1. “La soberbia y la humildad son conceptos, ilusiones. Lo que es sigue siendo, imperturbable frente a los movimientos mentales”
¿Eso qué dices, Irma, es un hecho en tu vida o es otro delirio, otra ilusión que te gustaría que fuera pero no lo es? Entonces, decir lo que no es presentándolo como si fuera cierto, eso sí que es un problema. Porque te divides y abres la puerta a toda clase de inventos y tonterías, como un juego infantil, superficial, ilusorio, que no es ni más ni menos que ser egoísta.
2. Pero el hecho es que eres tan egoísta, insensible e indolente, que todavía no has visto el orden que hay en dar un vaso de agua a otro que lo necesita. Ese es el problema de tanto contar los cuatro pies al gato. Estás perdido, como un borracho de palabras, ideas que te gustarían que fueran realidad pero que no lo son. Y eso os amarga. Y esa amargura, la esparcís allá donde vais.
3. Alguien tiene una mina de oro o diamantes, y se cree rico, ¿verdad? Pero, él solo no puede sacar el oro o los diamantes. Por lo que necesita de la ayuda y colaboración de los demás. Hasta ahí todo correcto, ¿no? Pero los problemas llegan cuando el dueño, por su estupidez, se cree más que los otros que le ayudan para que pueda sacar la riqueza que hay dentro de la mina.
¿Dónde está el problema? ¿En la falta de moralidad, en la falta de sensibilidad, que le hace ser duro e insensible como una piedra, cruel, ladrón, violento y asesino, por conseguir la mayor parte para él?
4. Ya estamos con las melenas de palabras. ¿Tú qué crees? Pues eso que tú crees es lo importante. ¿Sabes por qué? Porque te sirve. Y si no te sirve lo lanzas a la basura.
5. ¿Pero, tú Irma, te fías de ti? Antes de eso hay que comprender cómo funciona el pensamiento, que ha inventado el ‘yo’. Ese ‘yo’, que es capaz de inventar cualquier cosa que le interese. Por tanto, antes de lanzarnos a decir cualquier cosa, como que la soberbia y la humildad son conceptos, ilusiones, hay que estar muy sabedor de cómo funciona la mente. Y no inventar la manera que yo quiero como funcione. No por nada. Si no porque te va traer toda clase de calamidades, malas relaciones, perturbaciones mentales,
6. Pero, ¿por qué añades a las 4 am., si uno va a pedirte un vaso de agua? ¿Eso, por qué lo has inventado? ¿Para vulgarizar y banalizar la importancia que tiene el ayudar, por qué no sabes que decir y dices lo primero que se ocurre? Creer que no hay moral alguna -abstenerse de hacer daño a sabiendas- es el error de los más asesinos. Y eso solamente lo hacen los medio dementes, que están en un grado superior de locura.
7. Pero tú, Martín, ¿ya has ido a las prisiones a visitar a los desesperados para ayudarlos? ¿Ya has ido a las chabolas de las afueras de las ciudades para ver de primera mano lo que necesitan?
8. Pero, ¿por qué le das tanta importancia a lo que dijo alguien por importante que dicen que fue, que sea? Por cierto, cuando el establishment ha consentido que esos sabios que tú dices -que se enseñan hasta en las universidades censuradas- lleguen hasta nosotros en la actualidad, ya no son de fiar. En el sentido de que lo que dicen sea realmente revolucionario, para que generen un cambio radical en la mente. Esas universidades, dogmáticamente cerradas, a la verdad para poder ser algo más de los que somos: monos vestidos.
9. Entonces, si has visto la miseria humana de tan cerca, ¿qué propones para que esa miseria no siga como si fuera algo natural, una fatalidad como la muerte?
10. ¿Entonces, qué haces escribiendo sin parar, diciendo y contestando a lo que te llega? ¿No deberías cambiar de paisaje, encontrar otros lugares menos perturbadores? Pues si todo lo ves absurdo, ¿cómo vas a salir de ese absurdo -si es que quieres-?
11. Para Josep Colomer, Profesor Visitante Distinguido. Georgetown University
He leído tu escrito columna en el diario…, del domingo, 3/3/2013, ‘Un sistema sólo para los peores’. Gracias por el escrito y tu lucidez.
Es preciso que los peores quieran mandar y manden. Peores en un sentido de inteligencia, no el saber científico técnico, sino en el de la vida. Porque la vida para qué tenga sentido, ha de tener los menos problemas. Y, ¿cómo no va a tener problemas una persona que sea sensible al dolor, cuando tiene tanto poder y responsabilidad? Por eso, la sensibilidad y el poder no casan, porque el dolor que provoca el poder, es insoportable.
El poderoso ve a las personas, no como realmente humanos sino como algo que está ahí y que hay que controlar para que no le haga algún daño y lo destruya. Y es por eso, que los poderosos dirigentes tienen guardaespaldas, policías, agentes secretos o espías para salvaguardarlo. Y volvemos, alguien que ama la libertad, la paz y el sosiego, ¿sería capaz de soportar tanto hombre armado a su alrededor, que es como si fueran carceleros que lo vigilan y controlan en todo lo que hace?
Por eso, ese paradigma piramidal de poder, siempre ha sido algo erróneo, inadecuado para la paz y el buen gobierno. Ya que es divisivo, generador de conflictos.
Mientras las pirámide del poder exista seguiremos como siempre: enfrentados, recelosos, sospechando de todo, defensivos, necesitados de la crueldad, de violencia. Lo que fatalmente nos aboca a la guerra, ya sea en su máxima expresión o en su aspecto de baja intensidad.
12. El establishment, el poder, no tiene nada que ver con esos autores del pasado, a quienes adoran como sabios. Pero ese poder tan poderoso y fiscalizador, controlador, sí que consiente que se reediten en libros sus enseñanzas y se incluyan en el programa de estudios en las universidades e institutos de enseñanza. ¿Tú te crees que si fueran realmente revolucionarios, radicalmente cuestionaran el poder -empezando por el de ellos mismos- como algo inservible para acabar con los problemas que generamos, estarían en los libros de enseñanza con el consentimiento de los gobiernos?
13. Si lo ves así de claro -que lo que haces es lo adecuado y más interesante- entonces eres realmente afortunado.
14. Ah, eso no lo esperaba de ti. Alguien que tiene explicaciones para todo, palabras y más palabras, y de pronto ya no hay explicación. Vuelvo a decirte que eres afortunado, porque estamos viendo la realidad tal cual es. Aunque, siempre uno puede hacer algo en su propia vida, para ir más allá de nuestra animalidad, de nuestro ‘yo’.