Torni Segarra

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1. La confianza más segura, es no confiar con nadie. Pues la vida es insegura, variable y caprichosa. Y nosotros como somos esa misma vida en acción, somos imprevistos, traicioneros, vengativos, llenos de recelo, de miedo.
Pero, al ver todo eso nos hacemos libres, sin ataduras ni dependencias de nadie.

2. Si la experiencia en la enseñanza, es lo primordial, es el objetivo. Entonces, el interés que nace de lo nuevo, de lo dinámico, de lo que está más allá de toda norma y concepto, será bloqueado, no podrá ser. Si es queremos que los niños, las personas sean libres, hemos de empezar nosotros por ser libres, para ofrecerla a ellos que nos escuchan y observan.

3. Todos los conflictos tienen un punto culminante: el más poderoso, el que tiene el poder, con sus privilegios y prebendas, no quiere perderlo, por lo que no cede. Así que el conflicto siempre está ahí servido. Las dos partes enfrentadas han de conocerse integralmente, para poder conocer a la otra parte que básicamente tiene también el mismo deseo: ganar más poder, seguridad, beneficios económicos, sociales y de bienestar, de libertad para poder desarrollar sus ideas y teorías, sean las que sean.
Es preciso darse cuenta, ver y saber cómo funciona la mente, la vida y su realidad, que es lo que va a determinar el resultado de la solución del conflicto. Pues mientras no comprendamos el conflicto desde su raíz, que está dentro de cada cual, de todos nosotros, todos los resultados van a generar más conflicto, que cuando si se expande se puede manifestar en violencia, en guerra.

4. Somos libres para decidir. Pero la vida es como es, por lo que no podemos controlar ni manejar las consecuencias de ese acto de libertad al decidir, ni las circunstancias del momento cuando suceden.

5. ¿Si hay miedo puede haber amor? El amor y el miedo, no pueden ir juntos. Pues el amor es dicha, gozo, plenitud, la ausencia de conflicto y su maldad, donde el miedo no puede ser. El miedo es confusión, desorden, enfrentamientos ya sean violentos o no, la ausencia de paz con su belleza.
Si viéramos en realidad tal cual es el miedo, si lo viéramos en su totalidad, sus consecuencias, tal vez descartaríamos el conflicto, los conflictos que nos devoran.

6. Cuando aprendemos de nuestras caídas, tenemos esa información. Pero la vida es como es, donde nosotros siempre somos vulnerables, hemos de caer de una manera o de otra en cualesquiera que sean las circunstancias. Por lo que ver y comprender todo eso, que es la realidad de la vida, es lo que nos hace que vayamos más allá de lo que es la vida y sus miserias y amarguras.

7. Respecto de Nelson Mandela, fue alguien que hizo lo que pudo. Pero era un hombre del establishment, con todo lo que eso quiere decir de doméstico, de continuista de la tradición que se repite sin fin, dejándonos en un círculo cerrado sin poder llegar a lo nuevo.
¿Si no tuviéramos miedo seríamos nacionalistas, cristianos, budistas, judíos, comunistas o capitalistas? No lo seríamos, veríamos todo eso como una tontería que es.
Pero, seamos sinceros y veraces: el miedo va a seguir estando ahí. ¿Qué hemos de hacer entonces? Vivir con el miedo de manera que no nos cause conflicto. Para que no pase de ser interno, donde lo podemos gestionar, a ser externo y manifestarse en todo su esplendor en enfrentamientos, brutalidad, crueldad, violencia y guerra.

8. En el ámbito psicológico, todas las cosas que guardamos del pasado son innecesarias. Ya que son un obstáculo, un impedimento, que se antepone para que llegue lo nuevo. Lo nuevo no tiene nada que ver con lo viejo, pues la astuta mente no lo puede tocar.

9. ¿Puede haber alguien que esté dispuesto a vivir exclusivamente sólo para nosotros? Para descubrirlo hay que ser capaz de hacer realidad eso mismo nosotros en nuestra vida. De lo contrario todo eso es una idea, teoría, una ilusión, fruto de nuestra desesperación por vernos solos, desamparados.

10. Por supuesto el amor es la droga más hermosa, barata. Pero existe la tentación de algunos de ponerse contra él, de prohibirlo, de obstaculizarlo, de desprestigiar ese amor y sus consecuencias, que siempre van a ser la verdad.

11. ‘El miedo, el dolor y el sufrir, sólo vienen a ti cuando no estás enfrentando la vida con la luz del alma, la estás enfrentando con el ego.’
El ‘yo’, el ego, son los inventos para eludir el miedo y el dolor. Pero, el ‘yo’, que es el pasado, que es tiempo psicológico, no puede traernos nada nuevo que no sea la repetición de lo viejo. Lo viejo es la división y el conflicto interno. Y mientras no comprendamos desde la raíz y el origen, cómo se genera esa división y fragmentación interna, que hace que llegue el conflicto, el dolor, y el miedo que lo acompaña, con todas las ramificaciones para escapar de él, seguirá en nosotros.

12. ¿Por qué nos contenemos los sentimientos, las palabras, todo lo que tenemos en el corazón, sin expresar nada? ¿Es por miedo a perder lo poco que tenemos de los otros de los que dependemos, ya sea afectivamente, económicamente, sexualmente? Hay que descubrirlo y verlo tan claramente como el peligro que es, como si fueran los coches que pasan veloces y a toda prisa por una carretera por la que queremos cruzar a pie.
Y entonces, esa visión directa de la realidad, de lo que es, es acción, es orden y es amor. No lo aceptes, míralo, entra en ello para descubrir la verdad que eso es.

13. Todo lo que digamos a los otros, si lo decimos sin corrupción, sin engaño, todo eso es verdadero, es el orden, es amor. Los otros puede que tengan sus opiniones al respecto, que sean diferentes, que lo vean cursi o superficial, etc., pero eso no tiene ningún valor real, ni sentido ni significado verdadero.