Torni Segarra

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Los extremistas se llaman, se atraen y se juntan. Los que denuncian por todo el mundo que son racistas con ellos, ellos mismos son los más racistas y crueles con los que se cruzan en su camino, en su deseo de pureza racial.
 
El equilibrio entre lo mental y físico, puede que no sea posible. Pues, el cuerpo llegado a un punto empieza a degenerarse por la fuerza de los hechos -madurez, vejez-. Mentalmente, psicológicamente, espiritualmente, etc., sí que hay una posibilidad de ir más allá de todo ese proceso del deterioro físico inherente a todo lo que existe -personas, animales, etc.-.
 
La educación, el saber usar las palabras correctas, comer en la mesa con toda clase de cubiertos, etc., tiene su lugar y su momento, pero eso no tiene ningún valor si nuestros actos son corruptos, irrespetuosos, si somos indiferentes, deshonestos, con los demás que no nos interesan.
 
A la hora de hacer las cosas que necesitamos para vivir –buscar pareja, un amigo, etc.-, todos tenemos que hacer lo mismo: intentar convencer al que creemos que es la adecuada, con toda clase de argumentos, obras, exhibiciones, promesas, etc.
 
¿Por qué decimos que la vida es toda una batalla? Es una batalla cuando no comprendemos su manera de funcionar, su significado, cuando queremos imponernos a la realidad, a lo que es. Porque ya tenemos una idea de lo que ha de ser, un plan, una estrategia. Pero solamente la vida tiene su propia estrategia implacable, a la que nosotros hemos de comprender y vivirla.
 
Al hacer lo que tenemos que hacer –vivir la vida que nos toca-, si lo hacemos con atención total, sin ningún fragmento que nos divida, el pasado y el futuro no podrán operar, interferir en eso que hacemos. Y en eso, está todo el misterio de la paz interna, del orden.
 
Si no funcionan las medicinas, los remedios, tratamientos, etc., sólo cabe la comprensión que incluye la aceptación de todo lo que sucede.
 
Tanto si decimos que una amistad verdadera no tendrá final, como que sí que lo tendrá, eso incorrecto e inadecuado. Pues, hay infinitas posibilidades para que todo pueda o no pueda suceder, al margen de nuestros deseos y necesidades.
 
El cariño es la manifestación de aprobación de alguien que hace algo que nos interesa. Forma parte del negocio de la vida. Pero, desafortunadamente ni ese cariño lo damos a todos, ni hemos hecho que todos los seres humanos formen parte de nuestro negocio, que es el vivir adecuadamente. Y para ello, es imprescindible que haya cariño, afecto, compasión, amor por todos y por todo lo que existe.
 
¿Por qué a las mujeres les gusta que a un cierto nivel les hagan daño –en las relaciones íntimas, sexo, etc.-? Prueba de ello, es la moda de los cuerpos de los hombres como sansones, poderosos físicamente, capaces de destrozar y destruir cualquier cosa –incluida la mujer que está con ellos-.
La mujer, como el hombre, tiene miedo de no ser nada, de no ser lo que le determina su condicionamiento y programación, el sexo, tener hijos, buscar seguridad, etc. Y para ello, va a intentar hacer la mejor oferta a otro que también necesita lo mismo que ella. Por lo que el negocio es redondo y beneficioso para los dos. Aunque, las exigencias por ambas partes arruinen el negocio, llegando la división, el conflicto y la guerra.
¿Quién seduce a quién, quién tiene la iniciativa, quién tiene esa necesidad irrefrenable que nos hace adoptar toda clase de actitudes que parecen ilógicas, de personas dementes, que nos llevan a la crueldad y violencia?
 
La felicidad, no se puede atrapar ni manipular. Porque la felicidad no está sujetas a ningún concepto, idea o teoría. La felicidad muere y nace a cada instante, por eso es atemporal, es lo innombrable, es el mismo amor.
 
Si supiéramos lo que es en realidad la muerte, no viviríamos como lo hacemos, seríamos directos, sin imposturas y falsedades, sin prestar atención a lo que hacemos. Cunado comprendemos la muerte, es cuando le damos toda la importancia a la vida. Pues, la muerte y la vidas son lo mismo, son las dos caras de la moneda. Por eso, maltratar, faltar al respeto a una, es hacerlo a la otra.
 
El poder está dentro de nosotros, en la libertad, en la comprensión del miedo.
 
Las personas nos lastiman porque vivimos de manera que hacemos algo que lo provoca. Es cuando no somos conscientes realmente de lo que hacemos, que decimos que nos lastiman. Pero, la vida por sí nos lastima por el paso del tiempo, al mermar nuestras fuerzas y llegar la decadencia física. Y eso no se puede evitar. Aunque en el ámbito psicológico, sí que podemos hacer algo al respecto, siempre empezando por nosotros mismos, viviendo honestamente, sin ser insensibles, indiferentes e indolentes con los demás.  
 
Vivir de instante a instante, nos libera del tiempo, como el pasado o el futuro. El tiempo psicológico, como devenir, como lo que ha sido, es lo que nos hace pesados, arrastrando el pasado o empujando al futuro. Por eso, es que vivimos divididos del presente, del ahora. Y donde hay división, la energía no puede fluir plenamente, para encarar los retos de una manera total, completa.
 
Creer en las personas, es no conocerse uno mismo. Porque si nos conociéramos no confiaríamos en nadie, porque ellos, los otros, son como nosotros.