amor, va a generar su orden, que sigue siendo amor. Hemos de pasar por ello para comprenderlo de primera mano. Y entonces sabremos lo que verdaderamente es el amor.
Eso dependerá de cada persona, pues cada una tiene su tiempo. Hay quien olvida instantáneamente todo lo que va sucediendo, ya sea bueno o malo. Otros necesitan unas horas, otros más, días, semanas, meses, años o nunca.
Todo nace y está dentro de nosotros. De manera que lo externo, aunque tenga su influencia y poder, no puede con lo interno.
Si nos fallan, nos duele y perdonamos, sin parar, y un día nos agotamos y nos pierden. ¿Dónde está el problema? Cuando hay mucha presión, si no hay liberación de esa presión, llega la explosión dando lugar a un caos, que es la manifestación del orden. Y ese orden y su caos van a continuar creando sus consecuencias, sin parar. Pues todo tiene sus consecuencias y los efectos que provocan. Y eso es lo que es la vida: destrucción, amor y construcción.
Alguien puede ser demasiado para otro. Pero ese otro, también puede que sea demasiado para nosotros. Ya que los problemas son entre dos, que están divididos. Y básicamente lo mismo que siente uno, también lo siente el otro, le pasa lo mismo. Hay que comprender que una persona es como todas: pasa por lo mismo, por miserias y alegrías, por afecto y lo contrario, por amor y desamor, por el encuentro y el desencuentro.
A veces estamos encima de la montaña y preguntamos: ¿Dónde está la montaña? La montaña es la realidad, rica y diversa, abundante e infinita, pero nosotros no la vemos porque tenemos miedo a lo nuevo. Y por eso nos agarramos a lo viejo y conocido, haciéndonos feos, mortecinos, sin la esencia de la vida que es la llegada de lo nuevo, Pero para que llegue lo nuevo, hay que morir a lo viejo.