Torni Segarra

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Claudia. Lo más importante ante todo lo que está pasando en Oriente Medio –Siria, Irak, Palestina, Egipto, etc.-, donde caen las bombas y se asesinan a los seres humanos como si fueran gallinas y pollos, no es orar, pedir a dios esto o aquello, que lo pare, pues no lo para, sino no habría ninguna guerra con todo su horror, las matanzas. Si no lo que hacemos con nuestra vida, cómo vivimos, qué hacemos con cada reto que nos llega, en qué nos gastemos el dinero, cuántas propiedades tenemos, si somos egoístas crueles, indiferentes ante el dolor de los demás que no tienen nada, pasan hombre y viven en la miseria.
Porque, ¿qué sentido tiene hablar de paz, de las bombas que les echan en sus ciudades, de todo el dolor que sufren, si nosotros no tenemos esa manera de vivir para no generar las condiciones para que esa crueldad y brutalidad no sea? Primero los problemas de los demás –que también son los nuestros-, los hemos de resolver nosotros en nuestras vidas. Para que eso les puede afectar favorablemente a esos que están sufriendo. Pues al estar todo y todos unidos, lo que hagamos eso va a afectar a toda la humanidad. Por eso, si vivimos en paz, hacemos lo necesario para que esa paz sea, el mundo ya tiene algo de paz, ya tiene paz.
 
Rubizitha. Cuando nos llega un problema, primero hay que estar dispuesto a aceptar la realidad de ese problema. Y a partir de ahí, el problema se manifestará en su totalidad. Y si vemos claramente algo, es cuando lo comprendemos y vuelve la paz y la inteligencia que nos dice lo que hemos de hacer.
 
¿Todos los deseos se pueden hacer realidad, Mónica? ¿No te parece que eso es mucho pedir? Lo que sí que podemos, en la manera de lo posible, es apaciguarlos o acelerarlos.
 
Mayra. ¿Dónde hay esfuerzo puede haber amor? Pues el esfuerzo, nos hace brutales y crueles.
 
Mayra. El amor no se puede conservar ni hacer nada para que llegue. Pues el amor es sin deseo, sin el movimiento del pensamiento, del ‘yo’.
 
Ahora si se controlan y destruyen las armas de un bando, también habrá que destruir las armas que tengan el otro bando, los terroristas. De lo contrario, seguiremos queriendo apagar un incendio echando gasolina.
 
El orden, la buena educación, los buenos modales, etc., tienen su sentido, su lugar y su momento. Pero, en realidad no tienen ningún valor, pues el amor lo abarca todo: una mesa muy bien montada y servida­­­, como comer en un banco de un parque lo que nos apetezca.
 
Luz. Cuando hay burla, con su daño, hay ignorancia y crueldad.
 
Clau, algún día, si quieres y puedes, tendrás que explicar cómo hacen esas pobres mujeres, con esos trajes, tan cargadas de tela, cuando tienen la necesidad irrefrenable de hacer pipí o caca.
 
¿Sabes, Mayra, que hay algunas mujeres que para excitarse, sentirse femeninas, y mayor placer sexual, quieren y necesitan golpes, humillación, etc.? Y de manera similar, también hay hombres que tienen esas necesidades.
 
Florencia. El silencio no es la ausencia de música, de hablar, de ruidos. Pues, el silencio está o no está dentro de uno. Y en ese silencio está la conexión con todos, porque es amor.
 
La pregunta correcta no es ¿por qué somos infieles? Si no, ¿por qué es que somos fieles a una sola pareja? Pues la fidelidad no es posible, por lo que nos hace que seamos hipócritas, digamos mentiras, falseemos la realidad. Y vivamos en división y conflicto interno, generando desorden, confusión, malos tratos, caos.
 
Ángeles. Ese amor y esa llama que arde sin humo, si es sólo en la atracción sexual y hacerse una pareja estable, ¿es realmente amor, que es siempre a la totalidad sin exclusión alguna?
 
Todo deseo, Cristina, por bueno y adecuado que nos parezca, genera dolor.
 
Salvador. Todo es cuestión de tiempo, interés, pasión. Ahora faltan los hechos y sus resultados.
 
Gracias, Patricia, por la respuesta. No cuestiono la moda que impera en cada momento, eso sería ridículo y absurdo, sería ir contra la libertad. El escrito iba dirigido precisamente a ti, que se supone que tienes sensibilidad, buen gusto –que es la lógica en acción-. Por ejemplo, atentar contra el cuerpo haciéndole agujeros, insanos por la posibilidad de un foco de infección y la  fealdad de por el tiempo agrandarse, eso no tiene nada de inteligencia.  Y, también tatuarse la piel, por ser otro atentado contra el cuerpo, y la pérdida de tiempo y el dinero que se invierte en ello, por un capricho esnobista, exhibicionista, por vanidad, tampoco tiene nada de inteligencia.
La moda es hacer posible la sencillez, por la comodidad y la elegancia. Porque, lo sencillo es lo cómodo. Pero, los astutos diseñadores, y los industriales del ramo, no pararán nunca de inventar toda clase de tonterías, aprovechándose de la respuesta coyuntural de cada momento y la estupidez de los jóvenes, para sacar beneficios.
Por eso la moda siempre tiene algo de estupidez, de absurdo, que hace a las personas bobaliconas: ahí están los zapatos con alza –que se supone que es para las bajitas-, que se los ponen también las altas. Es como si la moda fuera poner azúcar a la miel.