Torni Segarra

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1. En el duermevela, hay una cierta participación en lo que está sucediendo, pero no cambian nada las cosas. Creo que lo importante es que la mente esté siempre limpia y libre de residuos que son del pasado, para así encarar los retos de una manera nueva, fresca y desacondicionada. Por tanto, no hay que alentar las actividades que contaminan la mente con  ideas, imágenes, experiencias mentales, etc. Pues, todo eso no tiene fin y podemos pasarnos el resto de nuestras vidas investigando qué quieren decir esas imágenes, esos susurros, esos detalles, etc., de lo que el pensamiento siempre nos trae.
 
2. Las palabras, lo que se describe, no es lo real ni lo descrito. Uno ha de ir más allá de las palabras, y su significado, y encararse con la realidad, que no es de nadie, lo que es, lo que está sucediendo realmente, nos guste o no.
 
3. El ‘yo’ no existe como tal, pero sí que existen sus efectos: el nacionalismo, las razas y los clanes, la tribu, las religiones todas enfrentadas unas con otras, la política, mi idea, tu idea, la del otro. Y todo eso, que es la acción del ‘yo’, nos divide y genera conflicto, violencia y guerra. Ese es el hecho de que el ‘yo’, que es una abstracción, etc., tiene sus efectos. También se podría decir que el ‘yo’, es nombrar al egoísmo de una manera moderna y simplificada.
 
4. Primero que nada, Jaime, el yo real no existe. Todo empieza por la conciencia, que es la que percibe. Y ahí, no hay nada más que percepción. Luego, esa percepción al desarrollarse a través de millones de años, surgió el darse cuenta de que algo que estaba sucediendo, ya había pasado. Por ejemplo, hasta que no nos dimos cuenta que nos podíamos morir, no había miedo a la muerte. Pero, cuando nos dimos cuenta que aquel, que es mi hermano o mi pareja se ha muerto, entonces es cuando dijimos y comprendimos que ‘yo’ también me puedo morir, y efectivamente me moriré. Y desde ahí, es donde nace el ‘yo’, que es la ilusión de que somos diferentes psicológicamente. Y ese ‘yo’ dio paso al ‘tú’, al ‘nosotros’ y al ‘ellos’.
Por tanto, el origen del ‘yo’ es el miedo: al otro, a perder algo que poseo, a enfermarme, a morir. O sea, que la percepción de los cambios que se suceden, dio origen al miedo. Porque, ya sabíamos que eso que éramos y lo que teníamos, era nuestro. Los animales, aunque también tienen percepción, es muy básica y primaria, pero no se dan cuenta que ellos van a morir de viejos, o que dentro de unos días se los llevaran para matarlos y comérselos, ya sean otros animales o algún humano. Y a partir de darnos cuenta de todo eso que nos puede suceder, que muramos, que nos quiten lo que tenemos, que enfermemos, que seamos atacados por otros, etc., es cuando empezamos a organizarnos en clanes familiares, en tribu, en nacionalismos, en religiones, en política, etc., que es todo lo que estamos haciendo para vivir.
Por eso, para que exista el amor, hay que comprender el miedo. Y si comprendemos el miedo, también comprendemos el pensamiento, y su invento que es el ‘yo’. Y es entonces, cuando somos libres, no dependientes, del pensamiento psicológico, es decir, sin nacionalismo ni ninguna idea o teoría de la clase que sea -económica, política, religiosa, filosófica-. Siendo así, es como somos nuevos no condicionados, ágiles y frescos, sin ninguna atadura al pasado ni al futuro ni al presente.
 
5. Cuando uno se enfrenta al hecho de que haga lo que haga, sea rico, poderoso, agraciado, joven, así como sea pobre, viejo, sin ningún poder ni prestigio social, feo, no va a poder encontrar la seguridad, es cuando uno deja de trabajar para sentirse seguro. Entonces, todo cambia, el ‘yo’ no tiene ningún valor ni importancia. Uno siente que ser europeo o americano, africano o asiático, carece de valor alguno, siente que toda idea o teoría, política, religiosa, de la clase que sea, no sirve para sentirse seguro, sino para dejarlo más inseguro.
Entonces, llega la tranquilidad de no estar identificado en nada. Solamente se atiene al reto que le llega, que le lanza la vida.
 
6. Una persona iba por el bosque y oyó a un tigre que gritaba de dolor. Y esa persona se dio cuenta que el grito era a la vez débil y resignado. Así que la persona fue hacia el lugar de donde provenían los quejidos de dolor. Al acercarse vio que en un hoyo había un tigre que había caído, que llevaría allí varios días sin comer ni beber. Entonces, sintió una gran compasión por él, pensando cómo podría ayudarle a salir de allí. Así que decidió cortar un gran poste para meterlo en el hoyo y que el tigre pudiera salir.
Pero, cuando ya iba a ponerle el madero en el gran agujero, pensó: si le pongo este tronco de árbol cuando salga el tigre al estar tan hambriento tendrá tantas ganas de comer que podría comerme. ¿Qué haríamos en tal caso, en tal situación, si nos viéramos en esa circunstancia, Olivia?
 
7. Todo lo que genera desorden, va contra el orden que genera producción, beneficios económicos, etc. De ahí que las drogas ilegales, vayan en detrimento de los beneficios económicos. Pues las personas que se drogan, son más anárquicas, generan más desorden, ya que al consumir las drogas no tienen miedo si no obedecen, ni cumplen lo previsto para que el trabajo que realizan sea eficiente y rentable económicamente.
Hace unos años algunos que consumían cocaína, cuando trabajaban, al ser tan eficientes, rápidos y despiertos, se les toleraba que trabajaran aún sabiendo que eran cocainómanos. Pero, con el tiempo la degradación -deterioro mental y del comportamiento social, etc.- acababa con lo que tenían de conveniente. Y, o se dejaba de drogar o lo despedían.
 
8. Para Laurent Garnier. dj.
 He leído tu entrevista en el diario La Vanguardia de Barcelona de ayer. Gracias por las informaciones y comentarios.
He entrado en tu página web y si me permites te pregunto, ¿por qué todo tan oscuro, tan difícil de leer? ¿Es que os habéis acostumbrado a vivir en la oscuridad de las discotecas y las salas de fiesta, por las noches? Eso no es sano, ni para el cuerpo ni para la mente, ni para la vida.
 
9. Esa libertad, es solamente la conciencia y la percepción actuando. No nos calentemos la cabeza, queriendo saber de dónde viene o no viene, pues no lo podemos saber. Y tampoco explicar, porque sería tanto como describir el infinito, explicar dónde están sus confines, bordes, fronteras, sus límites, cuando al ser infinito no tiene ni medida ni fin ni tampoco principio. Es decir, está más allá de nuestro entendimiento.
 
10. Wise. Si estamos desacondicionados, ¿qué importa lo que leamos o veamos en los muros, periódicos, etc.? Eso que vemos lo llevaremos enseguida de manera que veamos el desorden que hay en ello, lo informaremos y lo descartaremos.
 Eso mismo pasa con el escribir o hablar, pueden empezar diciendo tonterías y superficialidades, pero si estamos despiertos lo llevaremos a la seriedad, a lo que es realmente interesante: ver nuestro condicionamiento, sus respuestas e informar de todo ello.