Para Pere Planas Casa, Exjefe del departamento de psiquiatría del Hospital Nuestra Señora de Montserrat. Fundació Centre Mèdic Salus.
He leído tu escrito, ‘Poder a golpe de brutalidad’. Gracias por las informaciones y comentarios.
¿Podemos las personas dejar de ser violentas cuando estamos divididas y fragmentadas internamente? Estar dividido, es un estado de desagrado, de no aceptación de lo que en realidad somos. Uno es joven y quiere ser una persona experimentada en una materia, que requiere mucho tiempo de estudio y dedicación, ¿puede esto ser? Otro, es despierto, vive en una gran ciudad, con todos los estímulos y su rápido desenvolverse, sus maneras peculiares de vivir que lo diferencia de los que viven en pueblos o aldeas. Otro es rico, nace en una familia que le da todo lo que necesita, que lo educa para que pueda tener influencia y poder, un cargo de responsabilidad, tiene relaciones con personas de poder, importantes. Y otro no tiene nada de todo eso, es sencillo, trabajador de largas jornadas, donde está en contacto con los materiales que usa para su trabajo y se ensucia las manos, su vestimenta. ¿Puede haber igualdad en este mundo de división?
Desde que la vida fue concebida, con ella, se concibió la desigualdad. La vida es desigualdad, tanto en lo físico como en el comportamiento social que le hace tener un comportamiento psicológico peculiar. ¿Estamos de acuerdo? Uno es alto y fuerte, otro tiene un cuerpo menos fuerte, y ahí hay división. Uno es espabilado, decidido, capaz de hacer cosas sin parar, otro no lo es tanto, no quiere tanta acción, necesita pensar y estar solo, indagar y hablar al respecto. En la naturaleza, los animales que no están en la cima de pirámide del poder, están sometidos a los más poderosos. Y estos poderosos, también están sometidos a los seres humanos, que los cazan, los han domesticado, los encierran en zoos, o los usan para experimentar con ellos medicinas para que nosotros podamos prolongar más nuestras existencias. ¿Dónde existe la igualdad en este mundo donde vivimos queramos o no?
Eso se ve muy evidente en el ámbito físico, superficial. Pero, en el ámbito psicológico, interno es más difícil de comprender y aceptar. Pues, al empezar a percibir la realidad, al ser conscientes y convertirnos en seres humanos, nos dimos cuenta que había diferencias. Diferencias, que eran de diseño, ajenas a nosotros porque venían impuestas por el destino de cada cual. Es decir, esas diferencias no eran generadas por nosotros, sino que eran una condición de la misma existencia, eran per se. Y desde ahí, al desarrollar la percepción fuimos conscientes de que éramos diferentes físicamente, pero también psicológicamente. Entonces, sucedió que nos dimos cuenta que en lo físico no podíamos intervenir. Pero en el ámbito psicológico, sí que había una posibilidad de hacer cambios para que no hubiera la desigualdad, los agravios, los abusos, las injusticias.
Y desde ahí que llegamos al presente, en el que al ser conscientes de todo lo que sucede y ver que se puede cambiar lo que nos hace daño, que hemos hecho tantas y tantas revueltas, revoluciones, guerras. Por lo que la violencia, se ha convertido en la manera cotidiana de vivir. Así que ahora el problema es, ¿qué es la violencia? La violencia, son los celos, las envidias, la vanidad, el egoísmo, el poder y su defensa, etc. También la violencia es, la necesidad para sobrevivir, para poder comer, sacrificar animales. La violencia psíquica que generamos para obtener algo que queremos o necesitamos: en los deportes, en las oposiciones a un buen empleo, a la hora de elegir y conseguir a la pareja, etc. Así que la vida es violencia. Violencia, para poder vivir como ricos, explotando a los países pobres y subdesarrollados, donde les vendamos armas para que puedan ejercer la violencia, como nosotros lo hacemos.
