Sí, Kiran, todos caben con sus actividades particulares -incluidos los ricos, el aristócrata, los poderosos, militares y policías, etc.-, pero todos han de tragar la misma medicina: deshacerse de su egoísmo cruel, su indolencia ante el dolor, ya sea de la pobreza y el hambre o de la brutalidad y la indignidad que infringen.
He visto tu último dibujo, chiste, historieta, o como quiera que se diga, que ha publicado el diario. Gracias.
La pregunta es: ¿Por qué ves que es tan negativo cuestionar la corrupción aunque sea de los más poderosos? ¿No te das cuenta que tú también te haces corrupto e inmoral por hacerte cómplice y partícipe de esa actitud tan cruel? No te olvides que no solo matan las balas, las bombas, la violencia, sean donde sea que ocurra, exploten. Sino que cerrar centros sanitarios, eliminar prestaciones sociales, liberar los despidos en favor de los ricos y empresarios, etc., también matan, aunque sean lenta y silenciosamente, y no se computen ni aireen en los periódicos ni la televisión.
¿Por qué haces eso, lo haces por halagar al propietario del periódico, rico e influyente, adicto a la monarquía y su aristocracia? ¿Tan bajo caes por comer y tener un lugar donde descansar y dormir? Está claro que muchos de los problemas, tan crueles que hay -las desigualdades y la explotación, la pobreza, las castas y los que se aprovechan de ellas-, si no fuera con la colaboración vuestra, de los periodistas, no podrían seguir de esa manera, con sus privilegios, prebendas, con la corrupción que todo ello genera.
La dignidad -que es compasión y amor, también para sí mismo ya que es la mejor inversión en la vida- está delante de todo. Y por eso, es que los que llevan una vida indigna, de siervos, de arrastrarse ante otro ser humano como todos, es el peor mal que nos puede pasar, porque ahí está el miedo. Y el miedo es violencia. Esa violencia consentida, respetada por los jueces, las autoridades.
Aunque, si alguien -como tú- quiere vivir de esa manera, tiene toda la libertad para hacerlo. Pues, eso quiere decir que su evolución psicológica, espiritual, aún está en ese nivel, sin desarrollar. Aunque eso también es una ilusión, pues la libertad, la honestidad, el respeto, el amor, es ahora, siempre es ahora. Sea cuando sea, será ahora, en el ahora intemporal.
La libertad no depende del tiempo ni del espació, ya que nace dentro de nosotros. Solamente hay que darse cuenta que sin libertad no se es un ser humano, sino un mero animal, sin dignidad ni solución para la vida.
Solamente quiero argumentar que una opinión no es un hecho. Una opinión, es una opinión personal y subjetiva, que después de investigarla podrá ser un hecho o no. Un hecho -no una opinión- es el ordenador que tienes delante con el que lees y escribes. Una opinión es decir: me gusta la montaña en vez que la playa, me gusta el rock en vez que la música clásica, o me gustan las dos por igual.
Para qué queremos saber de dónde nace todo, si esas cuestiones son un misterio. Y un misterio no se puede resolver.
Edward. En la sierra –unos ciento cincuenta kilómetros hacia el noreste- ayer empezó a nevar. Y hoy se nota el frío de invierno otra vez, parece un poco agradable, pero si aprieta más habrá que sacar la ropa de abrigo ya guardada.
Los naranjo ya están floridos, los arrozales arándolos y preparándolos para la siembra de la semilla. Las personas ya mirando hacia la playa para ocupar los apartamentos, al menos los fines de semana.
Por lo demás, la corrupción de los que más mandan se está desbordando y viendo lo inmorales y descarados que son. O lo idiotas porque los cogen y les tiemblan las piernas, pero siguen con sus mentiras, diciendo que no saben nada, que han sido engañados. Suerte de ellos, que los que mandan les consienten todo. La táctica es enmarañarlo todo para que pase el tiempo entre recursos y prescriban los delitos.
El problema es que estamos muy acelerados, pues la manera de vivir nos exige muchas cosas: trabajar, divertirse, el ordenador, atender a los hijos y al esposo, ir a la compra, etc. Y así no tenemos tiempo de admirar la belleza que hay en todo lo que nos rodea. Pero, no la vemos aunque esté dentro de nosotros.
Es como cuando vamos en el coche mu rápidos: solamente vemos las rayas del asfalto. Y nos perdemos todo lo demás. Aunque en ese correr, a pesar de su peligro, también está la belleza del motor que funciona como una unidad perfecta, con una unidad con la carrocería, el chasis, todo el coche. Cada uno es de una manera, tiene su estilo. Lo importante es poder sentir la belleza y todo lo que lleva con ella de felicidad y amor.
¿No somos todos iguales ante la ley? Cuanto más mentiras y enredos monten, más los van a odiar. Es duro para alguien que se siente especial, mimado, aceptar que es un corrupto ladrón. Pero negarlo siéndolo, es peor.
El pensamiento está condicionado para solucionar problemas, por eso todo lo que ve lo convierte en un problema. Y por eso, somos quiero y no puedo. Porque ese mismo querer ser diferente de lo que somos es lo que genera el problema, que es el conflicto entre lo que soy y lo que quiero ser. Así que, para salir de esa dinámica me tengo que aceptar tal y como soy: negro, amarillo, africano, listo o torpe, rico o pobre, guapa o no, viejo, joven, etc. Y en ese cese del deseo de algo, es cuando llega eso que el hombre siempre ha buscado: lo sagrado, la libertad, la belleza, lo que está más allá de la premura y el empujar con su crueldad.
Alejandra, necesitamos un tiempo y un lugar tranquilo, para aquietarnos del tráfago diario. Es mucha la actividad para poder salir de esa ansiedad, de la corrupción -que es hacer algún daño a sabiendas, etc.- en el trabajo, en el trato diario en el que disimular y mentir son precisos y salen mecánicamente sin que nos demos cuenta.
Por eso, necesitamos el tiempo para salir de esa situación que todo lo abarca, para poder verse que uno no tiene nada que ver con ese mundo, tan cruel e indolente en el que se ha convertido la vida cotidiana. Hemos de vivir con eso, pero una tiene que ir más allá de una manera o de otra. Si no seremos arrastrados y engullidos por la corriente de la vulgaridad, de la superficialidad, de la insensibilidad. Y entonces, la vida si uno ve que puede ser algo más, no tiene ningún sentido ni significado verdadero alguno.
Por eso, he dicho que cuando uno está muy alterado sin silencio interno, que es como estar enfermo, necesita la medicina de estar tranquilo y en paz consigo, en un lugar donde no pueda ser perturbado y poder recobrar la energía y el silencio. Porque esa alteración nos divide. Y mientras exista esa división, va a generar conflicto, donde todo lo que hagamos va a traer desorden. Así que, en el momento que descarto el conflicto, haga lo que haga, va llevar consigo la belleza, el silencio y el orden.
Y para poder descartar el conflicto, tengo que tener la percepción, la conciencia alerta. Es decir, tengo que tener ese silencio y quietud interna para que esa conciencia pueda operar. Por eso, es preciso que cuando uno está confuso y alterado, descarte todo para poder reencontrar eso tan necesario como es el sentirse holísticamente, sano, lúcido y cuerdo.