Torni Segarra

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El ‘yo’ es un concepto, una imagen, una abstracción, un invento, etc., es irreal, todo de acuerdo. Pero, el hecho, la realidad, es que nos divide y nos deja en conflicto.
Todo es lo mismo, pues todo es fruto del pensamiento, así que comprendiendo un fragmento de ese pensamiento, es cuando lo comprendo íntegramente. Y es cuando entonces me las puedo ver con él.
 
La ciencia, los científicos, mientras no se liberen de su conflicto interno seguirán dando vueltas y más vueltas mordiéndose la cola. Porque, mientras haya conflicto, el resultado de lo que hagamos va a ser desordenado, confuso, generador de más caos.
Pretender hablar de la edad del universo, cómo se originó, etc., es tan pretencioso e infantil, que todo eso obedece a la vanidad y a un negocio. Pretender derrotar a la vida, escudriñándola queriendo alterarla para un propio beneficio, es lo que nos está debilitando y destruyendo nuestra sensibilidad. Y, como consecuencia, destruyendo nuestra casa donde vivimos, este maravilloso y encantador planeta tierra.
 
Por eso, el problema no es de Oriente u Occidente, el problema no es una religión, de las religiones organizadas. El problema es el ser humano que se deja manipular, adoctrinar, que es obediente, superficial e ignorante, que no se comprende ni comprende la realidad de lo que es la vida. Un hombre obediente a una idea, estructura, organización, es tan peligroso como una bomba, capaz de destruir y matar por esa idea y lo que hay tras de ella de ilusiones, de proyectos, de delirios.
 
En el momento que hay un reconocimiento de algo, ya sea bueno y bien visto, favorable, ya deja de serlo. Pues ese deseo que ha tocado lo que es, la realidad, la transforma egoístamente por la actividad del ego, del ‘yo’, miedosa y divisiva, siempre en busca de seguridad, de lo viejo, conocido, repetitivo.
 
Vayamos en compañía de una o varias personas, el camino de la vida siempre va a ser la soledad. Solamente, si el ‘yo’ desaparece uno puede hablar de que no hay soledad en absoluto.
 
Toda creencia, idea o teoría, es inadecuada porque nos divide del reto que es siempre del presente. Es decir, cuando recibo una información, o una persona, la creencia, las ideas que tengo, se convierten en un filtro, donde no hay posibilidad de tener un contacto directo con la realidad, que es ese reto que ha llegado en forma de persona o de información. Y todo eso, nos divide de los demás, haciéndonos recelosos, astutos, racistas, etc., siempre con miedo a lo nuevo. Pero, lo nuevo es la llegada del amor.
 
 
Y si viven entre nosotros –infiltrados o no- los extraterrestres, mientras tengamos amor, compasión, ¿dónde está el problema?
 
Los imperialismos incluyen a las lenguas. Es decir el más poderoso -el vencedor, pues todo imperialismo es la consecuencia de la violencia y la guerra-, impone y exige que se hable y escriba en su lengua, sin importarle lo más mínimo las lenguas de cada lugar.
Esto es como el mismo paradigma con el que vivimos cada circunstancia: todo para mí nada para ti, yo sí que puedo hacer lo que quiera, pero tú no puedes y no te dejaré.
 
Mientras no tengamos orden, vale decir dejar de ser imperialista, hablar de puentes es hacer lo que hacen los imperialistas. El mejor puente es la igualdad, el respeto a la diferencia, la no brutalidad ni la crueldad para imponer lo que uno quiere. ¿Es ese el papel del nacionalista imperialista? Los hechos se demuestran con hechos y no con palabras.
 
¿Por qué será, que uno tiene tantos enemigos con los que siempre está haciendo la guerra? ¿No será eso un fracaso, el fracaso de lo que se dice que es la civilización?
 
Si decimos: ‘Existe un Ser maravilloso, perfecto. Existía antes que el Cielo y la Tierra’. ¿Un ser qué quiere decir, la conciencia, alguien? ¿O, ya estamos complicándonos con las palabras? ¿Puede el pensamiento ir, y ver, a lo que no se puede explicar con palabras?
 
Bueno, suprimamos la palabra ser. Pero, qué decir de: ‘Existía antes que el Cielo y la Tierra’. ¿Cómo se llega a eso? Si todo esencialmente es una unidad, toda la energía, la materia, etc., siempre ha existido. Por tanto, todo ese escrito es como los escritos de los surrealistas, como cuando decían: ‘La luna se está peinando en el espejo del río’. ¿Entiendes, Rolando? La luna no tiene cabello ni el río es un espejo, ni la luna ni el río tienen peine para poder peinarse.
 
Ananías, ¿puede haber una lengua como el inglés, el español, el francés, etc., sin el nacionalismo que va con ella? La misma fonética que se usa en cada parte donde se habla una lengua, ya está teñida del nacionalismo. Por tanto, el problema no son las lenguas son las personas, que las usan como armas para imponerse, para la vanidad del ‘yo’, etc.
 
Para Kirk Gadzia, biólogo silvestre y máster en Ciencias de las Praderas.
He leído tu entrevista de ayer en el diario… Gracias por las informaciones y comentarios.
Hay un problema: cuando más beneficios obtengamos, ¿qué hacemos con esos beneficios? Pues, a más acción hay más destrucción. Por lo tanto, no es el rendimiento de beneficios económicos, sino la calidad y la cantidad necesaria para poder sobrevivir.
 
Esa soledad cuando es verdadera –que no es aislamiento-, uno no es consciente de ella cuando estamos en unión total con lo que vemos, en la relación con las personas, cuando hacemos algo. Entonces, todo es la dicha del fluir la vida, sin división, sin que el pensamiento haga un fragmento para poder actuar.
 
En la meditación no hay ausencia total de la actividad mental, pues el pensamiento es ingobernable. La meditación es ver todo el flujo de imágenes y pensamientos que se suceden, sin huir ni querer reprimirlos, cambiarlos. Pues, en el momento que actuamos voluntariamente para inmiscuirnos con la realidad, generamos división y conflicto. Y si hay conflicto y división, la inteligencia que es la meditación no puede ser.