Cuando decimos: ‘Cuando algo no es, no será’. Eso no es un hecho, porque estamos pretendiendo adivinar el futuro. Y psicológicamente no hay manera de empaquetar la realidad. Pues la realidad es cambiante, se mueve de manera que no la podemos seguir. Por tanto, hemos de movernos con esa realidad, muriendo a cada momento a todo lo que está sucediendo, pues al instante siguiente se convierte en pasado.
Cualquier camino que elijamos, y cambiemos, creyendo que no tendremos problemas, eso es una ilusión. Pues las personas no tenemos un lugar, una actitud ni manera, para poder descansar sin esperar ningún problema. La vida en sí es todo un problema, pero lo podemos convertir en soportable, cuando entendemos que no puede ser de otra manera y ya no huimos ni queremos cambiarla. Es entonces, al no haber división entre lo que es la vida y lo que yo quiero, llega el orden, la inteligencia, el amor.
Las almas, ¿no son nuestro pensamiento, nuestra manera de ser? Pues entonces hay que comprender nuestros pensamientos, ver cómo funciona y de esa manera comprendernos y comprender también a todos los demás.
Si hay amor, todo sobra, nada falta. Cuando no hay amor, todo son escusas, justificaciones y palabras con su charlatanería.
El que sabe, el sabio, es en relación al que es superficial y vulgar. El sabio es porque los que lo no lo son, le hacen, le dan importancia y valor. Es como los analfabetos, que le dan mucha importancia a los que saben leer, cuando en realidad nosotros lo vemos algo tan natural, normal y sencillo.
El aprender está en la relación con los demás, que hacen de espejo que nos reproduce tal y como somos. Pues ahí no hay nada que se pueda esconder. No es que nos juzgan, sino que es la descripción de lo que realmente somos.
Si no es que somos una pared en blanco, insensibles, ¿podemos ser indiferentes a lo que sucede, nos llega de los demás?
Todo al final nos lleva al caos, pero hemos de comprenderlo e ir más allá de él.
La belleza está en ver cada cosa que sucede, los truenos de las tormentas, la lluvia y su humedad, como algo extraordinario, preciso para que la vida pueda seguir siendo como es.
Los sueños, las metas, lo que queremos conseguir, son un obstáculo para la libertad. Pues, el deseo que nos desencadena, nos hace brutales y crueles por querer conseguirlo.
¿No nos damos cuenta que ese monedero parece una piedra incómoda en la mano y por tanto parece una pose, una impostura?
Los dioses y sus bonitas palabras, son nuestros propios inventos. Pues ellos al ser nuestra invención no hablan, ni dicen lo que en realidad nosotros queremos y necesitamos. Pero como eso no puede ser –pues la vida es dolor, problemas-, es porque los hemos inventado para así sentirnos consolados, aliviados, aunque sea vivir en la ilusión.
Al final de todo dilema, llegará el hecho de lo que ese dilema ha provocado. Entonces, el dilema llega a su fin y el orden se impone.
En el acto sexual, existe la unión espiritual, psicológica, corporal, la unión total, y ahí –si eso es así- no hay ningún problema. Los problemas, vienen cuando el acto sexual ha terminado.
Las amigas, los amigos, los parientes, las parejas, los compañeros, etc., no son de fiar, pues son como tú, como lo somos todos.
Las culpas no son de los dioses, las culpas son nuestras. Hemos inventado a dios para culparle de todo lo malo y todo lo bueno, según nos convenga. Cada uno es el responsable de beber o no beber y comer más de la cuenta, de participar en las guerras, siendo crueles asesinos.
Es verdad, que a veces no podemos hacer nada y somos arrastrados por lo que hemos convertido en una necesidad, pero eso no es cosa de un solo dios. Porque los dioses todos son invenciones nuestras, y por tanto, imperfectos. Impotentes, crueles, insensibles e indiferentes.
Si nos identificamos con algo, ya sea la familia, el país, la religión, la cultura de donde hemos nacido, no seremos libres, pues estaremos condicionados por esa identificación. Es el miedo a la libertad, lo que nos hace que seamos dependientes.
Incluso lo que es más que un club -el Barça- ha caído en la miseria del dinero -de la bolsa- haciendo propaganda de las dictaduras inmorales y corruptas.
Y lo más grave es que los socios -del Barça- no lo cuestionan, ni protestan ni lo descartan. Lo que quiere decir que todos -la junta directiva y la masa social-, son igual, lo mismo.
La vida es lo sagrado. Y lo sagrado es lo nuevo, lo que nunca se ha visto.
La belleza es tener la serenidad ante los hechos irrevocables, como la tienen los jilgueros que han sido enjaulados, por la insensibilidad, la ignorancia y la impotencia de las personas para dejar de serlo.