Torni Segarra

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1. Amarse a uno mismo es el comienzo de todo. Pero como la mente inventa todo lo que le interesa, con la excusa del amor a uno, puede hacer las mayores barbaridades. Por eso, para que el egoísmo, el ‘yo’, no puedan operar, hemos de encarar los retos negativamente, renunciando a lo que ya sabemos que va a ser: la indiferencia, la indolencia, el egoísmo.
 
2. Creerse a los que dicen: ‘Yo siempre estaré aquí para ti’, es no conocernos tal cual somos en absoluto. Si nos conociéramos a nosotros mismos de verdad, también conoceríamos a todos los demás, y nadie nos podría engañar. Ya que, veríamos lo falso y no podríamos creernos las tonterías que dicen o puedan decir.
 
3. Para que venga lo nuevo, hemos de morir a lo viejo, a lo repetitivo. Para eso, hay que descartar el ego, el ‘yo’, que es lo más viejo que hay. Pues, el ego, como tiene miedo se agarra a lo conocido y repetitivo. Por eso, lo nuevo es vivir hacia lo desconocido, hacia el vacío que no sabemos lo que es.
 
4. ¿Existe el amor, ya sea de pareja, de los padres, de los amigos, o es un invento de la mente? Hay unos que dicen que sí, hay millones de libros –novelas y tratados, etc.- que hablan del amor, las religiones todas dicen que existe y hablan, lo mencionan repetidamente. También hay quienes lo niegan y actúan como verdaderos creyentes de ese no, que los hacen    indiferentes a todo cuando sucede. Pero todo eso, los que dicen que sí que existe el amor, como que no existe, no tiene ninguna importancia ni valor.
Lo realmente importante es lo que cada uno descubra de primera mano, solo enfrentándose al hecho de que, si existe o no existe el amor. Y lo que descubramos, veamos, eso será nuestro, nadie nos lo podrá arrebatar.
Los hechos son, que decimos que amamos a nuestros hijos, pero a la vez toleramos las guerras, donde van a matar y a que los maten. Y las guerras llegan por la inmoralidad, por la corrupción, por la absoluta falta de respeto. De manera que si decimos que amamos a nuestros hijos, a nuestras parejas, hemos de descartar la corrupción y la inmoralidad. Por tanto, hemos de descubrir si se puede vivir de esa manera, donde no haya guerra, ni en nosotros ni en el campo de batalla, ya sea en el hogar, en el trabajo, en la calle o en el frente.
 
5. Pues ahí estamos, en esa búsqueda de una dirección diferente, que desde hace cien mil años lo estamos haciendo. ¿Por qué después de tantos miles de años de ver la miseria humana, con su crueldad y violencia, las guerras, todavía no tenemos el impulso ni la energía para descartar todo eso que nos hace feos, crueles y brutales? ¿Qué dicen? No busquen en los otros, lo que dicen o no. Es uno solo, el que tiene que encarar ese reto que es el de la división interna y ver si puede ir más allá, para que la llegada de una nueva dirección ante el reto de la vida pueda llegar.
 
6. Tener un hijo es algo muy importante y, si no es que somos indolentes e indiferentes, nos llena de responsabilidad, incluso penal ante la justicia. Por lo que, los que ya han tenido uno o dos, sobre todo en Europa, EE.UU, y han visto eso lo que conlleva, muchos no quieren volver a tener más. Quieren invertir esa energía, y ese tiempo, en hacer otras cosas, que consideran necesarias para realizarse y liberarse psicológicamente.
Por lo que si una nueva pareja le exige, coacciona u obliga para que tenga otro hijo, esa presión va a destruir la relación. Ya sea que lo acepte o lo rechace. Y el que exige que su pareja acepte otra paternidad, también está destruyendo la relación. ¿Dónde hay obligación, imposición, en el forzar los hechos, puede haber amor?
 
7. Primero que nada los santos no existen, porque todos los que pasamos por esta tierra, hemos de hacer algún daño, aunque sea por la misma presencia, el mismo existir. Pues siempre hay algunos que nuestras maneras y actitudes, les molestan y les hacen daño.
Ahora viene el reto. Si tú, Néstor, vives con tu esposa e hija joven, y de noche cuando estáis durmiendo entran unas personas en tu casa a robar, que hacen que les veas y te humillen, maltraten, que al ver a tu hija y tu mujer quieren violarlas ante ti, ¿qué sentirías, podrías vivir eso: ‘De la grandeza surge el desinterés’, podrías hacerlo realidad en esos dramáticos momentos?
Las palabras por bonitas, por bien expuestas y montadas que sean, no son la realidad, no son los hechos que ellas describen. Por eso, uno tiene que descartar todas esas palabras, las ideas y teorías, y encararse con los hechos él solo.
 
8, ¿Psicológicamente es posible no perderlo todo? Psicológicamente, si queremos ser libres y ágiles, frescos, hemos de morir a cada instante a todo lo que nos ha sucedido.
 
9. ¿Nos damos cuenta que la mente es ingobernable? ¿Han intentado dominarla, controlarla, que les obedezca, alguna vez? Si lo han intentado,, a pesar de cierta quietud momentánea, se habrán dado cuenta que eso no es posible. Pues la mente cuando se la obliga, se irrita, hay fricción, entra en conflicto entre lo que nosotros queremos y lo que ella quiere.
Solamente yendo más allá del conflicto, que es división, la mente se calma, se silencia y desaparece su actividad perturbadora, confusa y desordenada.
 
10. Tan de izquierdas que quieres ser, pero no lo eres. Pues, pensar que una lengua que la hablan ocho millones puede ser respetada por otra de cuatrocientos, ¿eso es un hecho, o una conveniencia tuya? Esto demuestra que eres un tonto, inocente, o un descarado.
Quien es de izquierdas quiere la igualdad, la ama, la busca, la promueve, lucha por ella. Los fachas, no quieren la igualdad, quieren la autoridad del más poderoso, son dictadores racistas, como lo podemos ver cada vez más. ¿Tú también te has vuelto facha, inmoral y cruel, inhumano, falto de compasión y amor?
En la vida, si es que no somos infantiles y superficiales, todo lo que decimos, escribimos, hablamos, se ha de demostrar con hechos, los hechos de nuestra vida diaria, cotidianos, de cada día, de cada momento, de cada instante. Eso es lo mismo como cuando decimos que amamos a alguien, a un país, a la legalidad, al orden, pero hacemos todo lo contrario, somos hipócritas, sin amor, generando desorden y anarquía.