Es verdad que estamos condicionados por el sito dónde nacemos, la familia, la escuela, el instituto, los amigos, la universidad, lo que leemos, el dinero que tenemos, etc. Pero en lo básico todos somos igual. Todos hemos de sufrir por algo, ya sea de soledad, de alguna enfermedad, de desprecio, de tristeza. Y todo eso, y mucho más, nadie nos puede enseñar cómo encarar todos esos retos. Los más afortunados pueden ser educados, tener acceso a alguna información que haga referencia a ese dolor que todo humano siente. Pero es solamente uno, el que tiene que descubrir la manera para que ese sufrimiento no le destruya ni lo haga una fiera rabiosa.
Si uno recoge, cuando va a la playa o por el bosque, un trozo de madera. Y se lo lleva a su casa, lo limpia y lo pone en un lugar destacado. Cada vez que lo ve, lo limpia, lo cuida, está más atrapado por él. Y con el tiempo, sin darse cuenta, inventa la religión. Sin darse cuenta le da poderes mágicos.
¿Quién creó a dios? Y eso que creó a dios, ¿quién lo creó? Y así podríamos estar el resto de la vida y no sabríamos aclarar nada.
Lo que sí sabemos es que si nos hacemos daño, vamos a sufrir. Por eso el problema es, ¿cómo vivir haciendo el menor daño posible a todo lo que existe? ¿Cómo lo harás, Michael?
Aunque todos los días leo…, ya hace también mucho tiempo que no leo las colaboraciones. Me parecen tan domesticadas, siempre a favor de vuestro amo y señor, el establishment.
Pero hoy me he fijado en tu columna, y como no podía ser de otra manera, desacreditas a la bestia negra de ese diario, Hugo Chaves –una de ellas, con Correa, Evo Morales, y otros como ellos-. Donde hablas de lo negativo del culto a la personalidad del líder, que provoca grima y el ridículo. Que por cierto, estoy de acuerdo contigo.
Pero, como tú formas parte del consejo de administración, voy a aprovechar la ocasión para decirte que para negativo del culto a la personalidad, es lo que hacéis con el papa cesado, como si fuera un hombre sobre humano. Que desde que comunicó su renuncia al cargo, sacáis páginas y páginas todos los días -las primeras páginas, qué ridiculez, cuánta bajeza-. Aunque siempre halagándolo, disculpándolo, lamiéndole los pies, como si nunca hiciera nada mal, ni su grupo religioso, el catolicismo. Como si fuera un santo, cuando es corrupto, tiene dos palacios para vivir, policías, etc.
Lo mismo hacéis con los reyes y sus familias, que hagan lo que hagan, siempre los presentáis como excelsas persona. Cuando son corruptos, inmorales-para ser rey uno tiene que ser inmoral, sino no lo sería-, hacen toda clase de tonterías, no se enteran de nada que sea verdaderamente interesante, porque son superficial es y banales.
No quiero ni pensar si se muriera un rey o algún miembro de su familia. El espectáculo y el lloriqueo que montaríais. Pero vosotros a lo vuestro a ensalzarlos, a presentarlos como los mejores, los que tienen inmunidad legal, es decir, que la ley, a la que todos estamos sujetos a ella, no les afecta.
Y lo mismo pasó con la muerte del anterior papa, el polaco, donde estaban tres horas de pie para ver su mortaja. Y eso que los que lo querían ver eran europeos, educados, nada de suramericanos, como decís vosotros.
Por tanto, todos somos igual de miserables. Acéptalo, no huyas. No te creas que seas de una casta superior. No, eres igual de miserable que todos. Puedes saber escribir, dirigir tu cargo, tener influencia. Pero temes a la muerte, al dolor, a la soledad, a la inseguridad, tienes miedo de que te hagan daño. Y a eso también les sucede a los reyes, a los papas, a Chaves, a Fidel Castro, a la reina de Inglaterra, etc., al barrendero, al sabio, al pobre o al rico.
Entonces, ¿para qué sois tan racistas, siempre menospreciando a los pobres? Es que no tenéis dignidad alguna, siempre a favor de los ricos y poderosos. ¿Por qué lo hacéis? Si fuerais condes o marqueses, o ricos, con fortuna abultada en los bancos, pero resulta que sois pobres, sois de ascendencia humilde. Y siempre lo seréis. Así que, por dinero y el placer que os proporciona, al tener poder, es lo que os mueve a ser tan siervos de vuestros dueños los riscos, poderosos, el papa, el rey y toda su parentela. Toda una vergüenza, falta de cariño, de compasión por todos los hombres -no solamente por los poderosos-.
Lo que quiere decir que el silencio de la meditación ininterrumpida -que dice Newton-, ¿es ello posible de alguna manera?
Los robots por desarrollados que sean, son como el ordenador: aprietas el botón de cierra y ahí se acaba todo su poder.
Un impedimento físico, de movilidad, puede aislar. Pero, no es determinante para hacer que uno viva como un inválido mental, Pues, por ese mismo paradigma todos los viejos serían también de alguna manera discapacitados y, sin embargo, pueden vivir acorde con sus capacidades.
En relación con las enseñanzas de JK, como se trata de la libertad, de la dignidad, uno hasta el último hálito de vida las puede vivir, desarrollar.
Nota: No sé si este traductor de Google traduce correctamente las frases donde aparece el sentido negativo con un no: ‘No puedo’. O, ‘Pero no es determinante’. Como se menciona en la segunda frase del comentario.
Uno depende de la comida, de la ropa, del que prepara la comida para que podamos comprarla en el supermercado, de las medicinas, del coche, el avión, del metro, o el taxi, etc. Pero, ¿por qué hacemos un problema con todo eso? El problema está, porque podría desaparecer, pues no hay nada seguro en la vida.
Entonces, la cuestión es: ¿Puedo estar más allá de todos los problemas? Pues el pensamiento está condicionado de manera, para resolver problemas. Así que, en todo él puede ver problemas, los inventa. Por lo que, es a ese pensamiento al que hay que comprender, para comprender la dependencia.
Y si uno comprende algo, sabe a qué atenerse, sabe cómo tratarlo.
La pregunta es, ¿Por qué nombra a Jesús, a Buda, etc., lo que dicen que han dicho, si nosotros internamente lo tenemos todo: las preguntas y las respuestas, las soluciones?
¿Por qué queremos exponer nuestras vidas a todos los peligros? ¿Es porque estamos aburridos, demasiado bien alimentados con excesiva energía para eliminar, que hacemos toda clase de actividades peligrosas: carreras de coches y motocicletas, puenting, vuelos por los aires –parapente-, tomar drogas, enfrentarse a grandes olas en el mar, subir a lo alto de una cima heladas?
¿Por qué hacemos todo eso? ¿Es porque tenemos de sobra de todo y no sabemos qué hacer con ello, con la vida de aburrimiento que llevamos? Por eso, ser pobre es un problema, pero ser rico, vivir en la abundancia, es otro problema grave que nos hace estúpidos, cretinos.