Torni Segarra

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Hola Susana.
Después de unos días en el grupo que tú me agregaste, quiero decirte que creo que es un grupo que está completamente desquiciado. O por lo menos, las personas que he visto y leído por allí.
He estado y estoy en muchos grupos, que incluso no me acuerdo de algunos, pues ellos me agregan. Pero este, del que tú te ves bastante a gusto, creo que es el más mafioso, como si fuera un nacionalismo, que está estatificado, lleno de caciques, que os hacéis la pelota unos a otros, como si os tuvierais miedo entre vosotros.
¿Tú una universitaria eres consciente de todo eso? También están las drogas que hacen perder la sensibilidad, llegando a la crueldad más cruda. Y todo eso, no me lo advertiste. Solamente, encontraba que parecías que tenías prisa.
¿Estoy equivocado o estoy exagerando? Respecto a las drogas, en un escrito que leí en un enlace con alguien que tuvisteis un lío, que fue expulsado, decía que los de tu grupo las tomaban. ¿No te das cuenta que decirlo abiertamente, puede ser causa de incitación al consumo de drogas y os pueden clausurar el grupo e incluso denunciar? ¿Crees que es adecuado preciarse de consumir drogas, alguien que sea serio? Creo que este grupo es de todos, el que más atrapados y adictos se os ve unos de otros, parecéis niños de pueblo que yo te doy, tú me das, que si tratas mal a mi amiga o amigo, soy capaz de destrozarte. Todo un drama. Y encima habláis y leéis, nombráis a Jiddu Krishnamurti, como si fuera un juego para ver quién es el más audaz para publicar. Eso sí, es muy distraído y movido, aunque superficial y desvergonzado. Puede porque está dominado por sudamericanos, sobretodo argentinos, que son los más descarados, atrevidos y valentones. He vivido en Ibiza, tres años, y tenía algunos vecinos fijos y estables con hijos, que eran argentinos y de otros países sudamericanos pero ellos eran los que dominaban, los más atrevidos y astutos.
He dudado, ya varias veces salir del grupo. De momento aún no lo he hecho.
Respecto de Jiddu Krishnamurti, si se le quita el humanismo, la compasión, sin apartar el egoísmo extremo, entonces se convierte en un veneno. Es decir, entonces hay la anarquía, el hacer lo que nos dé la gana, sin inmutarnos, como si fuéramos nihilistas, que sólo quieren destruir, y todo acaba en un totalitarismo. Creo que lo entenderás. Pues, al haber libertad total para poder ver, mirar, en todas direcciones, algunos interpretan que todo es posible y está bien. Y eso, mientras no haya división ni conflicto interno es cierto, pero luego de hacer todo lo que nos dé la gana, llegan las facturas, los desastres, las perturbaciones mentales, el desasosiego. La historia está llena de personas, y personajes, que hicieron lo que quisieron durante un tiempo, pero el final fue escalofriante.
 
Hola Marcial. Aunque no te conozco. Sé que eres un administrador del grupo Uranianos. Por eso, te envío esta copia del escrito que le envié ayer a Susana Morales que es la persona que me pidió que me uniera al grupo, y yo la autoricé para que me incluyera. Todo lo que te podría decir está en la copia. Con afecto y con cariño.
 
Ese transcender el tiempo, es ir más allá de él. Ir más allá es algo extraordinario. Vamos en el metro y hay una persona, que por su apariencia no nos agrada -hay un rechazo hacia ella-. Pero, uno se da cuenta que esa actitud no es adecuada y por tanto va más allá de la apariencia de esa persona. Fin del problema, la división ha cesado.
 
Ahora, ¿podemos hacer eso mismo con el tiempo, ir más allá de todo lo que hemos hecho, de todo lo que proyectamos, de todo lo que estamos viviendo? Es decir, vivir muriendo a cada instante. Esto libera una energía tremenda. Y esa energía es orden. Y el orden es amor.
 
Precisamente, estos últimos días he sido incluido en un grupo que publican y adoran a JK. Pero, resulta que aprueban y se jactan de que toman drogas -lo que a algunos los hace tremendamente agresivos y crueles, van muy acelerados, etc.-. También usan la astrología, creen dándole importancia a las conjunciones astrales. Haciendo así valer que JK promueve la libertad, ellos se agarran a ella para hacer lo que les da la gana. El grupo parece un nacionalismo -una pequeña mafia-, donde los que se conocen han formado una élite inabordable y cerrada, siempre haciéndose clic en ‘me gusta’, etc.
La cuestión es, ¿se puede aceptar todo en nombre de la libertad?
 
No es tan fácil comprender y vivir a Jiddu Krishnamurti como parece. Al final de la vida de JK, una mujer le dijo que lo estaba escuchando –yendo a sus pláticas- durante cuarenta años y que en su vida no había ocurrido nada extraordinario –hay un video de una plática donde JK a la cuestión de esa mujer le responde-.
 
La vida es destrucción, amor y construcción. Cuando apareció JK, destruyó muchas cosas, apartó a muchas gente porque lo que él decía era más agradable, para ciertas personas, que lo que decían los maestros viejos, etc. Seguramente, ahora con JK ocurrirá lo mismo: dentro de un tiempo, unos años –o ya ha nacido- una nueva persona tendrá la capacidad de informar y explicar de la verdades eternas, que siempre están ahí. Y lo hará con un lenguaje, y una manera de vivir, acorde con la época que le habrá tocado vivir.
 
Ahora y siempre, uno ha de ser el maestro y el discípulo, sin depender de nadie. Eso no quiere decir que uno esté contra todo y contra todos. Si no que uno habiendo visto la falsedad de ser un seguidor, de ser un discípulo, de creer y aferrarse a los maestros, va más allá de todo eso, descartándolo. Y entonces uno es libre, sin identificación con nadie ni con nada de lo que se ha dicho o dice. Y entonces, uno tiene la capacidad de generar una luz para sí mismo y para los demás. Gracias, Alejandra, por tus aportes y trabajo.
 
Si a Jiddu Krishnamurti, que era un ser humano vulgar como otro, tenía una misión encomendada, eso quiere decir que existe una cierta fatalidad para todos. Porque todos nacemos en un ambiente particular, en una familia particular, es educado dependiendo a que escuela vaya, el poder económico en que viva, etc.
Ahora bien, lo que ha de hacer uno es, una vez habiendo visto cuál es su condicionamiento, desprenderse de él. Y para ello, uno tiene que comprender cómo funciona el pensamiento, para poder llegar al origen de porqué ese condicionamiento se ha arelado.