Todos los caminos que escojamos, llevan sus dolores en ellos. Así que no hace falta buscar uno en concreto, porque básicamente va a ser igual que los otros.
La única manera efectiva para educar a los hijos, es el ejemplo de sus padres. Todo lo que hagan ellos, su hijos lo van a absorber de una manera automática. Al contrario, las palabras, las normas, los consejos, embotan la relacionan de manera que aparece la autoridad divisiva con sus conflictos.
El punto está en no pelear con la parte de la mente que quiere algo, pues ahí empieza la división, el conflicto y la guerra. Hemos de mirar esa parte de la mente qué es lo que quiere, ver todo su proceso por el que se ha agarrado a algo y no lo quiere soltar. Y entonces, nos daremos cuentea que es el miedo y la ignorancia, lo que lo genera. Por tanto, es el miedo al que hay que comprender, es decir, ver de qué manera opera el pensamiento, que es el que lo engendra.
Los sueños son cosacas infantiles, de novelas y poesía, un deseo capr4ichoso. El único sueño real, es lo que somos ahora, todo lo demás es una proyección en el futuro que nos divide del ahora. Y va engendrar toda clase de problemas con la realidad de lo que somos. Por eso, atender a lo que somos, sin huir de ello ni pretender cambiarlo, es lo que va a generar el cambio en nosotros.
Es un error el darle tanta importancia al pasado, a lo que ya hemos vivido y no existe. Porque eso, es un impedimento que interfiere con el presente, el ahora.
Sin una verdadera libertad, la relación se convierte en una cárcel, llena de conflictos, de celos, de envidias, de odio y de sumisión, con tal de no perder la seguridad del placer que nos proporciona. Y es así como vivimos: divididos y en conflicto.
La realidad de la vida, es tener que hacer las cosas adecuadamente. Si no lo hacemos, van a venir los problemas y los lloros. ¿Qué es la realidad de la vida? Miremos cómo funciona la naturaleza, miremos cómo funcionan las personas, miremos como funcionamos nosotros. Y descubriremos que todos somos iguales en lo básico psicológicamente. Por eso, todo el problema soy yo y lo que hago con mi vida, mi manera de vivir.
Esa luz del alma no es más que una energía, que puede ser más confusa y desordenada o menos. Es decir, esa energía es la vida que cada cual tenemos que gestionar, vivir.
Sin amor, la vida se convierte en una espantosa guerra. Y en la guerra todas las brutalidades y crueldades son la manera de vivir. No hay ley, más que el propio freno, si es que se ve.
Estar solo es cuando realmente estamos relacionados con todos los demás. La soledad es negativa, cuando nos aísla, vivimos con miedo y temor a las personas, a los retos. Estar solo quiere decir, que uno es libre para actuar en cualquier dirección.
Cuando vemos realmente la realidad, ¿puede haber opción a la hora de hacer o no hacer? Si vemos que algo que tocamos nos quema la mano, ¿verdad que hay una acción inmediata? Ahora la cuestión es: ¿Por qué no tenemos esa intensidad en la vida, esa pasión por todo lo que hacemos? Si tenemos esa pasión entonces todo lo que hacemos es importante, trascendente, digno de ser hecho, ya sea que lo hagamos o lo rechacemos y descartemos.
Si ponemos toda nuestra energía en lo que hacemos, algo increíble va a pasar; que no habrá división entre ti y entre lo que hacemos, observemos, todo será unión amor. Ese amor, que es orden generará más orden, su orden.
Si somos para la vida, desde el punto más bajo y débil, vamos a salir y volver a tener todo el esplendor.
Creo que le falta haber dicho: y al final de todo, sé inteligente y comprende, y tenderás paciencia.
Ahora sí, aquello de sé tú mis mismo. Ahora hay que serlo para asumir lo que el destino nos depare, sin miedo ni esconderlo. Si hay miedo lo feo se ve como feo. Si no hay miedo, lo feo no se ve como feo, tiene otra dimensión y trascendencia, se está más allá de lo feo o no.
La vida es algo tan grandioso y extraordinario, desconcertante y sorprendente, que no se puede comprender. Porque nosotros somos la parte de un todo. Y la parte no puede contener ni ser, ni abrazar al todo.
Un pájaro, como los animales, no piensan en la muerte, solamente la percibe. Nosotros pensamos en la muerte y también la podemos percibir, y eso lo cambia todo: la llegada del miedo, que nos hace actuar para huir de ella. Y en el ámbito psicológico, tampoco queremos esa muerte que acabe con algo que nos genera y produce placer, y por eso, nos agarramos y esclavizamos a eso que nos da ese placer, ya sea el trabajo, al dinero, al sexo, una relación.
Si uno se ama, si vive sin división ni conflicto interno, los demás nada más pueden que amarle. Aun odiándolo le aman. Porque el odio son celos del que no tiene lo que otro sí que tiene. Porque, odio y amor viven juntos, sólo los separa una millonésima de segundo, eso es lo que cambia el pensamiento de odiar a amar. Y eso es sin tiempo. Porque se realiza en el ahora.
El pasado, tal vez, se pueda borrar y olvidar. Pero, el futuro no lo podemos pintar ni imaginar ni inventar. Y si lo pintamos e inventamos, llegará el desastre del conflicto entre lo que queremos y lo que es, la realidad.