Torni Segarra

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1. Eso depende de cómo sea la mujer. Si es feminista, la caballerosidad, la cortesía masculina hacia la mujer, lo encuentra ñoña, desagradable ofensiva. Porque, está tratando a la mujer simplemente como una mujer que siempre el hombre -el macho- la tiene que ayudar y proteger. Cuando ellas quieren el respeto. la paridad, la igualdad, en todos los ámbitos de la vida.
Eso es la diferencia que hay entre las feministas de las mujeres convencionales, que solamente se dedican a explotar y seducir con su cuerpo para conseguir a un hombre -un macho-, por lo que han de consentir y pervertir su dignidad como seres humanos que son. Dedicando toda su energía, su tiempo a la conquista del macho para que les de placer, la seguridad que ellas necesitan solamente como mujeres convencionales, dependientes de es macho todo poderoso para ellas.
El problema surge, cuando esas actitudes adquieren un carácter integrista y fanático, porque colisionan y entran en conflicto, en guerra con los hombres, ay sean los que se autodenominan los machos o no.
 
2. El problema está en que para hacer eso de que uno no tenga que transformar el mundo que nos rodea, ha de ser como un animal, que está más allá del bien y del mal. Y para estar más allá del bien y del mal, no tiene que conocer lo que es el daño a sí mismo ni el de los demás.
¿Tiene sentido el que si uno es consciente de que algo que va a hacer, va a causar daño a él y a los otros, no sienta alguna conmoción, ya sea grande o pequeña, dentro de él? Si uno no la siente, los que la sufren van a ir por él y destrozarlo si pueden. Esa es la ley de la vida. La podemos suavizar, endulzar, pero esa ley, desde el momento en que nos hacemos conscientes de nuestro sufrimiento y el de los demás, ha estado ahí hasta ahora.
 
3. Puede que la anorexia y la bulimia, sean una especie de locura moderna. Locura como la tenían los que antes iban por las calles, porque no había centros psiquiátricos para atenderlos.
Y por eso, es que tiene tan graves resultados. Porque no se trata como un caprichito de algunas niñas o jóvenes tontas, que están obsesionadas en gustar a los hombres. Ellas son el resultado del bienestar económico y de abundancia. Porque hace cien años, cuando todavía la mayoría vivía y comía con dificultades, donde comer carne era un lujo de los ricos, etc., esas enfermedades de no querer comer o hacerlo en exceso, no las había. Hubiera sido impensable que alguien dejara de comer para adelgazar, pues la mayoría estaban delgados, flacos. Y no estarlo era señal de riqueza y estatus.
Por eso, además de la atención física del cuerpo para que se reestablezca para poder funcionar adecuadamente, tiene que haber una atención psicológica, espiritual, para que se genere un cambio radical en las personas que padecen estás alteraciones somáticas y mentales.
 
4. Para aclarar eso de la ilusión habría que hacer la prueba siguiente: uno se corta un dedo. Pero dice que es una ilusión. Sale a la calle y el primero que le ve, le dice que le sale la sangre del dedo, ya que lo lleva cortado a punto de caerle al suelo. Pero él sigue diciendo que todo es una ilusión. Lo ve un policía y le dice que le sale sangre del dedo y lo lleva colgando. Pero él sigue diciendo que es una ilusión. El policía lo lleva al hospital donde le acaban de cortar el dedo. Pero él sigue diciendo que todo es una ilusión.
Pero resulta que la ilusión es lo que él dice y hace. Eso es parecido a lo que hicieron los nazis con los millones de muertos en las cámaras de gas. No se daban cuenta de la barbaridad de lo que estaban haciendo. Así que hay que estar completamente atentos a todo lo que hacemos, a todo lo que nos sucede. Y atenerse a la realidad. Sin inventar otra realidad, que me gusta e interesa más.
 
5. Si planificamos, el desorden va a estar en nosotros. La nada es para todo.
 
6. ¿Hay alguien que sea puro? ¿Eso puede ser si todos -todas las mentes- formamos parte de la misma mente global, universal? Hasta que todos no cambiemos del paradigma del ‘yo’ y el ‘tú’, del ‘nosotros’ y el ‘ellos’, nadie será puro.
Se hizo un experimento con un grupo de ratas que las pusieron encerradas en un laberinto donde debían encontrar la comida escondida. Otro grupo en la otra parte del mundo también tenían el mismo problema para encontrar la comida en su laberinto donde estaban encerradas. Sucedió que cuando un grupo encontró la comida, el otro también la encontró.
 
7. Cuándo decimos que alguien siempre tiene la razón, ya sea la mamá o el papá, la pareja, la amiga, ¿por qué lo decimos: por miedo a perder algo que nos beneficia, por esclavitud a esa persona, por pereza e indiferencia, porque queremos vivir como un animal, comiendo, durmiendo, etc.?
 
8. Lo que está hecho, ya no tiene vuelta atrás. Ahora si molesta lo que se ha hecho, hay que descartar radicalmente eso que ya ha pasado. La vida, la real, no la que yo quiero, es siempre del presente, del ahora. Y en el ahora, no hay ningún problema, porque el pasado no puede operar.
 
9. Si nos conociéramos verdaderamente cómo somos, cómo actuamos, nos daríamos cuenta que todos somos básicamente iguales en lo psicológico. Y no habría necesidad de juzgar a nadie, porque lo comprenderíamos, y lo amaríamos.
 
10. Para Terry Hartig, profesor del Instituto de la Vivienda y Desarrollo Urbano, investigador de psicología ambiental. Universidad de Uppsala.
He leído tu entrevista en el diario…, del 14-11-2013. Gracias.
No solamente las plantas y los árboles, disminuyen el estrés y nos acercan a la naturaleza y su placidez. También el dar de comer a los pequeños pájaros, nos devuelven esa energía pura que no tiene esa ansiedad y el estrés de las grandes ciudades.
 
11. Los que tienen el dinero, los que lo buscan, matan al que se antepone a ello. En las fiebres del oro se mataban por todo lo que llevaba al oro. Pues esta fiebre los enloquecía aún más de lo que siempre estamos cuando se trata de buscar la seguridad.