Torni Segarra

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1. Para Fathalah Siyilmasa, Secretario General de la Unión por el Mediterráneo. Barcelona.
He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias por los comentarios e informaciones.
Creo que los funcionarios, los políticos, etc., tratáis los problemas, las cosas importantes, de una manera superficial. Cuando le dices al periodista que te entrevista que: ‘No subestimen a la sociedad civil’. ¿Por qué dices eso, Fathalah, si la sociedad civil es lo mismo que los que mandan? Si ellos mandaran, si llegaran al poder, podrían prometer nuevas reformas, cambios, etc., pero todo eso está siempre dentro del viejo paradigma de división, de conflicto, de enfrentamiento.
Eso es así porque, creemos que para solucionar los problemas hemos de hacerlo antes cambiando la sociedad, con más leyes y más normas. Y después la sociedad cambiará al individuo. Pero, eso no es así. Porque, lo que está dentro es más fuerte que lo de fuera y se impone a lo exterior.
Por lo que, lo realmente importante es lo que somos cada uno internamente, lo que somos en realidad. Y entonces el problema es tremendo, porque uno sólo puede trabajar en su cambio: conocerse realmente cómo es, cómo funciona. Porque, si yo cambio y tú no quieres, o no puedes, si te obligo ya estamos en el viejo patrón y paradigma del conflicto, del enfrentamiento.
El principal problema que tenemos es de la división interna. Pues al salir afuera, al exterior, va a desarrollarse y generar insensibilidad, indolencia, conflicto y enfrentamientos, violencia y guerra. Y ahí se cierra el círculo donde estamos encerrados. Por lo que todo cambio para que tenga un significado verdadero, ha de empezar por uno.
Ahora tú puedes decir: ‘Muy bien, cambio yo solo, pero los demás siguen sin cambiar y todo va a seguir de la misma manera que siempre’. Ah, amigo, como siempre no, porque si tú lo ves claro y vas más allá de esa división, de esa corrupción, entonces esa misma inteligencia que te ha mostrado todo el caos, toda la indolencia ante el hambre, la pobreza, ante la brutalidad de los gobernantes, es la que te mostrará que eso de que no cambien los otros es cosa de ellos. Pues, para que la inteligencia pueda florecer y operar, es preciso que haya libertad para mirar, indagar y ver qué es la realidad, no la realidad que me gustaría que fuera, inventando otra que me gusta y satisface, si no la realidad, que es lo que es, que no es mía ni tuya ni de nadie. Si no la misma realidad para todos, la vean o no la vean, sean conscientes o no.
 
2. El problema está en ponerse de acuerdo en a qué es lo que llamamos dios. Pues, si dios es lo que está más allá de las palabras, los conceptos, entonces o uno cree, no cree, o es indiferente. El problema, está cuando alguien quiere defender algo que no se puede explicar. Lo que sucede es que la neurosis -el miedo a lo que es la vida, incluida la muerte-, hace que nos agarremos a lo que sea con tal de que haya una esperanza, alguien a que le podamos dar la última responsabilidad, tanto de lo que nos sucede, como con lo que sucede fuera de nosotros.
Aunque todo eso también se puede negar y entonces es cuando uno es un no creyente o ateo. O lo que es lo mismo; un nihilista espiritual.
 
3. César, si decimos: ‘La "Realidad", aquello que la mayoría llama Dios, está muy por encima de estos razonamientos, y nada tiene que ver con ellos, pues no es ningún señor, ni es bueno ni es malo, pero es origen de universos, mundos, bestias, hombres y dioses’. Cuando hablas del origen del universo atribuyéndolo a algo, o a alguien –dios-, ya estás dentro de los conceptos, la ideación, creyendo o no creyendo. La realidad es sin más, sin explicación posible alguna. Y ahí no hay principio, origen ni fin.
 
4. Enghelbertb, no he dicho que India esté atrasada, sino que allí hay miseria, hambre y desorden. Si mi casa está hecha un desastre, hay caos, es un completo sinsentido, ¿para qué me sirve tener tantos conocimientos ya sean técnicos, religiosos, proyectos avanzados, etc.?
 
5. ¿Por qué no nos podemos expresar libremente, si es que hay, según dicen, libertad de expresión? Cada uno que hable como quiera, que diga lo que quiera, el que no le guste que no lo lea ni conteste. Decir, que eso que se ha dicho, se dice, es de otra persona, ¿es realmente un problema o son celos, envidias u odio por la persona a que se alude? Los cristianos llevan miles de años repitiendo lo que dijo su único salvador, los orientales repiten y repiten también desde hace miles de años a su maestro, libertador del dolor. Y, ¿dónde está el problema?
Cuando uno tiene hambre y le dan comida, come lo que hay. Pero, si uno no tiene hambre mira la comida, habla de ella, dice que le falta esto o lo otro, y no se la come, la rechaza.
 
6, Tú eres yo, y todos a la vez. O lo que es lo mismo, yendo un paso más: el observador es lo observado, sin espacio que se interponga entre el que observa y lo que observa.
 
7. Sí, ya sé lo que quieres decir, Enghelbertb. Aunque romper esa pasividad, significa que soy yo solamente el problema, por lo que tengo yo también que solucionarlo. Porque, nadie me lo va a solucionar, pues aunque digan que ellos saben, que son los adecuados, no pueden serlo. Porque, nosotros solos podemos solucionar nuestros problemas. Por eso, la libertad es desde el principio. Porque sin esa libertad no hay comprensión ni inteligencia.
 
8. “Sea que nos guste o no nos guste, todo lo que está sucediendo en este momento es producto de las decisiones que tomamos en el pasado”.
Aquí eso no encaja cuando lo aplicamos a un recién nacido, que recibe una desgracia o muere. Para llegar a descubrir lo falso, uno ha de encararlo negativamente, porque si lo hacemos asertivamente, es cuando le damos paso al pensamiento, al ‘yo’, a los conceptos e ideas. Y la realidad, lo que es, no está comprimida ni condicionada por nada, está más allá de todo eso.                                                  
 
9. Si la inteligencia se despertara en todos, sólo habría una realidad: la del orden. Y el orden es amor.
 
10. Todo lo que digamos asertivamente, positivamente, es la actividad del ‘yo’. Y el ‘yo’ es el problema. Así que lo que hay que hacer es comprender ese ‘yo’ e ir más allá de él. De lo contrario todo se convierte en un entretenimiento intelectual, una vanidad que es lo que necesita el ‘yo’.
 
11. Eso es una proyección romántica, Kara. El problema es lo que somos ahora. Y es a eso a lo que nos hemos de atener. Y mientras haya una huida de eso, mediante ideas y teorías, deseos sentimentales, románticos, no habrá comprensión de eso tan feo que somos: divididos, enfrentado, en conflicto.