1. La ilusión es todo eso que has mencionado y mucho más. Porque la ilusión es como la realidad y mucho más, es infinita. Por tanto el problema es, ir más allá de esa realidad cuando es preciso. Y eso, sólo se puede hacer cuando uno ve que la ilusión, lo negativo, es un peligro que está poniendo en peligro nuestra vida, como un veneno, como un profundo acantilado que tenemos a nuestros pies y del que nos hemos de apartar. Sin esa intensidad, sin esa pasión en el ver lo que estamos observando y viviendo, la energía no fluye en su totalidad. Y por eso no respondemos a los hechos de manera que llegue el orden.
2. Aunque cada uno es como es, y tal vez no se puede cambiar, si que podemos ir más allá y no votar a ninguno de los dos, si es que uno quiere claro. Pero, decir públicamente: ‘Yo votaré a fulano. Pero no votaré a al otro que también se presenta’. Creo que es una imprudencia, porque los millones que votan al que tú estás subestimando y desacreditando, se van a poner en tu contra. Y en la vida cuanto menos en nuestra contra mejor para todos, pues eso de ser contrarios es el juego de siempre, que lo usa el establishment, como un negocio para perpetuar sus maneras, que son las que todos conocemos: explotación, injusticia, falta de respeto, corrupción e inmoralidad. Y como consecuencia, llega la pobreza, persiste la miseria que genera el tráfico de drogas, de armas, de prostitutas, de explotación de los inmigrantes con comportamientos racistas, esclavizándolos, llevándolos a enrolarse en ejércitos para acabar como siempre en la violencia y la guerra.
3. La locura estandarizada, no es vista como locura, aunque arrasen toda la tierra con actividades placenteras, caprichosas, como las carreras de coches por desiertos y selvas. Por eso, dicen que hay más locos sueltos que en los psiquiátricos.
4. He leído tu entrevista, con interés, que ha publicado ayer el diario… Gracias, por las informaciones y comentarios.
Es tan gordo lo que te está ocurriendo, que si me meto en ello voy a decir tonterías. Por eso, sólo puedo añadir que uno puede ser igual de libre, o más, en tu situación que alguien que vive libre en su apartamento y está libre para desplazarse por donde quiera. Pues, la libertad no depende de las circunstancias externas, pues ella reside en la comprensión de la realidad, de lo que es, de lo que somos. Es decir, que la libertad es de uno, nace internamente dentro de uno. Y si eso es tuyo, nadie ni nada te lo puede ocultar, quitar.
5. Hombre claro, eso sería lo ideal. Pero, si obligamos a todos a hacer lo que nosotros decimos, que creemos que es lo mejor, ya estamos actuando como los que no queremos ser. Ese es el problema de toda idea o teoría. Por eso, se dice: ‘Haz lo que te digo que hagas, pero no hagas lo que yo hago’. ¿Comprendes, Jahaziel? Decir lo que es mejor, lo más adecuado, el respeto, la no imposición, etc., es muy fácil. Pero lo difícil es vivirlo en propia persona, en cada acto y circunstancia de cada persona.
6. Por eso, las soluciones han de ser primero de tú. Y si tú logras hacer de tu vida, lo que quieres que haga yo. Los problemas se han acabado para ti. Porque en esa sabiduría que tu tienes, te haría comprender por qué yo, infortunadamente, no puedo hacer lo que tú haces con toda naturalidad.
7. Conversación en chat.
Pues aquí, ya sabes Edward, que respecto a la luz y el calor todo es diferente a allá arriba. Hace unos 17 grados a las 10’18. Lo que quiere decir que llegará a los 25 grados a partir de las tres de la tardo. Porque el viento viene del oeste y a medida que pasa por el centro de la península Ibérica se va calentando en la misma proporción que la tierra.
Cuéntame algo de lo que sucede ahí en Bélgica, si quieres. Aunque no sea del tiempo, sino algo que tú quieras contar, para poderlo decir con toda libertad.
El problema siempre es el mismo: el pez grande se come al pequeño. Eso quiere decir que recurrentemente todo eso que está pasando, ya ha pasado. Y siempre volverá a pasar. La diferencia es que antes, no se des localizaban las empresas. Es decir, cambian algunas maneras pero el paradigma del pez grande contra el pequeño que lo devora, persiste. Y hasta que ese paradigma, que hemos heredado de nuestros antepasados, no lo comprendamos y descartemos, todo seguirá igual. Ahora, con la reducción o eliminación de servicios sociales morirán miles y miles de personas que no se contabilizan.
Pero, pronto se olvida. Y vuelta a empezar con el mismo sistema. La pregunta es: ¿Puede el rico, y los que no lo son, cambiar ese paradigma de vivir por encima de sus posibilidades, de las posibilidades que estén dentro de la inmoralidad y la corrupción?
Los finlandeses y sus soluciones no arreglan el problema. Porque, como ya he dicho, mientras los votantes no sean honestos de verdad, van a seguir votando a personas superficiales, que no pueden hacer nada nuevo. Lo que necesitamos son personas honestas. Pero, el problema está en que si tú fueras completamente honesto, ¿te votaría alguien? Todos, menos una minoría te daría la espalda. Ese es el verdadero problema, Edward.
Es verdad que unos gobernantes más humanistas, van a generar una mayor justicia repartiendo las tierras y la acumulación de riqueza. Pero con el tiempo, las personas necesitamos satisfacer nuestra dignidad de seres humanos, como es una justicia más fina y verdadera, unos respetos totales a la dignidad de toda persona. Y eso el que gobierna lo tiene muy difícil, porque los que tienen el poder económico, mediático, mercantil y financiero, todos esos, no quieren que nada cambie. Porque el cambio en el ámbito de justicia y respeto, significa la pérdida para ellos.
Que los disfrutes –los 25 grados de temperatura en Lovania-, que ya va siendo hora para los que casi siempre estáis en el frío y en la falta de la luz mediterránea o tropical. Gracias, por la conversación.
8. He leído tu entrevista de ayer en el diario… Gracias por las informaciones y comentarios.
Todo lo que nos sucede, es decir todo lo que está sucediendo ahora, es lo mismo que ya ha pasado con anterioridad. Cuando hay recesión económica, crisis en los mercados porque los clientes no compran, hay algunos que lo acaparan. Eso sucedió en la Revolución Francesa, cuando los comerciantes de harina compraron grandes cantidades. Por lo que subió, como consecuencia, el pan.
Ahora, los nuevos ricos -siempre son los nuevos ricos- ávidos, como todos los novatos, de dejarse ver y notar con sus nuevas adquisiciones, son los que están acaparando el arte. Y no sólo el arte. Seguro que con otras materias, u otras actividades, estarán también intentando sacar más beneficios, para engrandecer sus fortunas.
Por eso, como te he dicho, la historia se repite. Pues no hay más, somos como somos con nuestra vanidad, el miedo, el deseo de seguridad, tanto física como psicológica. Y ese miedo es el que desencadena todas las atrocidades, las tonterías más horrorosas que podemos hacer. Pero, una cosa es leerlo en la historia, contarlo, y otra vivirlo como lo estamos viviendo en la actualidad. Y por eso, Care, es que lo cuentas y te puede alterar. Pero, siempre uno ha de ir más allá de las circunstancias y eventualidades, para así no ser arrastrado por la superficialidad, la vulgaridad, el mal gusto, que se manifiesta al ser fatalista, neurótico o amargado. Con afecto y con cariño.