Hágase tu voluntad quiere decir: no puedo salir del lío en que se ha convertido mi vida -tener un cáncer, el sida, u otra terrible enfermedad, habernos abandonado todo el mundo, habernos traicionado los que más cerca están de nosotros, haberlo perdido todo: trabajo, bienes, salud, amistades, las fuerzas vitales de la juventud-, así que ya nada me importa porque nada puedo hacer.
En realidad, hay muchas personas, jóvenes y mayores, en las cárceles, los psiquiátricos, manicomios, los hospitales, las residencias de la tercera edad. en los asilos de ancianos desamparados, que están repletos de Cristos.
Primero es la conciencia de lo que vemos, después está el pensamiento que recuerda lo que ha visto, dando lugar a la memoria, y por último está el ego, el ‘yo’, que es el invento del pensamiento. Así que, el ego, el ‘yo’, es la consecuencia de ser conscientes y percibir, la memoria y el pensamiento, todos están relacionados entre sí.
El silencio puede ser dejar de hablar o algo que se genera dentro de nuestro ser. Aunque eso, no tiene importancia. Lo importante es darse cuenta del desorden en que vivimos, al estar divididos y en conflicto. Verlo de manera, que en ese mismo darse cuenta, sea la acción liberadora.
El aburrimiento es un estado de desatención, de insensibilidad. ¿Podemos, si es que somos sensibles, ser indiferentes ante una persona, ante alguien que nos habla, ante el orden preciso y necesario para ir a trabajar, para el orden del apartamento? ¿Por qué no siente alegría al ver a los pájaros, las nubes, los gatos, los árboles, al ver las nubes cargadas que empiezan a soltar la lluvia que purifica y limpia la tierra?
No lo vivimos ni percibimos porque nos hemos acostumbrado a sacar el placer de las cosas desordenadas, sensitivas, que nos embotan la mente, y nos dejan en nuestro pequeño mundo cerrado. Si uno puede darse cuenta de que su vida es la rutina, la monotonía, la repetición estúpida y sin sentido, si lo ve como el veneno que es, que me está destruyendo, que me puede acabar conmigo, un hace algo, ¿no?
Un reto si no lo encaramos negativamente, con la actitud de ‘no sé’, el resultado va a ser negativo, el desorden. Pues, de la única manera para que no llegue el desorden es no dar la opción de que opere el ‘yo’. Y el ‘yo’ deja de operar cuando dejamos de prepararle el terreno para que pueda ser. Por eso, encarando negativamente la solución al reto, este se soluciona trayendo el orden. Y este orden es amor, es inteligencia donde todos los retos, los problemas, quedan resueltos a medida que van apareciendo.
Un reto si no lo encaramos negativamente, con la actitud de ‘no sé’, el resultado va a ser negativo, el desorden. Pues, de la única manera para que no llegue el desorden es no dar la opción de que opere el ‘yo’. Y el ‘yo’ deja de operar cuando dejamos de prepararle el terreno para que pueda ser. Por eso, encarando negativamente la solución al reto, este se soluciona trayendo el orden. Y este orden es amor, es inteligencia donde todos los retos, los problemas, quedan resueltos a medida que van apareciendo.
Sí, Etania, el problema es de libertad. Todos los problemas son de libertad. Porque la libertad se niega cuando uno se impone a otro para sacar un beneficio ya sea material o psicológico.
Por tanto, ese problema de libertad, que en realidad es el problema de la vida, lo hemos de solucionar nosotros. Si me permites lo vamos a poner de esta manera: tú y yo vivimos juntos como una pareja, si uno de los dos quiere beneficiarse de las circunstancias por ser un hombre, por ser uno de los dos más culto, por ser una mujer con un cuerpo atrayente y afortunado, por los dineros que tiene cada cual, por el trabajo que hagamos o no en la casa, etc., ¿puede haber libertad entre nosotros, podemos generar libertad de esa manera de relacionarnos? Eso quiere decir que mientras haya imposición de la clase que sea, va a generar un agravio, un conflicto entre lo que uno quiere y lo que quiere el otro. Y vivir en conflicto es vivir en el deteriora miento de las relaciones y la vida. ¿Qué haremos entonces, viendo que nuestra relación se ha convertido en un veneno? Aunque la solución es para todos la misma, es cada cual el que la tiene que asumir.
Por tanto, hasta que no llegue esa eventualidad no podemos decir todavía nada que tenga realmente valor y sentido. Pues, un hecho, al que hay que responder inmediatamente, no es lo mismo que investigarlo como lo estamos haciendo ahora.
Lo mejor, trae lo peor. Y lo peor, trae lo mejor. Y todo esto genera desorden, conflicto. Es verdad, Vicky, sólo existe el fluir de la vida, donde todo cambia de instante a instante.
Tu argumento diciendo algo diferente -que incluye lo contrario- de la otra parte, esa es tu opinión contra la otra parte. No podemos huir de la realidad. No veo otra manera de investigar los conflictos, sino por la analogía entre dos personas. Porque, al contrario de los conflictos que se viven en directo, y se van resolviendo, este como está tan lejos de nosotros, no hay manera de abordarlo.
Por lo que, Etania, si tú quieres, al no poder nada más que añadir, vamos a concluir, al menos por mi parte –si tú quieres decir algo más, de acuerdo, tu modo-.
Vamos a intentarlo nuevamente, Etania, seguimos viviendo juntos y uno de los dos decide que ese apartamento donde vivimos no es el adecuado para nosotros, por lo que se quiere trasladar a otra zona. Pero, uno de los dos, no está de acuerdo, dice que nuestra economía no está para gastar en esos traslados, que donde viven ahora está bien para ellos. Pero, uno de los dos insiste que se quiere ir. ¿Qué solución encuentras?
No, Etania, no, ese no es el camino. Porque ese camino te lleva a la guerra. Tú dices que no quieres enredarte pero tus hechos dicen lo contrario. Tú tienes la especialidad -yo no, lo reconozco- de aportar información, enlaces, fotos, etc., para apuntalar y reafirmar tu propuesta. Pero, eso mismo, exactamente, los que acusas tienen tus mismas posibilidades de desbaratarte tus argumentos. Porque, está el infinito. Y hay infinitas posibilidades de seguir aportando información y material para defender tus argumentos, pero los otros también tienen esos infinitos argumentos favorables a ellos.
Por eso, todos los conflictos son psicológicos. Y es en ese ámbito donde se tienen que solucionar. De lo contrario todo va a llevar al conflicto, al enfrentamiento, a la violencia y a la guerra. Y estamos hablando de cosas mayores. Por eso, siempre he creído que cuando uno llega al ámbito del enfrentamiento verbal, ya alterado, que pasa a la violencia y a la guerra, es porque hay una patología mental –piensa en eso y verás-, tolerada y aceptada, incluso en épocas de guerra ensalzada y proclamada como cosas de héroes, de salvadores. Y eso es lo que se repite desde hace un millón de años, pues siempre hemos resuelto nuestros problemas y conflictos con brutalidad, crueldad y violencia. Cuando también hay infinitas posibilidades de hacer las cosas de manera en que no se caiga en la crueldad, la violencia y la guerra.