1. La vida para que pueda funcionar ha de haber una unión con todo, ¿verdad, que ha de ser así? La noche necesita del día y al revés, el agua necesita la tierra para poder ubicarla y contenerla, las plantas, los animales y las personas, necesitamos el sol que nos de la vida. Los animales para reproducirse necesitan de la participación de la hembra y del macho.
Por eso creer que una cosa puede ser aislada, única, es algo tan infantil, que es como un delirio.
2. Los halagos, la sumisión, no es lo mismo que el afecto. Los halagos son un negocio de yo te doy tú me das. Y en los negocios nadie quiere perder, porque ya tiene la imagen de lo que quiere ganar. Y si no llega la ganancia, vienen las frustraciones, las depresiones, las disputas y enfrentamientos.
3. La fe ve lo invisible, cree lo increíble, y recibe lo imposible, ¿es eso verdad, es cierto, o por la fe provocamos los desastres de las creencias en los nacionalismos, en los dioses, en las religiones todas enfrentadas unas a otras, creemos en las guerras, su violencia y su crueldad?
4. Cuando amamos, lo hacemos estando cerca o lejos. Porque el amor no tiene dirección alguna, lo abarca todo sin excepción. Al revés cuando pretendemos amar solamente un fragmento de la realidad -una sola persona, un país, una religión, un ídolo, un maestro o gurú-, el amor no puede ser.
5. Esperar a que les suceda algo malo a los que nos lo han hecho a nosotros, está dentro del ámbito de la venganza. Y eso, de una manera o de otra va a volver a nosotros. ¿Por qué no olvidar el pasado, muriendo a él, aniquilándolo radicalmente?
6. Ante un hecho cualquiera, todos reaccionamos de la misma manera: si nos agrada lo aceptamos, si no nos agrada lo rechazamos. Ese es el paradigma por el cual funcionamos, cada cual adaptándolo a su cultura, a su condicionamiento personal como por ejemplo al identificarse con ser mujer y hombre, aferrándose al feminismo y el machismo.
7. ¿Dónde está lo verdadero? Parece ser que no existe eso que decimos lo verdadero: no hacer ningún daño a nadie. Pues si no existe, es un invento nuestro, una ilusión. Entonces, lo más importante es lo que es, no lo que me gustaría que fuera. Pues, si nos atenemos a lo que es, a la realidad, generamos orden, que es descartar el desorden.
8. Cuando uno quiere hacer algo, como una necesidad de comer, beber, etc., de una manera o de otra lo va a hacer. No encontrará obstáculo personal alguno, tal vez sí por parte de los otros, pero eso no importará parta que lo intente.
9. Si no nos respetamos eso se transmite a los otros y siguen con el mismo irrespeto. Es como tener un campo completamente perdido de hierbas y malezas, los que pasan por allí no le tienen respeto y echan basura y desperdicios, y se pueden instalar allí.
10. Cuando nos conocemos, entonces conocemos a todos los demás. Y ya sabemos a lo que nos hemos de atener.
11. Cuando somos sensibles cada cosa que nos sucede es una explosión de vida, algo completamente arrebatadora y perturbadora, que sólo la inteligencia puede gestionar. Esa inteligencia que descarta lo negativo, para que llegue lo positivo.
12. Lo más antidepresivo que hay es llevar una vida de no corrupción ni inmoralidad. Todo lo que hagamos, ya sea auto halagarnos, hacer ejercicios mentales o corporales, si hay corrupción, con el desorden y la confusión que la acompaña, ahí estarán los problemas existenciales, depresiones, angustias, náuseas.
13. Lo que cuenta es la realidad, lo que es, no los proyectos, ni las ilusiones ni los sueños. El hecho es el reto que nos llega a cada instante y es a eso a lo que hay que atender, y para ello, necesitamos toda la energía. Por eso, cuando nos dividimos del presente, del ahora, porque queremos ajustarnos al proyecto, al sueño que tenemos para realizar, la energía no nos llega en su totalidad. Por lo que las respuestas no son completas, totales, ordenas, sino confusas.
¿Podemos verlo de manera, que ese ver implique la acción de descartar todo esa actitud divisiva del presente, del ahora? Porque cuando descartamos lo negativo, lo que queda es lo positivo.
14 Lo perfecto, es un invento de las personas, y por eso es que buscamos la perfección, Pero la perfección no existe, cuando la generamos dentro de nosotros. Pues la perfección es lo que nos gusta o lo que no: un terremoto, una fiesta, una alegría, la pérdida de algo que estimábamos, el frío y el calor, la juventud y la vejez, la paz, la violencia y la guerra, todo tiene su perfección. Porque todo tiene una relación incomprensible para nosotros, que obedece a una casa y a un efecto, en juego que no tiene fin.
15. Gracias por la aportación, Mel.
Para que nos demos cuenta que no nos podemos fiar de nadie, creyendo que somos como angelitos. Cuando todos tenemos esa parte animal que, según los retos que tenemos en nuestras vidas -celos, envidia, agresividad, sentirse amargado, despreciado, maltratado-, según los retos que nos llegan, puede salir y manifestarse de manera que nos hace insensibles, indiferentes, indolentes, ante el sufrimiento y el dolor de los demás. Y de eso, nadie está a salvo, pues la vida es inmanejable, sorprendente, no se puede controlar. Lo han intentado las religiones, los políticos, etc., pero todos han fracasado.
Ahora nos toca a nosotros ver qué podemos hacer ante todo ello, la represión no funciona, el control tampoco, la huida es más de lo mismo. ¿Qué haremos pues, ante está crueldad y violencia que no tiene fin? Nadie nos lo puede decir, solamente hemos de ir y descubrir por sí mismo que es lo negativo y descartarlo. Pues, si alguien nos dice lo que hay que hacer, entonces nos condiciona de manera que perdemos la libertad. Y solamente una persona libre es incapaz de hacer algún daño.