1. Cuando algo ha acabado, ¿por qué lo llevamos a rastras, si ya está muerto? Puede que creemos que eso ya ha acabado, pero no es cierto. Porque acabar es poner fin definitivamente a eso que ha acabado, de manera que el resultado es tan radicar e implacable como la muerte.
2. Cuando tenemos claro lo que somos, lo que queremos y necesitamos, ¿qué importa lo que digan los demás? Medio munido hablas mal del otro mundo. Va con nosotros el ser parlanchines, chismosos, el hacernos daño por celos y envidias. Y todo eso va a seguir como siempre ha sido, porque todo eso es la reacción al miedo que tenemos a los otros, a la vida.
Así que lo que hemos de hacer, es verlo y comprenderlo de manera que esa comprensión sea la acción misma de descartar ese comportamiento, tan cruel y destructivo como es el hablar mal de los demás.
3. Si hacemos un trueque con la vida, será lo mismo que un negocio para sacar sólo beneficios. Y entonces seguiremos la corriente de la mundanalidad y su egoísmo, cruel y despiadado.
¿Puede haber amor cuando no somos vulnerables? ¿Puede haber amor si siempre queremos ganar, triunfar, vencer?
3. El amor es lo nuevo, lo que nunca hemos tocado. Por eso es tan perturbador, generador de caos. Pero en ese caos está el orden. De manera que la vida es destrucción, amor y construcción.
4. ¿Eso cómo lo sabemos si no podemos conocer todo el pasado de los demás? Todo no lo podemos saber, pues la realidad tiene infinitas posibilidades, de manera que el que dice que sabe es que no entiende y por eso no sabe.
5. No olvidemos las palabras que alguien que estaba enfadado nos ha dicho, porque son tus mismas palabras que también querías decir, o puedes decir.
6. El perro es perro aunque cambie de dueño. Y eso mismo también pasa con las perras. Es decir con los hombres y las mujeres. No hay escape posible: todos somos iguales, actuamos de la misma manera en lo esencial, en lo básico. Y lo más esencial y básico es nuestra propia salvaguarda. De manera que creemos que con el egoísmo estársenos a salvo.
7. Toda dependencia es negativa ya que nos esclaviza y perdemos la libertad. En lo físico sí que hemos de depender de los alimentos, la ropa, el albergue, etc., para poder sobrevivir. Pero en el ámbito psicológico la dependencia es por ignorancia que es miedo y temor a estar solos. Y sin soledad, sin estar solos, no hay libertad. Solos quiere decir, que nosotros hemos visto lo que es la verdad, y eso nadie nos la puede arrebatar.
8. Es verdad que el condicionamiento de un millón de años no lo podemos arrancar de nuestra piel, de nuestras neuronas. Pero al desarrollarnos mentalmente, a través de la repetición, y ser conscientes, llegó la percepción.
Y es ahí, al percibir todo lo que sucede y hacemos, podemos ir más allá de ese condicionamiento que nos obliga a actuar divisiva y conflictivamente. Ir más allá quiere decir descartar todo lo viejo y repetitivo que nos divide y genera conflicto, sufrimiento y dolor.
9. La poesía está bien para los que quieren jugar con las palabras, pero los juegos se nos van de las manos, diciendo toda clase de tonterías.
10. Las guerras nos llevan a la locura es su máxima expresión que se puede hacer en ese momento que suceden. Haciéndonos medio dementes, indiferentes e indolentes a toda la crueldad que hacemos. Ya que hemos llegado al punto que los que participan de la guerra quieren destruir ya a los que consideran que son sus enemigos. Por lo que todos estamos en peligro inminente de que nos maten. Y eso es muy difícil de aceptar. Por lo que en la guerra es una obligación matar, vencer.
¿Podemos vivir en un estado de guerra sin que nos desborde y nos contagiemos de esa locura de la necesidad de matar?
11. En el momento que vemos claro algo, entonces lo que sucede, la acción que nos provoca, va a ser el orden. Cuando alguien o algo desaparecen, eso es un hecho irrevocable, no se puede hacer nada para volver atrás. Si lo comprendemos, si lo vemos en su totalidad, sabremos ver su motivo real para que ese suceso o desaparición sucediera.
12. Cada cual encuentra a sus afines, a los que tienen una afinidad a la hora de encarar la vida. ¿Puede un aseado irse con un sucio, pordiosero, para vivir juntos? ¿Puede una persona que no soporta la violencia, vivir con uno que la usa a todas horas, incluso contra esa persona con la que comparte su vida?
13. La dinámica de la vida es que un viejo dios caiga por otro nuevo, que un sistema caiga por otro nuevo, y de la misma manera que una persona vieja caiga por una joven, nueva.
La cuestión es que si no los echaran abajo, por la fuerza de los hechos, ellos mismos caerían ya que están consumidos y en degeneración por la corrupción, el miedo. Eso pasó con todo un Imperio Romano, que él mismo en sí estaba podrido por la corrupción y todos los excesos del poder después de tantos siglos de ordeno y mando.
14. Pero el problema es del que no olvida, no del que hay que olvidar. Como siempre todo es compartido en la vida, pero la acción –de olvidar- es de uno.
15. Los vicios son de cada cual que los tiene. Y es cada cual el que los tiene que gestionar o descartarlos si vemos que nos están destruyendo. No hay otra ayuda posible que la información, pues ha de ser cada cual el que haga todo el trabajo para comprenderlos y descartarlos radicalmente.