El orden tiene sus maneras y posibilidades. El orden actúa visible y comprensiblemente o no para nosotros. Pero, eso al orden no le importa, él es implacable sin serlo, porque es solamente de esa manera. Es como el tiempo cronológico que va pasando y los que pierden el plazo para comprar u obtener un beneficio, o los que pierden el avión por no llegar a tiempo, eso al orden no le afecta. Solamente viendo y comprendiendo que la realidad es así, tal cual es, uno está más allá de las miserias de la vida.
La anarquía, las revueltas, las armas, la guerra, trae toda la miseria que el hombre es capaz de provocar y soportar. Y el que no lo soporta se muere. ¿Por qué esas barbaridades, se pueden justificar? ¿Ese precio tan elevado tiene recompensa? Sí, la recompensa del vencer, del triunfar, porque el ‘yo’, el egoísmo así lo quiere. Pero, sus devastadores resultados están ahí para todos, para toda la humanidad.
El problema está en que los dos bandos que quieren vencer, llevan en si al contrario, porque en esencia son iguales: los dos son corruptos, mienten y asesinan, se venden a los poderosos de quienes reciben ayuda, también corruptos, que sólo buscan y esperan beneficios políticos, estratégicos, saciar su odio, celos e ira. Y eso es en definitiva la guerra. ¿Vale la pena los millones de personas que mueren, directa e indirectamente, por una ideología, una idea, por seguir en el poder o por conquistarlo? Parece ser que sí, pues ahí están destrozándose, matándose, expandiendo todo el conflicto a sus vecinos, a todo el mundo. Y por supuesto, con el consentimiento de ese mundo, que lo tolera, participa directamente en el conflicto. Pues si no quisiera –los poderosos que tanto mandan- no habría ni un solo día más de guerra.
Sólo con el amor, es soportable esta vida tan absurda y cruel de unos contra otros, violentándose, haciéndose daño. A mí el dolor no me espanta con tal de que no me falte el amor. Y eso, es extensible para todos. Si no hay amor, lo que impera es la indiferencia, la insensibilidad, hacia todo lo que no sea mío. Y por eso, es que el mundo está completamente encendido en luchas desde el hogar familiar, hasta el campo de batalla, en primera línea, sin importarle las consecuencias de los horrores.
Señor, no es pesimismo, es lo que sucede. Uno ni es optimista ni pesimista, no es cuestión de elegir ante los hechos. Para ver la belleza que está por todas partes, en todo, uno ha de tener paz, no estar enloquecido por los deseos de vanidad, de creencias –que tampoco son hechos-, deseos de cambiar sin ver lo que ese cambio genera. Ver la belleza de cada rostro necesita la atención de la compasión. Pero se puede ser compasivo, cuando somos irreflexivos, siempre juntándonos con las mismas personas, cuando vamos detrás de los beneficios y las ganancias, ya sean en el ámbito material, como psicológico.
Conversación en chat.
Buena pregunta, X. Por supuesto, que no les dejo pasar ni una. Me envían páginas para que me adhiera, etc., pero no participo, me envían publicidad de conferencias, foros, pero no participo de ellos. Sí que les envío material como el que tú sabes que manejo.
Te envío por este medio el comentario, porque si quieres puedes contarme algo de tu vida y así lo investigamos también.
Sí, es verdad soy partidario de la libertad. Y si alguien quiere la independencia no violentamente, encuentro que es adecuado.
Pero, aunque moralmente tienes razón, una mujer seria como tú sabe que siempre hay una legalidad, a la que hemos de respetar. Entonces, siempre estamos con lo mismo. Yo podría decir eso mismo de la monarquía y su corrupción, del gobierno, la iglesia católica, etc.
Sí, ya lo sé, X, ellos hacen contigo lo que no quieren que hagan con ellos. Ese es el drama de la vida: ‘Haz lo que yo digo, pero no hagas lo que no hago’. Por eso, todo es más profundo que las banderas, los idiomas, la derecha, la izquierda, etc. Es un problema de humanidad, psicológico, de ver y comprender como funciona la vida.
Voy a tener que dejar de hablar ahora contigo, escribe lo que tú quieras y volveremos a comentarlo. Voy a cerrar el ordenador. Que pases una buena tarde noche. Gracias por toda la paciencia que tienes.
Hola, X. Si quieres, podrías contar algo de tu vida: cómo fue tu pasado, cómo vives ahora. ¿Cuáles han sido tus dificultades, los grandes problemas que has tenido? Cuando te conocí por primera vez, si no me equivoco, estabas viviendo en China. ¿Cuál es tu verdadero nombre? De eso hace unos tres años. Si me he equivocado, es un error, discúlpame.
Desde el primer día me di cuenta que trasmitías intriga, y por tanto, peligro. Tu nombre de FB, ya es algo extraño para una persona que también transmite que eres latina. Pero, me he dado cuenta que tienes la fatalidad de meterte en líos, en sitios e historias complicadas, fuertes. No sé tu edad. Pero, te calculo unos cincuenta, al menos es la impresión que das por el poder que demuestras.
FB, es Facebook. (¿Ese es tu nombre?)
No. Sólo quiero, si tú quieres, liberarte más todavía de lo que estás.
No, pero hablando como dos amigos, sin ningún problema y con toda libertad podemos ver alguna cosa que no veíamos. Y así sentirnos más ágiles, despiertos, inteligentes.
Igualmente, X. Hasta otra ocasión.
“Ser compasivo está en nuestra naturaleza, debemos saber que todos sentimos lo mismo, que nos unen una infinidad de "cosas" más, que las que nos separan”.
No estamos hablando de nosotros, sino hablamos en general, hablamos de la humanidad. ¿Puede alguien que tiene miedo de perder algo, su casa, su empleo, sus propiedades, perder la salud, dejar de ser esto o aquello, de perder a su pareja, no estar dividido? Nosotros todos estamos divididos, porque estamos dentro del ámbito de los conceptos del bien y del mal. Y como uno no puede ser verdaderamente bueno, pues ha de comer, ha de conseguir ciertas cosas, etc., se tiene que imponer. E imponerse es la reacción del tener miedo a perder, por lo que nos dividimos de los que nos imponemos. Y esa división se torna en conflicto, en enfrentamiento, en violencia y en guerra. Así que la división que está en nosotros, que es nuestro condicionamiento, al ser programados, para sobrevivir, es común a toda la humanidad. Y ver todo esto, con atención, sin huir de ello, ver la verdad que hay en ello es belleza.
¿Tú no tienes miedo de perder algo o todo, Angus? No respondas, piensa un poco, mira todo el vasto panorama de la realidad. Y si eres afortunado, te darás cuenta que todas las mentes están conectadas unas a otras, de manera que todas pensamos y sentimos lo mismo. No hay manera de salir de ese ámbito. Ahora bien, uno puede estar atento a todo lo que le llega, y no luchar con ello, para eliminarlo o cambiarlo, y entonces el pensamiento se aquieta, sólo mira y observa sin juicio alguno. Pero, eso no quiere decir que todo el mundo se ha acabado para nosotros, pues nosotros somos el mundo, vale decir lo que somos internamente: miedosos, divididos, enfrentados, en conflicto.
Podemos estar más allá de todo eso, pero no eliminarlo. Es como tener un compañero de trabajo corrupto, nosotros podemos no participar de su corrupción, pero no podemos eliminar su corrupción. ¿Es posible vivir sin hacer absolutamente ningún daño? Y el daño, y ser consciente de él, es lo que nos divide.