Torni Segarra

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Todos son tan viejos psicológica y mentalmente, que no pueden salir del bosque de mentiras y falsedades en que han vivido y viven.
 
Si no hay libertad total, absoluta, nada sirve si es que se quiere indagar, inquirir, investigar. Libertad, quiere decir que uno puede desnudar a otro, pero ese otro también lo puede desnudar al que lo ha desnudado psicológicamente. De lo contrario, ya estamos con la dictadura de: ‘Yo sí que puedo, pero tú no puedes y no te dejaré’. Lo que quiere decir que son guerreros violentos, conscientes o no, dispuestos a imponer sus creencias, divisivas y conflictivas, que originan todas las miserias humanas.
 
¿El me gustaría tiene algún valor? Yo quiero ser sensible e inteligente, quiero ser atractivo, quiero tener un buen empleo, quiero ser libre, etc., pero eso no es la realidad, ¿verdad? Así que la realidad es lo más importante. Porque mientras decimos me gustaría, quiere decir que no entendemos la realidad y vamos sembrando y viviendo en el desorden, en la ilusión. Es como querer ir hacia el norte, pero digiriéndonos hacia el sur.
 
Cambian los tiempos, pero no las estupideces de gastarse un dineral en un vestido para una sola vez. ¿Cómo se van a resolver los problemas viviendo en esa locura del despilfarro y el derroche por capricho, vanidad, exhibicionismo? ¿Tan poca cosa somos que necesitamos decorarnos y vestirnos de esa manera tan estrafalaria e inmoral?
 
La vida no sabemos cómo va a derrotar, no sabemos lo qué va a suceder, pues de la misma manera que nosotros tenemos nuestras necesidades e intereses, los otros también los tienen. Por eso hemos de dejar la puerta abierta para que la libertad esté ahí. Libertad que puede ser molesta para unos. Pero esa libertad es el orden, el amor.
 
Todos sin excepción, somos seres extraordinarios, a las cuales hay que amar y respetar.
 
¿Cómo puede ser que cuánto más dormimos, más calorías quemamos, si durmiendo hay reposo total, sin actividad física, etc.?
 
La ilusión puede inventar y decir toda clase de tonterías. ¿Quién es inmune al tiempo? ¿Quién no se hace viejo, feo, gordo, con relación a cuando era joven? La ilusión es peligrosa porque nos hace estúpidos, viendo lo que no hay, inventando lo que queremos ver.
 
Una madre hace cualquier cosa con sus hijos, pero desafortunadamente también, hasta matarlos. Todo lo que decimos se convierte en una tontería si lo presentamos como un dogma inamovible. Pues la realidad lo desmiente, ya que algunas madres matan a sus hijos de diferentes formas y maneras.
 
Sea lo que sea, si uno no está libre de eso que considera lo mejor, va a generar malas consecuencias. La familia, como todo tiene su lugar, su utilidad, pero como las medicinas no podemos ser adictos a ella.  
 
Cuando decimos que alguien es de una manera particular, eso nos es del todo cierto. Pues todos tenemos de todo a la vez, unos lo pueden tener a un nivel más bajo o más elevado.
 
La mejor terapia de pareja es darse cuenta que lo más dañino que hay es la división, que va a acabar con la relación. ¿Puede haber comunicación, relación, si los dos no miran en la misma dirección? Por lo que si no hay esa relación imprescindible, y no llega a pesar del paso del tiempo, se descarta.
 
Pero aunque tordo salga mal, si hay respeto, cariño, gamas de vivir, todos los problemas desaparecen, se van. Todo nace y se desarrolla dentro de nosotros, si no estuviéramos condicionados por lo que nos han dicho, por lo que hemos leído, no tendríamos problemas.
 
Todo lo que digamos  asertivamente, no es lo real. Pues la realidad, está más allá de las palabras.
 
Pero el problema de la delgadez de las mujeres, a pesar de todos aspectos que la conforman, es el problema de la mujer. Y de su instinto de agradar, seducir. Digamos que la delgadez, es una hiperacción de la actitud para agradar, de amoldarse, de entregarse en exceso a ese deseo para que la deseen.
 
Todos los sitios son buenos para meditar, siempre que uno pueda hacerlo. Pues meditar no es controlar la mente, sino ver a cada instante lo que está sucediendo en ella, participando de ello, sin huir ni reprimirlo, sin tocarlo.
 
Dios –los dioses- no pueden pensar nada de nosotros, porque ellos están más allá de todo lo  terrenal y mundano. Así que tú eres el que ha inventado tu dios –los dioses- en el que crees, toda una ilusión.
 
Haga lo que haga una persona, nunca es de nadie. Creer que alguien tiene la propiedad de una persona, por las razonas que sean, es una ilusión, un delirio. Todo un peligro para el que posee, y la persona poseída.
 
La mente llegada un momento, cuando se pone anárquica, caprichosa, uno lo tiene que descartar.