¿Porque divides el pensamiento? Volvamos a las olas del océano: ¿Por qué una ola dice que es única, la mejor, diferente a todas las otras, si todas son iguales en su esencia, y se compara para convencerse de que eso es cierto? ¿Por qué los hombres nos creemos únicos, los mejores, ya sea el americano, el ruso, el chino, el asiático, etc., luchamos para convencernos, para competir, triunfar y vencer? ¿Puede haber paz con esta actitud tan divisiva, tan contradictoria, con tanto esfuerzo y brutalidad, para creernos que somos mejores que los otros, qué ellos?
¿El pensamiento y su contenido, que es la memoria, no son lo mismo, Fernando? La ola que es la misma que todas, ¿puede ser diferente de las demás? ¿Los hombres que todos somos en esencia iguales, tienen alguna diferencia? La tienen físicamente: uno es menos alto que otro, más ancho de espaldas, etc., ¿pero eso tiene algún valor real para dividirse?
Psicológicamente cuando nos dividimos, llega el conflicto, la indiferencia, el egoísmo, la brutalidad, la crueldad y la guerra con su espantosa violencia. La pregunta: ¿Habiendo visto como un hecho, no como una explicación o una mera declaración, que la división es la causa de todo el sufrimiento y el dolor, todo lo demás, lo del pensamiento y su contenido, qué importancia tiene todo eso? Lo importante no son las palabras ni la descripciones, lo importante es ver y captar dónde está lo negativo, para así descartarlo radicalmente. Pues la mente está condicionada para resolver problemas, y ella por eso, siempre ve y encuentra sólo problemas.
Bueno, Alfredo, a ver cómo lo puedes explicar tú, es como pretender hablar de la vida pero sin pensar ni darse cuenta que estás vivo. Explica claramente lo que quieres decir. Yo, no te entiendo lo que quieres o lo que no quieres.
No hay que confundir la libertad, la visión de la verdad y negar el cuerpo y el mundo material. Porque, la materia mientras no demostremos lo contrario existe. Está ahí con nuestro cuerpo, que si no lo atendemos adecuadamente tendremos problemas desagradables.
Si uno ve que un camino lleva al precipicio, ¿qué hará, seguirá, o se detendrá para cambiar de dirección? Por eso el instrumento, la mente, ha de estar en buen estado: lucido, sensible, con inteligencia.
Cuando uno descubre algo, ese algo se puede convertir en un obstáculo. Pues lo que descubrimos, se convierte en pasado. Así que uno, ha de estar descartando todo lo que ha sido. Para que, la mente sea viva, ágil, fresca y feliz en lo siempre nuevo.
Tanto se puede decir que no sucederá, como que siempre sucede. Pues, de la realidad no podemos pasar, ella siempre está ahí. Verbal y mentalmente podemos decir lo que queramos, pero los hechos son tozudos y evidentes: el cuerpo está aquí, tiene frío, calor, hambre, etc.
Todo lo que digamos de dios, puede ser más o puede ser menos. Porque, lo que decimos dios será el infinito, tanto para sumar, como para restar. Por eso, hablar de dios es de tontos, una cosa vana.
Si no conocemos cómo funciona la mente, si no vemos claramente de qué manera opera, seguiremos con nuestro condicionamiento, sin la capacidad de ser libres.
Wise. Estoy absolutamente de acuerdo con esa afirmación: "Tan pronto como las leyes son necesarias para que los hombres, ellas ya no son aptos para la libertad".
Lo que digo que uno ha asumir, que sin leyes en ningún ámbito, ha de estar dispuesto a perderlo todo, incluso su vida para vivir de esa manera. Es sólo, una información aclaratoria, un aviso.
Podríamos decir, que la libertad -iluminación- es vivir sin tener nada por arriba para cubrirse ni nada por abajo donde pisar. Es decir, lo innombrable. Y lo innombrable es la nada. Lo más perturbador para los que creen en algo. Por eso, los que se atrevían a decirlo y vivirlo, los quemaban en la hoguera. Porque los veían realmente peligrosos.
¿Podemos ir más allá de esa dualidad, de los polos opuestos, de los contrarios? Sí que podemos, si vemos claramente que son una falsedad, una ilusión, una mundanalidad, y atenernos a lo que es, la realidad: los transitorio, lo vacío, la nada de las cosas, sean las que sean, tanto muy importantes, como las nimias.
La mente como necesita seguridad, confort y placer, siempre justifica todo lo que cree necesitar. Por tanto inventa las coartadas para sentirse a gusto en sus creaciones. Ella cree que está en lo verdadero, pero eso es el fruto de su deseo de escapar de lo que es, de la realidad que le molesta. Y así, pierde energía, la lucidez, la inteligencia. Por eso, uno ha de descartar lo falso, para que lo que quede sea lo verdadero.
Todo está unido de una manera indivisible. Podemos jugar con las palabras, con lo que nos gustaría que fuera, con otra realidad que más me gusta y me satisface. Pero el hecho, es que solamente existe esta unión total y absoluta. Y por tanto, hay que ir a esa unidad. Así que, todo lo que nos divida, por sagrado e importante que nos digan que sea, lo que digan los científicos y los sabios que cavan y buscan en el inabarcable e infinito universo, no tiene ningún valor, si no están, si no estamos unidos y libres de división y fragmentación interna.
La libertad y el amor son lo mismo. Si tú tienes amor a otro, no puedes dejar de darle toda la libertad para que entre o salga de casa, haga lo que crea oportuno con su vida.
De la misma manera, si yo soy libre realmente tengo que dar a los demás toda la libertad. Porque si uno reprime la libertad de otro, se crea la división y el conflicto, llegan los enfrentamientos y el miedo. Y en la libertad no se conoce el miedo.
Es más complicado, Enghelbertb. Aunque ya se ha dicho, es importante saber que si uno no descarta esos temas, si sigue hurgando, no lo va a poder dominar. Y caerá donde todos caen: alucinando, viendo delirios, brotes psicóticos, viendo lo que no se puede describir ni imaginar. Y por eso, hay personas que se dedican a limpiar las mentes de esas personas que están sucias, poseídas, enredadas y enmarañadas, en esas actitudes. Es el mismo problema que tienes todos los dependientes, ya sean de las drogas, del juego, de las religiones, de la política, del fútbol, del dinero, etc., pues se crea un vínculo relacional y de afecto con las personas que hacen lo mismo. Por lo que el problema es doble: liberarse de esas amistades y liberarse de esas actitudes esotéricas y ocultistas.