1. La percepción directa descarta la opción. Pero, hay que ir con cuidado con lo que llevamos entre manos.
Cierta vez, un joven que se drogaba habitualmente, dijo que él si tuviera dinero suficiente sería siempre feliz tomando ácidos -LSD-. Ya que se los tomaría uno detrás de otro, para que no le vinera el bajón, donde el efecto desaparece. Uno le dijo que eso era una eventualidad. Porque, él podría necesitar tomarlos, pero los que se los proveían no tenerlos, tal vez en unos días.
Es decir, él ponía toda su atención en conseguir y tomar ácidos, pero él no sabía exactamente lo que llevaba entre manos. O si lo sabía le daba igual. Pero, como estaba colgado en esa historia él no se pensaba que podía desarrollar una alteración mental severa, donde tendría que ponerse en manos de un psiquiatra y siempre estar atendiéndole una persona, que esté junto a él.
Por tanto, el alimento, si es que uno no tienen ideas destructivas, nihilistas, ha de ser adecuado y sano para que la mente pueda funcionar en la vida cotidiana, la de ir a la compra, conducir el coche, ir al trabajo, hacernos la comida, etc.
2. Aunque es verdad que Occidente mira fuera, para resolver los problemas, Oriente también lo hace, aunque a un nivel menor. Pues, tanto Oriente como Occidente obtienen el mismo resultado: división y conflicto interno, que al exteriorizarse generan todos los problemas en los que vivimos: indolencia, con su pobreza y miseria, enfrentamientos y peleas, crueldad con su violencia.
3. Por eso, siempre tengo la duda de que esos personajes -Buda, Jesús y otros parecidos- hayan existido y no hayan sido unos inventos como los del ‘Quijote’ de Cervantes, o los personajes de Shakespeare.
4. ¿No sería mejor no ingerir tanta comida y bebida, para no engordar, y no tener que torturarse luego con ejercicios físicos, como correr, etc.?
5. El amor no tiene realidad como el ordenador, pero tiene sus efectos, sus resultados, tiene su energía que es orden. Este orden no es tuyo ni mío ni de nadie. Es el orden que está más allá de nosotros, de nuestros requerimientos.
6. Muy interesante. Como siempre, la ciencia es algo inacabable. Siempre hay algo más que añadir. Y ese es el paradigma del infinito, el paradigma de la vida, que es toda una evolución. Por eso, hay quienes viven de eso. Gracias, Enghelbertb.
7. ¿Quién es está mujer, María? Si eres tan amable lo puedes explicar.
Gracias. Y, ¿por qué la has posteado, tiene algo de especial que desconozcamos -aparte de su cara atractiva y energética-?
¿Es actriz, modelo, directora de cine, escritora, cantante? ¿Qué hace, aparte de fotografiarla?
8. Ese alguien que quiere o pretende resolver las cosas, los problemas, ¿no es el ‘yo’, con sus ideas, conceptos, con sus deseos? Por tanto, es el ‘yo’ al que tenemos que comprender. Y solamente lo podemos comprender, cuando somos capaces de ver todo el peligro que él es: como un veneno, como un precipicio a los pies.
9. Aceptar la muerte es entregarte a ella. Es lo mismo, que cuando uno no huye de una situación: rechazar a alguien que está con nosotros que lo encontramos desagradable, molesto, etc. Cuando hay entrega el orden y la inteligencia están operando, aunque nos lleve a la muerte. Parece un suicidio, pero si es que somos serios y sinceros, esa es la realidad, uno tiene que ir a la muerte, vivir con ella todo el tiempo. Ya que así, el temeroso ‘yo’, y su incesante deseo de devenir, no puede operar. Y sólo sin el ‘yo’, eso que llamamos amor puede florecer.
10. Una de las partes del engaño consiste en nombrar y renombrar a una autoridad, en este caso filosófica, espiritual, sin darnos cuenta que por el simple hecho de nombrarlos, de una manera o de otra, ya nos está condicionando. Y para entender algo realmente, uno tiene que entregarse a eso que quiere entender con toda su vida, sabiendo que ahí puede estar la muerte. Pues la muerte siempre está ahí. Y es cuando uno no huye de la muerte, que el ‘yo’ no puede operar y desparece.
11. He leído tu escrito, ‘Comprender antes que actuar’, en…, de ayer. Gracias.
Tienes toda la razón cuando dices que lo que han pasado quienes han tenido que cerrar sus negocios arruinados por la crisis, es un obstáculo a la hora de volver a empezar. Porque, esa experiencia de fracaso, pensando que algo no hemos hecho bien, nos divide del presente.
Pero, esta actitud no es sólo en el ámbito económico y de los negocios. Pues, en la vida, que es el primer y más importante negocio que tenemos, nos pasa lo mismo cuando caemos enfermos, que sentimos que puede ser deberíamos haber hecho algo más para eludir la enfermedad aunque sea leve.
Esto, es así porque psicológicamente somos incompletos, miedosos, al vivir divididos del ahora. Al no estar completamente atentos a todo lo que hacemos, es cuando nos dividimos y el pensamiento empieza a imponer sus formas: cavilaciones, divagaciones y especulaciones. Pero, el pensamiento que es el pasado, no tiene la solución, sino que es un obstáculo para que venga lo nuevo. Pues, la vida es: destrucción, amor y construcción.
12. He leído tu escrito-columna de ayer, ‘Las personas son el fin’, en… Gracias.
Todo lo que dices es cierto y verdadero. Pero, cuando comparas los derechos de los trabajadores de España con los de los países centrales y nórdicos de Europa, esto, aunque es verdad no tiene fuerza para solucionar los problemas. Pues, si habláramos con los trabajadores del norte y del centro de Europa, ellos dirían más o menos lo mismo. La comparación -aunque justa- es una ilusión. Es como si un jugador de fútbol, de una categoría inferior, se quejará pensando que los de las categorías superiores no reciben golpes, patadas, bulling, por sus compañeros y marranadas de su junta directiva.
Este problema, es un problema psicológico, que generan desorden y confusión, conflictos y violencia. Todas le revueltas y revoluciones, siempre llevan más de lo mismo.
Todos los países que han hecho las revueltas de la primavera árabe, ¿cómo están ahora? Ha habido un cambio de personajes, pero el fondo del conflicto, la desigualdad, los maltratos, las injusticias, la brutalidad y la crueldad, la corrupción, siempre permanecen en el seno del nuevo régimen.
Porque, esto quiere decir que dentro de cada uno no ha habido más que un cambio, una revolución superficial. Pero, la división, el conflicto, la insensibilidad hacia el dolor y el sufrimiento, la indolencia y el egoísmo, todavía siguen ahí.
Uno no tiene que esperar a los demás para hacer este cambio, esta revolución, sino que la tiene que hacer por sí mismo, solo, para que tenga sentido y significado. En cuanto a poner orden. Y si tú no tienes orden, que es no ser corrupto ni inmoral, ¿cómo puedes hablar de ello y transmitirlo a los demás con tus actos cotidianos?