Jose. ‘Cuando estamos sometidos a normas y comportamientos sanos, es cuando estamos libres’. Pero eso es si creemos y nos queremos someter a esas normas y comportamientos que creemos sanos y saludables. La libertad es un estado interior, algo que a unos les parece irracional pero a otros no: los guerreros que dicen que entregan su vida, que aceptan su muerte violenta por una causa, idea o teoría, ya sea política, religiosa, familiar, de disputas; o los homosexuales que se contaminaban con el sida, porque su pareja ya la tenía y querían pasar por lo mismo que ella.
Tan sensibles que dicen que son Obama y los americanos, con su bandera, su honor y humanismo, etc., ¿por qué no cierran el campo de concentración de Guantánamo? Porque es que los norteamericanos, son igual de brutales, crueles, vulgares, como cualquier persona: somos ávidos de venganza.
Ayer te vi cuando informabas sobre los problemas políticos. Gracias.
Pero lo que no tiene ninguna lógica es que una persona, tan sana y fresca, ágil, cool –no te conocía antes de estar en política-, esté en ese grupo político. Y que estés bajo el poder de esa mujer tan freak, nacionalista centralista fascista española, que es la que manda.
Sé que puedes decir que los otros políticos mandones, son igual de freaks, son igual de nacionalistas centralistas españoles, son fachas, corruptos, etc. Pues entonces, ¿cómo vas a no contagiarte de esa corrupción e inmoralidad, al aceptar tanta maldad, tanta falsedad y mentira? Por eso, al oírte ayer tus palabras, tan bien puestas, tus informaciones con tanta cordura, me llega la duda de que si sólo serán palabras vacías: al Igual cuando interpretas un papel en el cine o en el teatro, que por difícil que sea lo haces que parezca viable, verdadero.
Los demás pueden informar, pero no ayudar. Porque para ayudar a alguien hay que estar desacondicionado, liberado totalmente. Y una persona liberada no se conoce, dudo que la haya habido. Pues la mente es global, todos participamos de ella, y a menos que toda la mente global cambie y se libere, no puede haber liberación personal, particular, de una sola persona.
¿Lo que digamos asertivamente tiene algún valor? No lo tiene, porque nadie puede saber cómo va actuar en el futuro. Solamente cuenta la acción en el ahora. Ya que al cabo de un segundo, un minuto, una hora, todo puede cambiar.
Cuando decimos a alguien: ‘No estás en su vida porque alguien ya tiene ese lugar y sabes que jamás lo ocuparás’, entonces ya nos hemos bloqueado y no podemos seguir. ¿Hay alguien que sabe todo lo que tiene que suceder? Eso no es posible. Por tanto, la vida siempre tiene las puertas abiertas de parar en parar, para poder ver todo lo que es la vida y lo que ella pueda traer. Y la vida, vivida de esa manera, es la llegada de lo nuevo, lo que nadie ha tocado: ni la mente, ni los astrólogos ni adivinadores, ni los que dicen que saben. La vida es un misterio que sólo se puede vivir, porque los misterios no se pueden desvelar ni adivinar.
Hacer todos juntos algo, por sagrado que digamos que es, sin estar liberados del condicionamiento, del ‘yo’, el resultado va a ser más de lo mismo: división, brutalidad, crueldad, violencia y guerra, con los que también se juntan por otra idea o teoría que dicen que es la verdad, lo sagrado: una creencia religiosa, un país o nación, una idea política o económica.
Salvo en el ámbito técnico y material, somos los mismos que éramos hacen un millón de años: divididos, enfrentados, crueles y violentos. Seguimos programados y condicionados como lo están los animales. Y por eso, somos territoriales, necesitamos los clanes familiares, las naciones y sus nacionalismos, las teorías religiosas o políticas, o de otra índole. Y por eso, es que seguimos teniendo miedo. Y mientras necesitemos todo eso, seguiremos insultándonos, agrediéndonos, echándonos bombas, haciendo genocidios, seguiremos con las matanzas en masa que es la guerra. ¿Nos preguntamos alguna vez por qué es que tenemos miedo al otro, que creamos las fronteras, los ejércitos, los hombres armados?
Como todos los ricos de su edad, él querría volver a los años 1950, donde los ricos mandaban y hacían lo que querían. Es un señorito venido a menos, que a medida que se hace viejo va hacia los suyos: la derecha carca y descarada, y su beatería.
La soledad no es negativa, lo que es negativo es estar aislado. Pues uno que quiere estar solo, puede ir a cualquier parte, puede hablar con cualquier persona, recibir en su casa. El aislamiento, al contrario es el que no se puede comunicar con los demás, aunque estén juntos, por eso rehúye la relación, se encierra en su casa u otro lugar donde está a gusto. Pero ese aislamiento, es el que nos hace que seamos neuróticos.
Creo que tú, Cynthia, es la que no te has informado lo bastante. Cuando finalizó la segunda guerra mundial, en Palestina -Israel no existía legalmente-, que era de dominio inglés, había muy pocos judíos que vivían integrados con los árabes. Pero cuando empezaron a ir a Palestina, miles y miles de judíos que vivían esparcidos por todo el mundo, es cuando surgieron los problemas. Porque no había bastante tierra para los que llegaban, por lo que tuvieron que entrar en conflicto con los árabes palestinos. Ahora en Israel son unos diez millones de habitantes.
El problema es que te identificas con una raza, una religión, una creencia, y todo eso te condiciona para ver la realidad, la verdad de lo que sucede. Si no te libreras de tu condicionamiento como judía –como otros pueden tenerlo de latino, de anglo o de nórdico-, entonces estás bloqueada, porque esa creencia con la que te identificas te divide de los demás, te aíslas, hace que inventes la realidad que más te gusta y conviene. Cuando la realidad, es lo que es, y que no es ni tuya ni mía ni de nadie, nos guste o no.
Digamos lo que digamos entre dos personas, si no se entienden es algo normal. Pero lo que no podemos negar es que si yo tengo un conflicto contigo, tendré algo de responsabilidad, ¿no, Juan Manuel? Eso se ve claramente en los divorcios, las dos partes se acusan diciendo que todas las maldades son del otro.
¿Vale la pena decirlo una y otra vez algo que hace setenta años que pasó, si eso nos sigue persiguiendo como una losa que nos divide? Dicen que al muerto tierra con él. Porque el presente de la vida ya tiene bastantes retos que nos desafían. Ahora hay otro campo de concentración, Guantánamo. ¿Qué hacemos para que no exista ningún campo de concentración? Mientras estemos divididos como judíos, germánicos, latinos, musulmanes, hindúes, capitalistas o socialistas, estaremos construyendo sin darnos cuenta más campos de concentración. Porque la división genera conflicto, odio, agresividad y violencia.