1. Vivir sin crecimiento económico sería ser perfectos. Pero la perfección no existe, es una invención nuestra. Por lo que todo lo que inventemos, si lleva al conflicto, al enfrentamiento y la violencia, es más de lo mismo.
2. Todo eso tan solo son palabras que no tienen ningún valor. Lo que cuenta es el respeto, el amor.
3. El odio, los celos, la envidia, todo es lo mismo: la impotencia de comprendernos a nosotros mismos y por ende no comprender a los demás.
4. Lo primero que tenemos que hacer, es que nosotros no hagamos como las ratas. Y luego, por la fuera del hechos, todo nos irá de la mejor manera posible.
5. Los dictadores son asnos, pues pensar que su tiranía no tendrá respuesta es la prueba de que lo son.
6. ¿De qué tienen miedo, de quienes tienen miedo? No nos tienen que hacer cambiar nuestra manera de vivir sin mentiras ni corrupciones.
7. En un mundo donde el dinero tiene tanta importancia, al igual que el estatus, el idioma dominante tiene un gran poder. Porque el idioma dominante es el que abre las puertas para ganar dinero y dar estatus. Eso no sucede ahí en EE.UU. solamente.
En España, el español, es el idioma dominante, ante las otras lenguas (el gallego, el vasco, el catalán) y las autoridades no hacen nada para respetarlas, sino que hacen todo lo contrario para que desparezcan en favor de un centralismo lingüístico, que en realidad es político.
Es decir, como siempre el pez grande se come el pequeño. Porque ante el dinero, y todo lo que nos lleva a él, no hay nada que se pueda interponer, pues lo vamos a rebasar con tal de llegar al dinero, y como con secuencia, al estatus social.
8. Lo más importantes que tenemos es el presente, el ahora. Y es en este ahora en realidad donde vivimos. Aunque nosotros por ignorancia, que es el miedo, hemos inventado el pasado y el futuro. Donde nos agarramos para encontrarnos seguros
Pero la seguridad en el ámbito psicológico no existe, por lo que vivimos atrapados en la ignorancia del deseo de algo imposible. En el ahora vivimos con libertad, sin depender del pasado, del futuro, ni del presente que hace de puente entre ambos.
9. ¿Podemos vivir sin hacer algún daño a nadie? ¿Es eso posible, o es algo que nos gustaría que fuera una realidad? Para vivir unos otros tienen que sufrir de una manera o de otra: cuando la madre da a luz a su hijo, sufrió durante el embarazo y a la hora de parirle. Cuando comemos carne, etc., también estamos haciendo daño a los animales que sacrificamos. Cuando opositamos a un empleo, el que gana hace daño a otro. La persona que enamora a otra, desplaza a los otros que querían a esa persona como pareja.
Por tanto, hay que encararse con la realidad de lo que es la vida: las personas queremos ser algo que no podemos, queremos vivir en un mundo ficticio donde todos seamos personas inmaculadas, incapaces de no hacer ningún daño. Pero la realidad está ahí cuando nos dividimos de los hijos, de la pareja o esposo, del vecino o de los compañeros de trabajo.
Es más importante lo que es, la realidad, que lo que me gustaría que fuera. Porque ese deseo de algo que no es posible, nos divide de la realidad, de lo que es. Y si hay división, y sus conflictos, enfrentamientos, luchas, etc., es cuando realmente estamos haciendo daño a los demás y a nosotros mismos.
10. ¿Si hay celos puede el amor estar ahí? ¿Puede el amor hacer algún daño, privar de la libertad a otro obligando a permanecer donde no quiere, sea al lado de una persona o encerrada a la fuerza?
El amor es algo peligroso, porque es lo nuevo. Pero la repetición ya es lo viejo, es deseo; es el placer, su persecución, y la maldad que lo acompaña. Por tanto el todo vale, aunque es lícito para el que lo hace, ¿es eso amor? ¿Es amor el masoquismo, el sadismo, aunque unos digan que es una fuente de placer?
11. Por eso la verdad no se puede explicar ni transmitir mediante las palabras. Es uno solo el que la tiene que ver y comprender de instante a instante.