Torni Segarra

Seleccionar página
Eucaris. El placer siempre nos lleva al dolor. No el placer en sí, que nace y muere a cada instante. Sino el recuerdo que quiere repetirlo una y otra vez, haciéndonos adictos a él, por lo que nos hacemos brutales y crueles.
 
AmaRosas. Detrás de lo imposible, los no hechos, está el juego, el entrenamiento, que los usamos a manera de escape de nuestra aburrida y absurda manera de vivir.
 
Julieta. La realidad es más importante que lo que pensamos y decimos. Henos creado el estándar de lo que tiene que ser lo bello,. Sin darnos cuenta que lo bello es lo que es, la realidad toda al completo, sin exclusión alguna de todo lo que existe. Preguntémonos, ¿por qué es que ya tenemos una idea e imagen de lo que es lo bello, lo que es la belleza? Trabajamos  un poco, indaguemos, inquiramos, teniendo todo el tiempo para ello, y descubriremos que es el egoísmo, el ‘yo’, el ego, que quiere acoplar la belleza a lo que cada cual somos. Y por eso, que esa belleza que inventamos, en cada época y momento la cambiamos para que se acople a nuestras maneras de ser. Hace unos años –cien- los delgados eran vistos como enfermizos, cosa de los pobres; y los gruesos –los no delgados-, saludables y signo de riqueza y estatus.
Por eso, si es que tenemos esa cosa tan rara que es amor, veremos la belleza en todo lo que existe.
 
Julieta. ¿Por qué queremos juzgar un hecho que aún no es, y que es el futuro? Los hechos no se pueden juzgar, se comprenden y aceptan o se rechazan. Por tanto, lo que otros hagan a nosotros en realidad, ¿qué nos importa? Podremos hablar de ello, informar al respecto, exponer las cosas favorables o no, pero al final es cada cual el que tiene la última palabra de lo que ha de hacer.
La guerra es lo más cruel y horroroso, donde se asesinan en masa millones de personas por miedo y temor de unos a otros, ¿la podemos evitar con nuestros deseos de que no sea? Podremos hacer todo lo que queramos para impedir la violencia y la guerra, ir por todo el mundo diciendo que la guerra es el peor veneno, que arruina toda la vida, toda nuestra vida. Pero la guerra seguirá ahí a menos que comprendamos que es la división el origen de la guerra. Pero esa división, ese estar dividido de los demás, incluye también con los que quieren la guerra, son guerreros, asesinan en masa. Porque si nosotros, cada cual está dividido internamente de otro, está en el mismo ámbito del que va a la guerra a matar y a que lo maten.
Por eso, dejemos de juzgar a los otros de lo que hacen o no hacen y atengámonos a nuestra vida y cómo la vivimos, atengámonos a nuestra división interna, que todos tenemos, y ver qué podemos hacer con ella.
 
Seguimos juzgando como siempre, Julieta. ¿Es por envidia, celos, cinismo e ironía, imposibilidad de hacer lo que hacen los otros? Los celos nos hacen que perdamos la sensibilidad y nos convierten en personas brutales y crueles.
 
Liliana. Si somos serios y profundos, nos daremos cuenta que la belleza de las flores termina y acaba cuando las cortamos. Pues a las flores se las admira, riega y cuida, en el lugar donde crecen en todo su esplendor. No nos damos cuenta, que el placer y su persecución es motivo de crueldad, que es ser insensible al dolor y al sufrimiento que provocamos.
 
Si comprendemos la realidad de la vida, las palabras de amargura, que son la consecuencia de la frustración, no saldrían de nosotros. ¿Por qué queremos tener una idea de cómo ha de ser la vida, cuando la vida es inmanejable, incontrolable? Verónica, no huyamos de la realidad de lo que es, de la realidad de lo que somos, y todo se manifestará por medio de la inteligencia.
 
Daxi. ¿Cómo podemos saber cómo actuaremos en el futuro, si todavía no existe? Por eso, lo que decimos, las palabras, no son los hechos. Pues, las palabras están mediatizadas, contaminadas, por lo que nos ha sucedido o nos sucede, por nuestro condicionamiento, por nuestros engaños y desilusiones, fracasos. Pero todo eso es el pasado. Y en el presente, en el ahora, nadie sabe lo que podamos hacer, cómo responderemos a un reto. Y todo eso, si encaramos la vida de esa manera, nos libera, nos hace nuevos, limpios, sanos, enteros como si fuéramos tiernos niños.
 
Liliana. La lengua es un instrumento que usamos para poder comer, beber y ayudar a masticar los alimentos que ingerimos, y también para hablar. Pero ella no es la responsable, pues es como la mano que lanza la piedra o golpea a otro. El responsable es todo lo que somos internamente, que por la fuerza de los hechos, ha de salir afuera y manifestarse en todo lo que hacemos.  
 
Mayra. Dios no puede ser rey, y menos rey de reyes, ya que los reyes son corruptos e inmorales.
 
Si queremos un una persona, que nos de amor durante el resto de nuestra vida, seguramente, eso no será. Pues el amor, Mayra, es sin deseo, nace y muere de instante a instante.  
 
Los sueños, son una ilusión, una fantasía infantil, como un cuento de hadas. Lo  que cuenta es lo que realmente somos. Y para saber cómo somos, necesitamos tener libertad vernos en realidad en la relación con las personas. Ya que sin una buena relación con las personas, todo lo que digamos y hagamos no tendrá ningún valor ni sentido verdadero alguno.
 
En el presente, en el ahora, está contenida toda la vida. Por eso, sólo existe este eterno ahora, que contiene a la vida y a la muerte intercambiándose a cada instante.
Si lo comprendemos como un hecho que es, en cada cosa que hagamos, pondremos toda nuestra vida y energía, en ello.
 
Depender de alguien, seguirle, nos hace de segunda mano, repetidores domésticos, sin libertad. Ahora bien leerlo, sin hacer nada al respecto, es no comprenderlo, aunque todos hagan lo mismo. Porque cuando somos libres, somos impredecibles, nuevos, ágiles, nos ven peligrosos.