Innovar es crear algo nuevo. Y para que llegue lo nuevo hemos de morir a la viejo y repetitivo. Es decir, morir al ego, al ‘yo’, que es divisivo. ¿Puede llegar lo nuevo, sin el amor –que es la ausencia de división-?
Gracias, Gouravira, por tu aportación. Todos los presidentes tienen sus líos y complicaciones, éste también tiene los suyos. Complicándolo todo más, el que ese país sea un imperio moderno, que domina, de una manera o de otra, el mundo.
Gracias, Maru. Desafortunadamente, mi conocimiento de inglés no tiene el nivel ni para escribirlo ni traducir textos, por lo que las traducciones son de Bing Translator, o de Google Translate. Sé que no son buenas traducciones, por eso lo siento.
Soledad. Queremos lo que no podemos. Queremos pedir y exigir a los otros, lo que nosotros no podemos ofrecer. Y eso quiere decir que no nos conocemos, y por eso, tampoco conocemos a los demás. Ya que ellos son como nosotros, tienen las mismas necesidades básicas de afecto, de respeto, de seguridad, de fidelidad.
Los retos y las respuestas, siempre son ahora. No luego, mañana u otro día. El reto está ardiendo y necesita una respuesta a ese fuego. Y sólo una pasión por la vida toda, es lo que es capaz de responder con orden a los retos de nuestra existencia.
Aunque creamos en el amor, en los dioses, no está todo solucionado. Pues hemos de vivir la vida, que siempre es más de lo mismo: la angustia, los momentos felices, el dolor. Y el amor es vivir con todo eso, comprenderlo, para que no nos amarguemos, o nos volvamos neuróticos.
Rositas. No pidas a los dioses que tengas paz, pues eso no sirve de nada. Solamente tú, has de ver esa necesidad de paz como el aire que respiras, como el agua, como la comida. Pues lo que tú seas dentro, ha de salir afuera. Sin comprensión de lo que somos en realidad –no lo que quiero ser-, no puede haber paz.
¿Es el corazón –no el físico- algo real? ¿O es una expresión poética, un recurso de la imaginación? Cuando decimos que nuestro corazón está donde están nuestros hijos, eso ¿qué quiere decir, que tenemos miedo de perder algo que le damos mucho valor, que no queremos que les ocurran nada para no tener más problemas, o es amor puro? Si fuera amor puro estaríamos libres, sin estar apegados ni aferrados a nadie. Y por eso que no somos libres, que inventamos al corazón, a los dioses, al espíritu, el alma, que decimos que habita en nosotros. Cuando todo son recuerdos que el pensamiento manosea y remanosa, inventos, para poder sentirnos libres del miedo que tenemos a la vida y sus maneras, cómo actúa.
Mónica. Si para hacernos amar decimos, al que queremos que nos ame, ¡Qué feliz soy!, pero no lo somos, entonces eso no es amor. Es una estrategia, es corrupción, alterar la realidad, es mercantilismo para sacar un beneficio: intentar conseguir atrapar a una persona.
Fátima. Lo importante no son las palabras ni las miradas para comunicarnos, lo importante son los hechos. Podemos decir que amamos a una persona, pero eso ser porque tenemos miedo de la soledad, de estar solos, de querer olvidarnos de nuestra vida absurda, sin sentido.
El que alguien nos haga reír, no quiere decir que los problemas han desaparecido, Pues nadie nos puede solucionar los problemas. Sólo nosotros, cada cual, ha de ver y comprender esto que nos pasa en la vida, de qué se trata toda esta grandiosidad de problemas y sus posibles soluciones o no. Y para eso, hemos de ver quiénes somos, cómo actuamos, cómo funcionamos, y veremos que nosotros operamos impelidos porque estamos condicionados por el cuerpo, por el pensamiento que es nuestro pasado.
Así que, el reír o el llorar es cosa nuestra, no depende de los demás, de una persona que la hacemos especial, única. Si lo ves, Nayeli, entonces eres libre de los demás para ser tu misma, tal cual eres: un ser humano igual que todos.
Gelitzie. Todos somos lo mismo en las posibilidades, podemos ser apacibles, pero al instante siguiente convertirnos en fieras capaces de destruirlo todo. No existe la ‘cara bonita’, lo ‘angelical y bondadoso’, solamente existe la mezcla de lo que realmente somos: personas que todavía llevan consigo el condicionamiento de nuestro pasado animal.
Liliana. Si nos aceptamos tal cual somos, eso puede que no sea del todo correcto. Pues los ladrones corruptos de cuello blanco, y los otros, pueden decir lo mismo: ‘Me acepto tal cual soy’
La aceptación tal cual somos, quiere decir que habiendo visto mi esencia corrupta, divisiva, me acepto –sin huir- para poder verla en su totalidad, para comprenderla. Y cuando comprendemos algo completamente, es cuando podemos ir más allá de eso tan feo que somos: corruptos, divisivos, ladrones, violentos y crueles.
¿Creemos que rogando a los dioses nuestros problemas se van a solucionar, a desaparecer? Parece ser que no lo vamos a conseguir, pues todas las rogativas y suplicas que hemos hecho a lo largo de varios centenares de miles de años, no ha surgido ningún efecto. Seguimos como siempre, temerosos, con miedo, ya sea al pasado, al presente, al futuro. Además, si esos dioses son, como se dice, todo amor, todo sabiduría y poder, de manera que ni una hoja de un árbol no se mueve sin su voluntad, ¿por qué es que nos tienen en este valle de lágrimas, empantanados?
¿Nos damos cuenta, Liliana, dónde estamos? Estamos, como siempre, en la ilusión, en los inventos, en las huidas por tener miedo a esta cosa tan grande y maravillosa que es la vida, tal cual es. Si lo vemos y comprendemos, como el hecho que es, se acaban las rogativas y los inventos de los dioses, pues ellos son impotentes, no tienen nada que hacer, porque no pueden, porque son fruto de nuestra imaginación.
Wendy. Si nos comprendiéramos tal cual somos, sin inventar nada para huir de ello, dejaríamos de hacer toda clase de tonterías. ¿Por qué ese afán de huir de lo que realmente somos? ¿Es por aburrimiento, por un complejo de inferioridad, por miedo al vernos lo que somos?
Lo más importante es lo que soy, no lo que me gustaría ser. Pues está actitud de huida nos divide y fragmenta de la realidad, de lo que soy. Y si hay división, la energía que nos llega también es fragmentada, no llega en su totalidad para poder resolver los problemas de la vida. Pues para que llegue la inteligencia, la energía ha de ser en toda su plenitud en nosotros, sin ningún impedimento.