Ahora bien, el problema, como ya hemos dicho, de la violencia, está en la división interna. Yo soy esto, que no me gusta, que es la realidad, pero quiero ser lo otro, que sí que me gusta y me satisface. Y por tanto, aunque no pueda ser, quiero cambiar esa realidad con todo el desorden y la confusión que genera, los conflicto y la violencia. Y en ese deseo, que no es posible conseguir, es donde está la raíz de la violencia. Así que, mientras no comprenda la raíz del deseo y todo lo que genera, seguiré dividido, generando conflicto con lo que observo, con los retos, con lo que me relaciono. Por eso, una consecuencia de darse cuenta de lo que es la división, es que uno percibe y se da cuenta que el observador, yo, es lo mismo que lo observado, tú. Es decir, que la división es una ilusión, un invento. Pues, ese invento e ilusión nos genera conflicto, nos genera enfrentamientos, violencia, crueldad, malos tratos.
Por lo que si comprendemos el deseo, comprendemos la división. Y comprender algo es poder ir más allá de ello, estar libre de ello, Y si no hay división ni fragmentación ni conflicto, ahí está el orden que es amor.
Lo inverso, lo dual, es adecuado para las palabras, filosofar, especular. Pero, en el ámbito practico de la vida no tiene sentido. El fuego siempre quema, ahí no hay manera de especular. Los cuatro pies de un gato, tampoco tiene inverso. ¿Para qué queremos tanto cavar y cavar, si el pozo no tiene fin?
Sólo existe una mente. Pero las hemos convertido en dos: la consciente y la inconsciente. Pero, la inconsciente no tiene ningún valor, porque nunca sabremos si lo que nos dice es real o imaginario, una invención, una ilusión.
Por eso, los sueños por mucho que queramos investigarlos, escarbar en ellos, tampoco sabemos realmente nada de si tienen algún sentido o no. Por eso, estar atento al presente, a todo cuanto ocurre, viviendo completamente cada reto, es lo que nos deja libres del sueño y de sus increíbles imágenes.
El inconsciente sólo tiene valor, cuando uno no está en el ahora. Cuando el ahora está ahí, nada tiene ningún valor. Pues, el valor es un atributo, un invento del pensamiento. Así que el inconsciente es cosa para las personas que les guste especular, cavar. Pero, las imágenes no tienen fin, al ser fruto del pensamiento.
Cuando uno tiene hambre, sueña con bollos. La mente y el pensamiento son algo muy sencillo, pero los negociantes son como los autores de los culebrones: nunca si quieren tienen fin sus historias.
Pero eso, es adecuado en el ámbito físico, material. Pero en el ámbito psicológico, solamente tiene valor la unidad, donde el tiempo como pasado, presente y futuro, no tienen ningún valor. Es decir, el tiempo es sin partes separadas, todo forma una unidad, en lo psicológico. En lo físico, sí que podemos dividir en partes un brazo para examinarlo, dividiéndolo cuantas partes sean necesarias.
Pero, no hace falta mirar a un inventor, diseñador, pensador, eso mismo lo podemos ver nosotros. Solamente hemos de estar atentos a todo lo que sucede, tener tiempo para ver todo el vasto panorama de lo que está sucediendo. Nosotros tenemos prisas, ansiedad por conseguir, por llegar a ser esto o lo otro. Y así, siempre somos de segunda mano, repitiendo lo que dice un maestro, alguien que dice que sabe. El que dice que sabe, el inventor, sin la cooperación y la participación de los demás no podría hacer nada.
La parte psicológica puede que determine la homosexualidad. Una madre excesivamente poderosa, masculinizada en sus maneras, hace que el hombre –el niño, su hijo- adopte una actitud femenina. Y por supuesto el padre por seguir con esa mujer, tan arrolladora y dominante, ya tiene todos los parámetros que lo feminizan y lo abocan a la homosexualidad, la practique o no.