1. Todo es una unidad indivisible, nosotros somos los que nos dividimos de los demás, de todo lo que existe. Si lo vemos como cuando vemos el dolor de una piedra que llevamos en el zapato y nos está destrozando el pie, es cuando la división llega a su fin.
2. ¿Sabe por qué decimos que los dioses nos dan tanta paz? Porque esos dioses son un invento nuestro, son como nuestro robot, que hemos programado para obedecer y que hagan lo que tienen en su programación. Es curioso que ningún dios se sale de la raya, que haga realmente algo extraordinario, nunca visto. Esto es así, porque esos dioses son una proyección nuestra, de nuestra mente. Es decir, los dioses son lo que somos nosotros, lo que tenemos dentro de nosotros, en nuestro pensamiento, mente, etc. Y la mente tiene la capacidad de inventar todo lo que le haga falta y le interese.
Así que para ser libre, entero, no condicionado, ha de ver todo ese invento de los dioses. Y darse cuenta que solamente uno es el responsable de su actividad.
3. Eso es el egotismo: creer que como uno o una no hay nadie. Podemos empezar por ahí, luego pasar a la familia, a la tribu, al nacionalismo, a la región, al equipo de fútbol, al líder, al maestro, al gurú, etc. Cuando todos somos lo mismo: personas invalidas psicológicamente, llenas de necesidades que atender.
4. Ahí está nuestro trabajo, conocernos cómo somos, conocer el pensamiento, ver cómo opera y de qué maneras lo hace. De lo contario seremos como los ordenadores que están programados y que sólo responden de acuerdo con esa programación.
5. El egoísmo, la sed de venganza, nos hace estúpidos e ignorantes. Sin darnos cuenta que todos somos iguales psicológicamente, tenemos las mismas necesidades de afecto, de aparecer y desaparecer, de que nos respeten, de ser libres, etc.
6. ¿Darle todo a una sola persona, es eso amor?
7. La perfección, ¿existe o es un invento creado por nosotros? Como lo perfecto no existe, todos fallamos, erramos, hacemos daño de una manera o de otra.
8. Por lo único que cambiamos, es por el dolor que nos causa lo que hacemos, la manera como vivimos. Pero, después de vivir sufriendo quinientos mil años, no hemos sido capaces de cambiar en lo esencial, todavía vivimos en conflicto, agresivos, indiferentes al dolor que provocamos en los demás, seguimos siendo violentos, asesinos en las matanzas en masa que son las guerras. Y todo eso, por el egoísmo, por la indolencia ante el dolor de los menos afortunados.
9. Todo lo que existe, por el hecho de existir, ya participa de la perfección de universo. Las personas, todas tienen su belleza, su encanto, su vibración. Nosotros, como somos tan estúpidos, queremos clasificar lo inclasificable, lo que solamente se puede admirar, porque es lo sagrado, la vida.
10. La imitación nos deja en el mismo sitio donde siempre hemos estrado. Pues si imitamos, no comprendamos. Y la vida es tan fuerte y poderosa que si no vemos todo de primera mano, por nosotros mismos, seremos seguidores obedientes del que dice que sabe, del maestro, gurú, etc. Es decir, seremos como animales de rebaño, como esnobs.
11. Para ayudar a los otros, primero deberíamos de empezar por nosotros, ¿no es cierto? Pues, para ayudar a los otros, hemos de tener orden, vivir en él. Y eso es el trabajo que hemos de hacer para ayudar a los demás. Así que, primero hay que poner orden en nuestra casa, que es nuestra vida, la manea cómo vivimos.
12. Si uno muere a todo el pasado, tiene una actitud llena de vitalidad, ágil, fresca y siempre nueva. Morir al pasado quiere decir a todo lo que nos ha llegado por el condicionamiento heredado de nuestros antepasados, y morir también a todo lo que vivimos a cada segundo que pasa.
13. ¿Por qué nos creemos tan importantes, tan especiales, tan únicos, si somos como todos? Esas pretendidas diferencias, en lo hondo llevan consigo la frustración, la agresividad, la venganza. Y todo eso es lo que nos hace feos, viejos, siempre en conflicto.
14. Si buscamos algo, si ya sabemos lo que queremos, eso va a llegar de una manera o de otra. Pero, eso que nos llegue, será ya lo viejo y conocido. En cambio, si no buscamos nada, si no queremos nada, es cuando abrimos la puerta a lo nuevo, lo no tocado por nada, lo sagrado. Entonces, lo que nos llega es verdaderamente un regalo inesperado, porque no queríamos nada y sí que lo queríamos. Porque tanto el querer como el no querer, son dos manifestaciones del deseo.
15. La experiencia siempre es del pasado, del ayer, de hace una semana, un segundo, o cuando sea. Y con ese pasado no podemos amar. Pues el amor, es el eterno ahora.
16. Todos podemos sonreír y llorar, porque esa es la manera como funcionamos. La vida es como es, y eso no se puede cambiar, porque todos participamos de la misma mente global, donde todos estamos conectados. Y por eso, es que todos estamos obligados a participar de todo lo que sucede en el mundo: alegrías, sonrisas y lágrimas, felicidad y amargura, soledad o rodeado de personas, aislados o en comunión.