Torni Segarra

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Alejandra, ¿por qué te apropias de lo que dicen los demás como si fuera dirigido a ti -o sólo a ti, pues si participas de lo que estamos investigando es verdad que tú también estás recibiéndolo directamente, pero recuerda que hay más participando los veamos o no-?
 
Por eso, cuando alguien define la verdad uno dice: ‘No es eso, no es eso’. Porque, la definición de algo es preciso que se haga estable -una opinión-, por lo que uno lo tiene que defender. Y en la defensa, así como el ataque, ahí está la confusión, el conflicto. Y la quietud, está más allá de la confusión, no la conoce.
 
Siempre, Amílcar, estás hablando en suposiciones. Y, por mucho que sepamos, nunca sabremos todo.
 
La muerte es el mayor reto. No solamente la muerte física del cuerpo, si no la psicológica, a lo aferrado. Es preciso para poder ser libres.
 
Si no se comprende lo dañino que es estar aferrado a una idea, a una costumbre, no habrá manera de liberarnos. Pues es demasiado doloroso.
 
El dolor es el director de la vida. O la búsqueda de felicidad. Eso es porque tenemos conciencia de lo que somos. La conciencia se aferra.
 
Lo que somos es la conciencia del pasado. Y ese pasado se interpone al presente entrando en conflicto con él. El reto siempre es lo nuevo.
 
A lo nuevo le tenemos miedo. Y por eso, somos tan conservadores. Lo nuevo no tiene reglas ni referencias. Sólo se está con lo desconocido.
 
Lo más nuevo es la muerte. Pues nadie la conoce ni ha pasado por ella. Por eso la tememos tanto. Y sabemos que es el fin. Lo que es terrible.
 
En la muerte no hay segunda oportunidad, ella es definitiva. Sólo la podemos aceptar y amar como un árbol, una flor, pues ella es un hecho.
 
Antes de la muerte física definitiva, hemos de morir físicamente al apetito excesivo, a las correrías, a la belleza fresca juvenil, a ver que el cuerpo se va y no vale nada. Esa es la muerte física, que si no nos destruye nos libera. Es como todas las liberaciones quedarse vacío, en la nada.
 
Luego los derrochadores empresarios escatiman los sueldos a sus empleados, diciéndoles que están en crisis, que no hay beneficios, que todo está muy mal. Pero, realmente los que están mal son ellos. Tienen la peor enfermedad, la del egoísmo y su locura que la acompaña.
 
Hacer el menor daño posible, sólo se sabe si eso es posible cada cual. Es como el comer o el trabajar, cada uno hace y come lo que él necesita. Y si sabe realmente lo que es el mal, el daño, esa sabiduría le dirá lo que hay que hacer. Y ahí, el ‘yo’ no puede participar.
Y ese morir no tiene nada que ver con la viveza, la sensibilidad interior, psicológica, que siempre es nueva, ágil, bella y joven. Porque eso, al morir, es lo nuevo. Pues sin la muerte, el morir psicológico, no hay lo nuevo. Y el en lo nuevo, está la dicha, la belleza, la compasión.
 
Igual de atrevida es la fe, como la ignorancia. Por eso, los que tienen fe son tan superficiales, tan inmovilistas, tan miedos. Pues sin miedo no puede haber fe alguna.
 
Sí. Rob. Todo es irreal. Pero hemos de vivir en lo que parece real. De lo contrario, los problemas se incrementan. Pues llega más confusión y más desorden. Y aunque digamos que la confusión y el desorden, también es irreal. Prueba a vivir en el desorden y entonces verás lo que pasa. Aunque puedes siempre decir que todo sigue siendo irreal, aunque te arranquen un brazo, o te roben el coche.
 
No digas que es mi mundo, es el mundo el de todos. Pues todos tenemos los mismos problemas en la vida: no pasarnos de la raya que cada uno sabe dónde está. Para así que  el dolor no sea insoportable. Esa es la solución.
 
Tanto da que estés en un bosque, un desierto, en una gran ciudad, el problema persiste. Porque el problema lo llevamos dentro. También está fuera, que son los otros –y todo lo que existe, que puede ponerse en tu contra-, pero uno puede ir más allá de los otros, de todo eso. Pero uno no puede escapar de todo eso, ha de vivir con eso.
 
Sí, uno es todo eso: divino, belleza, amor. Pero eso, ¿para qué sirve: solamente para ti o lo compartes con los demás? Porque, la mente es fácil inventando, pero encuentra difícil vivir con esos inventos.
 
Gracias por la tregua respuesta, Montse. Veo que has captado todo el significado.
El problema siempre es de uno, y los otros también. Sin embargo, es uno el que lo tiene que pasar, vivir. Y por eso se convierte en el problema de uno.
 
Voy a decirte algo, con todo el afecto, deberías ir a un psiquiatra, para que te ayudara a deshacerte de esa rabia interna, destructiva. Que te hace mal educado y cruel. Aquí hay libertad de publicar. Si algo no te gusta no lo leas. Y no generes problemas, porque vas a perder también.
Te he dicho lo del psiquiatra porque al costarte dinero, tal vez, le hicieras caso.  No me extrañaría que te estuvieras drogando y enloqueciendo para poder participar y estar en el grupo.
Por otra parte le digo al administrador que eres indigno de estar en ese grupo. Si es que ese grupo te tolera todas tus crueldades y falta de respeto, de educación es porque es lo mismo que tú, hace lo mismo que tú.