Torni Segarra

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¿Cómo sabemos que estamos iluminados, hay alguna prueba que nos haga alguien que dice que lo sabe? Y a ese alguien, ¿quién le ha dicho que está iluminado?
Si estuviéramos bien, sin conflictos, así como estamos siempre en busca de placer, ¿le daríamos importancia a esa tontería de estar iluminados, liberados? Por tanto, el problema es descartar todos esos conceptos, que sólo son palabras y atenernos a los hechos de que estoy fragmentado y en conflicto. Y si uno no indaga e inquiere dentro de sí, no sabrá cómo opera su mente y su deseo que no cesa.
 
En vez de agujeros negros, podríamos decir que al final todo argumento deriva hacia lo desconocido.
 
Sólo existe la percepción para poder ver más allá de la superficie, del condicionamiento, del drama de la vida. El misterio es, ¿por qué algunos lo tienen y otros no?
 
Si empezamos a inventar nuevas realidades, como poner cuernos de carnero a mujeres y niños. ¿Qué enseñanza se puede ofrecer a una persona joven que todavía se está conformado su visión de la realidad? Nos sobran inventos para describir la realidad, pues la realidad está ya bien descrita. Por tanto, alterarla ya sea cómicamente, como una transgresión ridícula por burla y venganza por sentirnos agraviados, menospreciados, relegados, es hacer el juego al que le conviene que lo hagamos.
¿Por qué queremos alterar la originalidad de un árbol, de una cara, de un cuerpo, de un animal, de la naturaleza? ¿Es qué estamos aburridos, amargados y lo queremos destrozar todo, hasta lo más sagrado que es la naturaleza? Y no lo olvidemos, la naturaleza somos nosotros las personas, los animales, todo lo que existe.
Esto no es un capricho, una imposición autoritaria, porque cuando uno empieza por querer alterar la naturaleza, va acabar arrasando con todo, como está pasando. Porque se hace relativista, se hace un pasota indolente que sólo quiere el placer y su búsqueda. Y cuando el placer y su persecución son los motores, lo que necesitamos es más combustible, que es más placer. Pero, el placer nos lleva al dolor. Y sin comprender ese deseo incesante de placer, todo acaba mal, en desastre, como se ve en cada cosa que hacemos, en este bonito lugar donde vivimos: la tierra llena de infinita vida.
 
¿Ves cómo tú solo lo has dicho: la foto sólo era un montaje? ¿Para qué ese montaje, si lo real es perfecto?
 
¿Quién dice que colgar un niño con alas es arte? Cuidado, Jahaziel, ¿quién dice eso?
 
Si alguien tortura un toro, arranca los árboles porque le molestan al no poder ver la tierra del cerro que tiene enfrente, ¿por qué te molesta a ti? ¿O no te molesta?
 
Pero si el hecho, el problema, es que haces ver que relativizar lo que es en sí perfecto es posible, deseable porque unos han dicho que eso es un arte. Pero, tú que tienes cierta resonancia, si haces esas aberraciones, los que te sigan, te lean -que son más superficiales- van a interpretar que ellos también van a poder seguir esa línea de hacer lo que dé la gana. Y ahí, no te olvides, Jahaziel, es donde se complica el ya drama de la vida, haciéndolo más horroroso, porque llega más desorden, más descontrol, más anarquía en su aspecto negativo.
 
César, si dices: ‘En la realidad, no hay bueno ni malo, agradable o desagradable, dios o diablo, vida o muerte, pues todo esto son simplemente ideas, conceptos, creencias, y todo el mundo pretende ser el dueño y señor de una verdad, más se sigue soñando’. Cuéntaselo a los indios del sur y del norte de América, cuéntaselo a los que el imperio romano esclavizaba, cuéntaselo a los negros explotados en plantaciones, cuéntaselo a los que los nazis los esclavizaban y eliminaban.
Creo, que lo no lo enfocamos bien, juzgar no es adecuado. Porque el que juzga siempre lo hace del pasado y el pasado está muerto. Lo que estamos es investigando. Y el investigar es como caminar por encima del filo de una navaja, hay que ser muy sutil, sincero y honesto, para aceptar lo que realmente surge.
 
Por mucho que iluminemos la oscuridad, siempre habrá algo de ella, porque la oscuridad también forma parte del infinito.
 
César, todo eso suena como poesía romántica como la del enamorado, cuando piensa en su amada que ha desaparecido, ¿o te parece? Pero, eso no sirve para nada. Porque no es un hecho. Y el hecho es que no nos aclaramos, vamos detrás de este filósofo o de otro, sólo porque están en los libros convencionales, porque se los nombra en las universidades dominadas por personas corruptas y sistemas también corruptos, previa censura o consentimiento del establishment. Y ese hecho, sucede porque cada uno hace lo que le da la gana: inventa leyes absurdas, ofensivas, inmorales, solamente para seguir con su manera desgraciada de vivir. Las monarquías y sus reyes son fruto de esas ideas tan absurdas que se han inventado, legislado, respaldados por las leyes, que ellas mismas han consentido, que dicen que un rey no tiene inmunidad jurídica, que no se le puede encausar por nada. Es decir, yo invento lo que me da la gana. ¨Como consecuencia se genera en escándalo en los que ven que eso no puede ser, que todos somos iguales, por lo que se genera el desorden, la confusión, el conflicto y la anarquía porque todos quieren hacer lo mismo: lo que les da la gana.
 
Y ese es el hecho, que uno no puede hacer lo que le da la gana, porque eso nos lleva a la guerra.
Comprendes ahora, porque no hay que entrar en la vía del todo está bien, en relativizarlo todo, en justificar todo como si todo fuera una reacción de celos, etc. No son celos, es la prudencian que dice que si vas a quinientos por hora por la carretera, te matas y matas a otras personas. Se trata del orden, tan necesario para poder pintar, hacer poesía, pasear, ir a la discoteca o al pub musical, para viajar. Porque sin orden nada se puede hacer, solamente la guerra de unos contras otros,
 
¿Después de leer millones y millones de palabras atribuidas a Buda, podemos creer que todo es de él? Es decir, alguien escribe una frase ingeniosa y pone debajo Gautama Buda y ahí se acaba todo, porque llega el dogma incuestionable. ¿Por qué no somos nosotros mismos los creadores y nos dejamos de vanidades y de cosas mundanas? Que eso, en esencia, fue lo que dijo Buda. Y todos los miles y miles de personas que ha habido y hay como él: personas que ven un poco más que los otros que no ven.
 
Eso de que todos somos iguales, mientras uno tenga inmunidad jurídica -que no le afecte la ley- es otra mentira más, que es lo que mantiene el tinglado, el negocio.