Si nos enrocamos en los extremos no veremos la realidad del asunto. Todos somos libres, ¿no? Uno es libre para hacer lo que quiera y eso incluye el que otros le cuestionen o critiquen. Y eso es lo demócrata, esa palabra tan fácil de pronunciar pero tan complicada de vivir. Porque la democracia es la libertad. Y la libertad no es sola mía, sino de todos.
Y el problema no acaba aquí, sino que comienza. Porque, ¿cómo gestionamos cuándo hemos de perder, aceptar la realidad que no nos gusta, perder lo que tanto amamos, hasta el extremo de estar aferrados a ello, dispuesto a lo que haga falta para defenderlo? ¿Hacer un conflicto, una guerra con su horror?
Los padres tienen mucha responsabilidad por -conscientes o no- haber generado y tolerado esa sociedad tan violenta. Pero eso viene de muy atrás, los primeros invasores no se daban cuenta que al invadir un país, los invadidos va a defender ese país. Por lo que la violencia estaba servida. Y así la violencia llama a la violencia. Y todos los aventureros, sin escrúpulos, llegaban a ese país para aprovecharse de la abundancia de tierra y riquezas. Que una vez, allí también entraban en la vorágine de la violencia, con el agravante de que podían ir armados y matar a otro por las razones que fueran.
Ahora bien, dicho esto ahora no hay un único culpable. Porque no es tan sencillo dar la razón a unos y la culpa a los otros. Porque habría que vivir allí para saber cuáles serían nuestras respuestas a los retos que no llegaran: la violencia descarnada de poder llevar armas y hacer una matanza en cualquier lugar. Pues entonces, el mido se apodera y todos quieren ir preparados para defenderse. Como les pasaba a los primeros invasores que llegaban allí.
Ya estamos de vuelta con la libertad. Si tú lo puedes hacer, ¿por qué no lo puedo hacer yo? Porque si es tan dañino que me lo prohíbes, ¿por qué lo haces tú?
Gracias Patricia. Más claro que el agua: proyectar, devenir, llegar a ser, esperar saber lo necesario para poder saber en el futuro, algún día. Cuando todo eso es la ilusión, porque todo está aquí ahora dentro de cada uno de nosotros. Solamente nos tenemos que vaciar de lo intrincado de las complicaciones de las ideas y teorías, para poder atenernos a los hechos. Y los hechos al final no tienen ninguna explicación, son lo que es, lo que está sucediendo, lo que son, nos gusten o no.
""Estoy buscando a Dios, la felicidad", dijo una voz en mi mente. Yo le respondí: "¿Quién es ese qué está buscando?"".
Si contestamos a las voces que puedan hablar dentro de nosotros nos enredaremos en ellas. Pues, pueden ser tan poderosas como si tratara de una persona de verdad.
Y creo que has hecho una simplificación de todo el problema del terrorismo, cuando dices que sólo los terroristas son los culpables de todo el problema. Pues, tú como abogada que eres, sabes que todo pleito o conflicto es cosa de dos. Otra cosa es que la solución de ese conflicto, no sea aceptada por una de las dos partes o por ambas partes.
No voy a caer en la superficialidad de lo qué hay que hacer para que el conflicto entre occidente y el oriente musulmán extremista llegue a su fin y se acabe. Solamente estoy diciendo que hay una solución. Y la solución pasa necesariamente por que las dos partes, cedan, pierdan en algo -aunque solamente sea el odio que se tienen mutuamente-. De lo contrario seguirán las matanzas por las dos partes enfrentadas.
Pues ese odio hacia lo occidental, no tiene solamente la raíz religiosa como se pretende transmitir, están también los agravios ancestrales y actuales por parte del mundo occidental. Como el genocidio permanente de Israel contra los palestinos, las invasiones de países árabes, las manipulaciones para desestabilizarlos para cambiar los regímenes, a fin de que sean más dóciles y obedientes al establishment occidental
Pero, ¿por qué el espíritu, dios, pecó de manera que se egotizó? Si estaba en el paraíso, nirvana, el cielo, ¿por qué habría que pecar? El que peca es porque le falta algo. Y por querer ese algo, es que se divide del todo, que es lo que es el pecado.
Cuidado, Alfeón, no lo revuelvas todo. El espíritu, dios, o como quiera que se diga, si era, si es perfecto, ¿por qué habría de hacer algo en cualquier dirección? Atente a ese hecho. Los que hacemos y deshacemos somos los hombres, todos pecadores.
Enghelbertb. La esencia de la democracia es la libertad. Aunque cuando se convierte en un sistema institucionalizado pierde esa esencia de libertad. Es decir, la democracia es una idea o teoría que los hombres han inventado, pero como los hombres son esencialmente corruptos, todo lo que inventan, lleva el germen de esa corrupción.
Con respecto de que si alguien hace, o no hace algo, eso repercute en todos los demás, Porque, la tierra es la casa donde vivimos todos. Y si uno actúa inadecuadamente -sea en el ámbito que sea-, el orden de la casa se resiente.
Si contigo viven personas, que no cierran bien los grifos, no apagan las luces cuando se van a la calle, o a dormir, si dan portazos que afectan a las puertas y paredes, etc., eso te afecta a ti lo veas o no. Porque si se estropea la puerta por golpearla al cerrarla, o el recibo del agua y la luz sube mucho dinero, eso es un perjuicio para ti y para todos los que viven en esa casa. Ahora ponlo con los que van como locos por las ciudades o carreteras con el coche o motocicletas, que atropellan a alguien, o pierden una pierna o un brazo. Y, la seguridad social, que es de todos, ha de costear los gastos, por el capricho y el placer, la excitación de correr.
El orden, que no es mío ni tuyo ni de nadie, no es un capricho, es una realidad. Y o uno se atiene a ese orden o su vida lleva la deriva del desorden, la confusión, se hace nihilista. Es decir, el todo vale. Que por cierto, por cuestionar esa actitud no quiere decir que uno está contra ella, solamente está señalando, informando, indicando.
Te das cuenta, Alfeon, que partamos de donde partamos siempre llegamos a la misma situación: la raíz de todo mal -el pecado- es la división. Y es a eso a lo nos hemos de atener, ver cómo nace, crece y se expande. Y cuáles son las posibilidades de ir más allá de esa división que llevamos todos dentro. ¿Qué es lo que haremos con esa división, que es la causa de todos los males, las hambrunas, la violencia, las guerras?
Englhelbertb, si te polarizas en alguien, una persona, un grupo, un país, una raza o nación, eso es una superficialidad, un escape, y no podremos ver toda la magnitud de los problemas que generamos. Porque si tú te identificas en una parte, te conviertes en parte del problema. Y no tendrás la suficiente perspectiva para afrontarlo objetivamente. Porque estarás emocionado con eso que se cuestiona o no. Es lo que pasa con los que creen en dios, o los que no creen, que ellos mismos como son parte de ese problema no tienen la capacidad de ver la solución. Que es ni estar a favor ni en contra. Sea lo que sea, un no ha de estar en contra ni a favor de nada. Porque la verdad es tan escurridiza, tan rápida y veloz, que el pensamiento no la puede seguir. Y esa verdad siempre está interactuando, cambiando, generando desorden, amor y otra vez orden.