Torni Segarra

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1. José Luis, seamos serios, pues no somos niños. Cuando quieres algo de verdad, no se encuentran obstáculos ni barreras, y si se las encuentra se las supera. Un vegetariano, aquí en Occidente, tiene muchísimas dificultadas parea serlo, pero si es capaz de ver que sin sacrificar animales puede vivir, dejará de ir a comidas, a bodas, a comilonas festivas, donde se sirve carne, etc., sin ninguna clase de problemas.
Esto ha derrotado en un el mismo dilema de siempre: tú tienes infinitas posibilidades de defender tu postura, pero otro también tiene infinitas posibilidades de hacer lo mismo. Así que todo lo demás, es especular. Otra actitud negativa. Pero puedes hacerlo hasta el último día de tu vida.
 
2. El budismo, como todos los ismos -cristianismo, comunismo, fascismo, hinduismo, etc.-, están degenerados. Porque, han creado sus normas -rules-, sus chismes, sus fanatismos y supersticiones.
Y porque, donde hay una institución, una organización, allí está el germen de la corrupción.
 
3. Una persona como Hipatía sería como un factótum -persona que oficiosamente se presta a todo género de servicios y saberes-. Y, claro, el Imperio Romano y los cristianos se encargaron de ella, hasta hacerla desaparecer, asesinándola. Nada nuevo.
 
4. Para Howard Gardner, investigador de la Universidad de Harvard.
He leído tu entrevista que ha publicado hoy, el diario… Gracias.
El fin de la educación es hacer que las personas vivamos con excelencia. ¿Qué es la excelencia, es ser un buen abogado, ingeniero, ejecutivo financiero, con sus modales refinados, con su contención y estrategias comerciales, sus asuntos? ¿O hay algo más allá de todo este mundo de los negocios, del trabajo profesional, que es generador de orden? Ese orden que no existe en ninguna parte donde uno vaya, ese orden tan necesario para la creación, para poder gozar del vuelo de un pájaro, la visión de una nube, o sentir todo el drama al despegar y alzar el vuelo cuando vamos en avió?
Sin orden, hay caos, la dos cosas a la vez no pueden ser, convivir. Así que si uno no descarta la confusión y el desorden, va a seguir provocando ese mismo desorden que genera la violencia, cruel y atroz, que se puede desencadenar en cualquier instituto, escuela o en cualquier vecindario. La violencia, como todo tiene una causa, que no queremos ver ni investigar. Y por eso, siempre culpamos a los otros, a los de fuera, a los extraños, de ser los responsable y culpables. Pero eso, no es así
Todo lo que nos llega, lo sepamos o no, nosotros somos copartícipes. Todo lo que nos sucede siempre es cosa de dos.
Pero como somos tan superficiales, y egoístas, nosotros nos auto exculpamos. Pero, si tú como psicólogo, tienes un problema con alguien, tendrás algo que ver con eso. Y aceptar eso es lo más difícil, aceptar que uno también es participe para que pueda suceder algo. Cuando es un premio, si que lo reconocemos y aceptamos. Pues, nuestra vanidad de esta manera se alimenta y satisface. Pero, todo esto no tiene nada de excelencia.
Pues, mientras haya división interna en la que uno se vea a parte del otro, no podrá haber sensibilidad ni empatía. Y por tanto, seremos indolentes, indiferentes al dolor del otro, de los demás. Y así es como ya hemos brindado y servido lo necesario para que llegue, el enfrentamiento, el conflicto, el odio, el rechazo, la absoluta incomunicación. Por lo que la puerta ya está abierta para que llegue la violencia.
Así que, la excelencia es ver y comprender todo el proceso del pensamiento, ver cómo funciona, como se genera y cómo llega a su fin.
El pensamiento es el responsable de la violencia, de la guerra. Pues, el el paradigma por el que funciona, es el del pasado, donde se asienta la memoria de todo lo que hemos sido durante millones de años. Es decir, ese paradigma que hace funcionar al pensamiento, ese condicionamiento que hemos heredado, siempre es el pasado. Y el pasado para reconocerlo uno se tiene que dividir del presente, del ahora. O sea, que el pasado, que es el condicionamiento, nos hace fragmentado, divididos, en conflicto, violentos y guerreros.
Por tanto la excelencia, es la manera de vivir en la que uno va más allá del condicionamiento, de la memoria psicológica que es el pasado, donde uno sólo está con el reto que nos llega, en el ahora.
 
5. La duda es la esencia de la inteligencia. El problema está cuando uno quiere defender algo: uno mismo, su vida, un bien o propiedad, una grupo o institución.
 Entonces, ese estado de duda -que es el vacío, la inteligencia, el orden- nos dirá cual es la acción correcta
 
6. Para John Fogerty, músico compositor de rock.
 He leído tu entrevista que ha publicado hoy el diario… Gracias, por las informaciones y comentarios.
He escuchado mucho tus canciones en bares, discotecas, en pubs musicales. Fueron unos momentos al principio con vuestra voz desgarradora, rabiosa. Y la música invadiéndolo todo. Que te vaya bien.
 
7. Si los otros no comprenden por no ser inteligentes, ese no es el problema. El problema es la acción que hago, pues ha de ser liberadora, sin conflicto alguno. Por eso, que cada uno haga lo que tenga que hacer. Todos tenemos libertad para actuar de la manera que creemos oportuna, correcta.
En el momento que Jesús, predicaba la igualdad, la bondad, la caridad -eso quería decir, ir contra la opresión-, ya se puso en contra del Imperio Romano invasor. Por lo que fuera nacionalista o no, no tiene importancia. La importancia y su peligro estuvo en cuestionar el establishment -tanto político, como religioso-, que es lo mismo que sucede ahora. Si uno quiere hostigar, informar de lo corrupto e inmoral que es el statu quo, si se pone a ello y tiene mucho aforo, irán a por él. Y desde ahí todo puede pasar.
 
8. El problema de la investigación de la realidad, de los avances científicos, es que no hay meta dónde llegar. Por tanto, como todo es infinito, cada cosa que emprendamos, hemos de saber que es algo que no tiene un tope ni final. Y eso nos hace que nuestra percepción se agudice, al descartar el estrés del deseo que quiere llegar a una meta, que quiere conseguir y triunfar.
Y eso quiere decir, que los avances científicos por sí no van a traer el orden, el fin de la confusión. El orden, es una vida de honestidad, de respeto, de amor, por todo lo que existe.