Torni Segarra

Seleccionar página

1. Esa contradicción que desperdicia la energía llega cuando no comprendemos que esa misma energía, que todo lo abarca y afecta, es la que nos va a destruir y matar. Pues al huir de la realidad de la destrucción y la muerte, entramos en conflicto con la realidad.

 

2. El mor ve los defectos pero los blanquea, los asume, no le molestan, hace que los defectos tengan sentido e importancia. Pues, los defectos forman parte, tienen su origen en una cadena de causas y efectos que no tienen fin. Por lo que forman parte del misterio que es lo que es la vida.

 

3. Todo lo que somos internamente, va a salir a fuera. No habrá barreras ni leyes ni normas ni ideas ni teorías que sancionen, para poder evitarlo. Ya que lo de dentro, todo lo que somos, se impondrá a lo externo. Y, esto mismo, si no es visto y comprendido, lo que tenemos dentro –la ignorancia, el miedo, el condicionamiento- saldrá y hará de obstáculo para que la verdad sea.

 

4. ¿Se puede vivir sin hacer daño alguno a alguien, es eso posible o es una ilusión? Para descubrirlo hemos de empezar muy cerca, por nosotros mismos. Las personas tenemos nuestras necesidades: comer, ropa, un lugar para estar refugiado donde poder dormir, etc.; y eso es lo básico. Aunque también tenemos las necesidades afectivas, morales, psicológicas.

Para comer hay que comer a algo que tiene vida –animales, frutos, plantas, vegetales-. Y todo lo que tiene vida, tiene la necesidad de defender y preservar su vida. De manera que cuando comemos, sea lo que sea, estamos haciendo daño.

Algo parecido sucede en todos los ámbitos de la vida, aunque tal vez no nos demos cuenta, somos conscientes de ello: cuando buscamos y nos dan un empleo, después de un examen, el que no lo consigue siente el daño, el dolor de haber sido rechazado. Al igual que el que consigue una pareja, los otros que también la querían conseguir se sienten dañados, sufrientes, maltratados.

Es decir que todo ser vivientes por el mero hecho de existir, ha de hacer algún daño a los demás, ya sean las personas, los animales, los vegetales.

 

5. Aunque tienes todas las buenas intenciones, eso que dices de volver atrás no tiene ningún valor real ni verdadero. Pues si vamos atrás también lo tendremos que ir con todos los avances técnicos, en medicina, en medicamentos, etc. Esto significaría una mortandad. Y nadie quiere morir. Por lo que habría un estallido social, revueltas, y matanzas.

Creo que es mejor que cada uno haga una mutación dentro de él en que el egoísmo, que tiene la raíz en lo psicológico, sea comprendido de manera que esa comprensión llevara el orden. Y esto sólo puede ser cuando uno ha comprendido el pensamiento, el ‘yo’. De manera que la percepción de lo negativo y su respuesta sean al mismo tiempo, sin división. Y si no hay división ni conflicto, ahí estará el amor. Y el amor impondrá su orden, que no es ni tuyo ni mío ni de nadie.

 

6. En el amor todo está permitido. Porque el amor es orden. Y ese orden se va a imponer al desorden, a lo que hagamos inadecuadamente. Ese inadecuadamente no quiere decir que es lo que nosotros creemos que es. Por eso el amor siempre es lo nuevo, lo que nadie ni nada lo ha tocado, porque todo eso es del pasado,

 

7. Gracias, Dunaluna, por tus aportaciones.

Ese cuento muy español, seguramente es de la época cuando la Inquisición quemaba a las personas porque no obedecían los dictados de la Iglesia Católica. Donde todo lo truculento, malvado y cruel, destilaba en todo lo que hacían las personas. Pues la Inquisición imponía una dictadura tirana y brutal, severa, para que nadie se saliera de sus normas, dogmas, creencias y supersticiones. Y por eso ese cuento, que mezcla lo vida cotidiana con lo mágico y espiritual, es tan feo y malvado, es propio de aquella época siniestra.

 

8. Pero el punzante dolor de la existencia está ahí manifestándose en cada cosa que pensamos y hacemos. Así que mientras no comprendamos el miedo, ya sea al daño, a perder algo, a la degeneración y la vejez, a morir, todo lo que digamos, planifiquemos, inventemos, aunque vivamos mil año, aunque seamos los dueños de todos los planetas y galaxias, nada tendrá sentido. Pues el dolor de la perdida, de la decadencia, del daño, de la muerte, que es todo miedo, estará ahí.

 

9. El amor es sentir todo lo que es la vida, viviéndolo sin huir de ello, sin querer cambiarlo, para que así llegue el orden, que está más allá de nuestros deseos. Ya sean de persecución del placer, deseos de seguridad, de que no nos hagan ningún daño.

 

10. El amor nos hace poetas, porque el amor es la libertad total, absoluta, para hacer o no hacer lo que queramos.

 

11. El volumen y la intensidad de la hipocresía, depende del miedo que tengamos a la vida y lo que nos trae.

 

12. ¿Se puede aprender a darle tiempo al tiempo, a esperar el momento de que algo llegue? ¿O en una sola mirada podemos ver toda la falsedad del esperar, todo lo negativo que es? Cuando esperamos algo, ya tenemos establecido un plan de lo que tiene que ser, ¿no? De lo contrario no esperaríamos nada.

Por tanto, toda espera nos deja en el mismo sitito de siempre: buscando lo imposible, buscando y deseando lo perfecto según creemos que es, inventando otra realidad que me gusta más que la que ahora es. Por eso, si somos afortunados y comprendemos ahora, no dentro de unas horas, días o semanas, que todo esperar está dentro del ámbito del pasado psicológico, que va a ser una repetición de lo viejo –que es siempre del pasado-, toda espera llega a su fin. Ya que no puede ser, pues no le damos lugar ni oportunidad de ser. Así que, lo que llegue va a ser lo nuevo, el orden, el amor.