1. Toda pérdida de algo que estimamos o queremos, nos entristece y duele. Pero la vida es como es y no lo podemos alterar a nuestro gusto y deseo. Por lo que benditas las pérdidas si nos llegan. Eso quiere decir que algo nuevo va a llegar con esa pérdida.
2. La vida, y el amor que la acompaña, nos ha hecho y hace llorar. Pero mientras estemos vivos eso va a seguir. No hay escape posible, como tampoco lo hay para gozar de la belleza que hay por doquier.
3. Eso es verdad, Enghel. Porque el hombre sigue siendo un depredador implacable. Lo que pretendo decir, es que haciendo una purga o una revolución con matanzas, eso no se va a arreglar. Porque a todos no se les puede ni van a matar, siempre quedarán los amigos, los parientes, los conocidos de esos que han sido muertos. Y se van a querer vengar, van a hurgar sin parar para socavar y derrocar a esos que han implantado un nuevo orden. Y es por eso que esas soluciones generan otros problemas que no tienen fin. ¿Puede haber una solución definitiva que acabe con esa dinámica de acción y reacción, de venganza tras venganza sin fin?
Solamente lo estoy exponiendo, luego que cada cual haga según lo vea y según sus necesidades.
4. Todos los problemas que nos causamos siempre son de dos, de lo contrario no habría ningún problema. Por tanto darle la culpa de todo al otro, es no comprender lo que es un problema de relación, y por tanto, darle cuerda a ese problema para que prosiga.
Pero si asumimos nuestra parte de responsabilidad, entonces todo el problema queda resuelto, porque nos desmontamos la estrategia de que ‘yo soy el bueno y tú eres el malo.’ Y ahí no puede haber empatía, ni compasión ni amor. Y sólo con amor es como se resuelven los problemas.
5. Tengamos la actitud que más nos apetece, según nuestro condicionamiento, la responsabilidad de lo que nos sucede siempre es compartida con los otros. Es una tontería creer que uno tiene un lugar preeminente, libre de culpa y responsabilidad.
6. Todo tiene su sentido, su causalidad, pero todo eso no lo podemos convertir en una verdad incuestionable. Pues, en la vida, siempre hay algo inexplicable, inmanejable, misterioso, que se nos escapa de nuestro control.
7. Creo que el desequilibrio en el ámbito físico, material, sí que existe: entre los extremos de la temperatura, entre la escasez de agua o la abundancia excesiva. Pero en el ámbito psicológico, no es posible. Porque el concepto del equilibrio significa una ley, un patrón, una norma, algo establecido. Y en la libertad psicológica, que es amor, no hay ni ley ni mesura ni norma, ni nada, solamente la acción respondiendo al reto.
8. Así de patéticos podemos ser las personas. Sobre todo cuando mandamos. Que podemos hacer las cosas más ridículas con tal de seguir mandando, es decir, imponiendo nuestro orden, que choca con el orden de los otros que no piensan como nosotros.
Por eso mandar es de las cosas más difíciles y peligrosas, pues no es posible contentar y estar de acuerdo con todos.
9. Un hecho es un hecho, que no se puede cambiar. Cuando yo vendía mis libros, quería venderlos también a los pobres. Pero ellos no lo querían leer. Regalaba algunos, pero dudo que los leyeran, pues casi no sabían leer ni interpretar lo que leían. Pero ellos me apreciaban, me querían. Y eso mismo pasa con JK, que pocos entienden su enseñanza, pero era agradable, educado, simpático, compasivo, estuvo siempre de moda. Y con eso ya se conformaban, ya se conforman en la actualidad.
10. Todo empieza con uno, dentro de uno. Y, por la fuerza de los hechos, eso que es interno se ha de manifestar en lo externo. Lo demás, de lo externo a lo interno, es girar sin fin el círculo del sinsentido, del absurdo.
11. Eso es una alucinación. Propia de personas obsesionadas -enamoradas- por otra persona. Y el mismo miedo de haberla perdido para siempre -al ver fallecido- nos trastorna de manera que nos hace decir toda clase de tonterías.
12. La gran tragedia de la vida no es morir, es agarrarse a la mundanalidad, a todo lo que nos esclaviza: propiedades, costumbres, familia, amigos, toda clase de personas, ideas y teorías. ¿Podemos vivir con todo eso y a la vez estar libre de todo ello, sin que nos condicione ni nos arrastre a la deriva haciéndonos corruptos e inmorales?
13. Aunque cambien las maneras, la manera de vestirse, las herramientas con que se trabaja, la servidumbre, la humillación por la explotación, por la falta de respeto, por la existencia de castas y clases, sigue estando ahí.
¿Puede todo eso cambiar ahora, no a la tarde, mañana u otro día, dentro de un mes o unos años? Eso solamente tiene la respuesta cada cual.
14. Somos demasiado para nosotros, pero eso no nos va a librar de lo que somos. Hemos de apechugar con eso que somos.
15. Existir es estar relacionado. Pues todo lo que vemos o no, nos condiciona, así como nosotros también condicionamos a los demás.
Ahora bien, podemos ser conscientes o no de esa relación que alguien empieza con nosotros. O también nosotros podemos tener una relación con alguien sin que haya la posibilidad de hablar, ya sea con un vecino, un compañero de trabajo, alguien que usa a diario el metro o el avión y coincide con nosotros.
16. En tanta pobreza que ha habido y hay, ¿cómo se atrevieron para poder gastarse tanto dinero y energía en instalar una estatua, en todo lo alto de un pico de montaña, tan grande como un edificio de cincuenta o más pisos?