Torni Segarra

Seleccionar página
1.       La esencia de la paciencia es no desear nada, y por tanto no esperar nada tampoco. Es el deseo, que es miedo, el que inventa todas las necesidades psicológicas, como el llegar a ser, el futuro, el devenir, lo que hizo que inventáramos la paciencia.
2.       La mente no se puede aquietar mediante alguna práctica, método, etc. La quietud de la mente, es el resultado de nuestros actos en la vida cotidiana. Si somos corruptos e inmorales, brutales y crueles, si generamos desorden, la mente se alterará. Pues todos sabemos cuándo los demás nos transmiten que algo en nosotros no funciona bien, apareciendo el miedo y el temor por las consecuencias de eso que hacemos y que creemos que es lo correcto.
3.       Feo, inmoral, corrupto, ante las necesidades básicas de las personas que no pueden satisfacerse para poder subsistir. Eso es una provocación, una incitación al odio, a la venganza, a la violencia de los que no tienen nada.
El que siembra vientos le llegan tempestades. Pero luego, como somos tan estúpidos, nos quejamos, lloramos, pedimos auxilio a la policía, al ejército, porque los demás que no tienen nada, no nos dejan vivir.
Para que haya ricos, han de haber pobres. Sin los pobres, a los que explotamos, no hay manera de ser ricos. Es mucho lo que nos jugamos con esas tonterías del despilfarro, del derroche, de los caprichos, tan caros, para satisfacer nuestra vanidad, exhibicionismo del poder y del dinero abundante.
4.       ¿No te parece que eso es mucho decir? Además, ¿quién dice que los ángeles existen o no? Una persona temerosa, con miedo, llena de deseos que no puede dominar, que no soporta la soledad, que necesita los chismes, las distracciones y entrenamientos, que necesita seducir a todas horas, ¿puede ser eso que dices: un ángel?
5.       ¡Cuánto ego desenfrenado! Y por eso es que tal vez, tantas personas, desafortunadas aún digan todavía: ‘Es que son mujeres’, cuando oyen o leen esas tonterías que dicen algunas mujeres.
6.       Los enemigos, son los que quieren hacernos algún daño. Ya sean los amigos o los enemigos.
7.       Podemos ir más allá de la tristeza, de la soledad, del dolor, etc., pero eso siempre estará ahí con nosotros. Es como el frío y el calor, podemos pasar de ellos, pero tanto el invierno, como el verano, seguirán ahí.
8.       Y por eso que no queremos aceptarlo, que hemos inventado todos los escapes y huidas, hemos construido esta sociedad tan monstruosa y desordenada, confusa y cruel.
9.       Es el juego de la seducción y la explotación de lo que tenemos. Por una parte queremos conseguir algo por lo que tenemos, pero a la vez lo ocultamos. Pero también lo usamos como una herramienta para conseguir nuestros deseos, necesidades, etc. Y todo eso, que son deseos, nos causa división y conflicto, lo que hace que no actuemos con naturalidad.
10.   ¡Cuánta desesperación y miedo! La falta de comprensión, el miedo que es la ignorancia, nos hace que hagamos cosas increíbles, indignas, miserables.
11.   ¡Cuánta chulería e ignorancia! Pues nadie sabe lo que puede o no puede suceder.
12.   Los problemas no se van a ir. Por eso, como bien dices, hay que ir más allá de ellos. Es como el paso de la edad, y todo lo que lleva consigo, que no se puede evitar, pero podemos ir más allá de todo eso.
13.   El miedo, es un invento nuestro. Por lo que hay que enfrentarse a él para descubrir su falsedad, o no hacerle ningún caso.
14.   No. La culpa es mía, tuya, de todos, por aceptar y tolerar que se nos condicione. Y no liberarnos de ese condicionamiento.
15.   Cuando llegamos siempre tarde, es por el desinterés y la falta de respeto que tenemos a la persona que nos está esperando. Si hubiera amor -no la ñoñería del deseo y el enamoramiento momentáneo-, la espera no existiría en nuestras vidas.
16.   En la inacción, hay acción total. Porque todo llega hasta el final, donde aparece lo que es, la realidad, nos guste o no.
17.   ¿Tú cómo lo sabes? ¿Quién puede saber lo que tiene otro dentro de su cabeza? Son los prejuicios que tenemos los que nos hacen ver lo que tal vez no sea esa realidad que nosotros vemos.
18.   Todo lo que hacemos las personas, ¿puede tener la belleza, que es lo sagrado, lo que está más allá de todo deseo, de miedo, de hacer y de huir?
19.   La belleza está en una nube, en un pájaro, en el viento, en una montaña, en un rostro cualquiera, en la luna que nos sorprende con su presencia, en el infinito azul del cielo, en una flor, en la matita que sale al borde de la carretera. Todo lo demás, lo que hacemos las personas, tiene una belleza convencional, lo que nosotros decimos que es bello, tiene belleza: un cuadro, una casa bien construida, un libro con una buena trama, unos vestidos caros, con sus accesorios, sus alhajas, etc. Pero todo eso está manipulado por la corrupción de las ganancias, de la vanidad, del exhibicionismo, por la persecución del placer.
20.   En realidad, parece ser que todo el problema es el miedo. Pues, al tener miedo a los demás, a lo que es la vida y sus sorpresas que pueden llegar que yo no domino, me hago peligroso, cruel, insensible e indiferente, asesino. Así que, es el miedo -que es ignorancia- al que hay que comprender para que no genere la religión, la política, los nacionalismos.
21.   Todo el problema es el miedo. Ya que nos hace peligrosos, crueles, asesinos. Si hay miedo -ignorancia-, habrá política, religión, violencia.
22.   Si el amor es como la guerra. Entonces la guerra solamente serían chispazos, discusiones, ponerse de acuerdo en los desacuerdos. No habría lo que hay ahora: millones de hombres armados preparados para entrar en combate, hacer la guerra.
23.   Una ilusión sostenida en el tiempo, nos da seguridad. Y es cuando al aferrarnos a esa ilusión, llega el peligro, porque vivimos de lo irreal, de lo imaginario. Por lo que vivimos aislados con nuestro invento, que por vergüenza, no podemos hablar de ello.
24.   La crueldad tiene su precio, tiene sus consecuencias, aunque la banalicemos. Igual que banalizan los hombres su crueldad a las mujeres.
25.   Eso es un poco exagerado, ¿no? Pues todos los seres humanos nos ofendemos unos a otros. Tú misma me has podido ofender a mí con tu publicación. Si todo lo que hacemos a los otros, nos quitara la dignidad de ser humano, todos seríamos bestias. O es que tal vez, sí que lo somos.
26.   Mentir a sabiendas es una falta de respeto, indiferencia, insensibilidad. Luego, los otros, nos pagan con la misma moneda. Aunque como somos tan superficiales y estúpidos nos quejamos.
27.   Adular no es bueno, ya que genera una especie de mafia de besuqueos y abrazos, donde tú me das y yo te doy.