1. Así es, estamos condenados por nuestros deseos y actos siempre huyendo, creyendo que conseguiremos encontrar la felicidad. Pero la felicidad es en el presente, es ahora, no una proyección. Pues si huimos y proyectamos -que siempre va a ser por miedo, por egoísmo, por ignorancia-, esto provoca el desorden y el caos en que vivimos.
2. Paloma Salvador, J. Krishnamurti Online coordinator.
Apreciado Paloma. Te envío este texto como respuesta a la tuyo, que tú me has enviado. Gracias. (Te lo envío bilingüe por si entiendes el español).
Para hacer algo, para responder a un reto ya sea de la naturaleza, como de las personas, uno tiene que ser capaz de percibir, de ver eso que tenemos delante claramente. Y para percibir, ser conscientes de todo lo que sucede, necesitamos tranquilidad, silencio, orden, el fin de la confusión.
Pero la pregunta es: ¿Qué es lo que hace posible que unos –aunque pocos- puedan percibir y ver lo negativo y descartarlo y otros no? Porque alguien puede tener silencio y orden, pero su manera de vivir es corrupta e inmoral. Lo que quiere decir que tiene un orden externo, superficial.
Así que, es un misterio, ya que no sabemos el por qué unos pueden ver y otros no.
Y si es que vemos de verdad, nos daremos cuenta que uno nada más puede ir más allá de todo lo que es la vida, de las malas relaciones, de las desgracias y enfermedades, de la vejez y su belleza, de los terremotos, de la violencia, las guerras, etc. Ir más allá quiere decir que nos movemos con la vida, como si fuéramos con la corriente incesante de un río, con todo lo que nos llega, ya sea agradable o no. Y para ello, hemos de morir a cada instante a todo placer, desgracia, alegría, que es el pasado.
3. La muerte no quiere decir que el cuerpo se colapsa y todo se acabó. La muerte también implica morir a las posesiones, a las abultadas cuentas corrientes, a los muebles y la casa, etc. Y también morir al deseo, al instante que acaba de pasar, a lo de ayer, a lo de ahora que está sucediendo, que es todo del pasado.
4. El tiempo no cura nada porque la memoria lo tiene todo registrado, archivado, ya que aunque pasen los años, ya sean cinco o miles, todo lo que nos sucede lo grava. Pero si vemos todo lo dañino de ese pasado que se antepone al presente, dividiéndonos de lo que estamos haciendo, entonces es cuando podemos ir más allá de todo ese pasado, que es el que nos condiciona para que nos dividamos diciéndonos comunistas o fascistas, cristianos o musulmanes, mujeres u hombres, jóvenes o viejos, cultos o incultos, pobres o ricos, modernos o no.
5. Ahora falta saber si esa dirección es la correcta. Porque de ello depende todo lo que vayamos a hacer. ¿Cómo lo podemos saber? Si nuestras relaciones con las personas con las que convivimos no son buenas, porque vivimos divididos, enfrentados, en conflicto, esa dirección, camino o senda, será inadecuada y nos llevará al desorden, la confusión, la amargura.
6. La felicidad no es una idea, un concepto, una teoría, no es un cuento hecho para describirla. La felicidad es comprender lo que nos sucede, ya sea malo o bueno, viéndolo de manera que eso que nos sucede no se puede cambiar y aceptarlo totalmente, sin huir ni querer cambiarlo.
7. Si es que somos sinceros, y realistas, todo lo que queremos tener, y hacemos todo por tenerlo, a la vez nos da miedo de tenerlo. Porque sabemos que eso que vamos a tener, nos va a generar felicidad, pero también problemas y sufrimiento, pues puede desaparecer en cualquier momento. Y aunque haya unos segundos de dolor, eso que nos lo causa pierde todo el valor real. Ya que el dolor que nos provoca, es todo lo contrario de la felicidad que nos proporcionaba, por lo que la amargura resulta insoportable. Ya que es como pasar de lo dulce o lo amargo.
8. Creo que no comprendes el amor, dolo hp. Porque el día que te llegue el amor -que no se puede elegir, sino aceptar y aferrarte a él, aunque en esos momentos no lo veas- sabrás qué es eso del amor. Ya sea de pareja, de una persona cualquiera, de un lugar, de una idea, de una manera de vivir, de la belleza que hay por todas partes, si es que la podemos ver.
9. Gracias, JIm, por tu comentario. Pero eso que os pasa a vosotros, también nos sucede básicamente a todos los demás, con sus propias situaciones y peculiaridades. Pues el miedo y temor a perder algo, a que desaparezca para siempre, nos entristece y deprime, nos genera ansiedad, dolor.
10. El miedo lo podemos racionalizar, explicar, decir que lo comprendemos, pero él siempre estará ahí con nosotros. Por eso, lo que podemos hacer es verlo e ir más allá de ese miedo, sin huir, sin querer cambiarlo ni tocarlo. Y entonces, si somos afortunados es cuando vamos más allá de ese miedo que siempre está ahí.
11. Si decimos: ‘Sus ojos fueron los culpables de todo’, ¿es eso cierto, real, verdadero, o es una declaración retórica y superficial? Todo lo que nos sucede con los demás, está completamente relacionado entre nosotros. De manera, que nunca uno es el único responsable de lo que sucede entre los dos. Porque el mismo hecho de existir, nuestra presencia, desencadena en los demás felicidad y tranquilidad, o desasosiego y temor, miedo. ¿Podemos controlar las respuestas que hacemos a los demás? Superficialmente, sí. Pero, si el reto es perturbador las respuestas son instantáneas, donde le pensamiento no puede aperrear ni seguir todo lo que está sucediendo.
12. ¿Sin perdonar se puede vivir completamente, en el sentido de ser ágil, limpio y fresco ante la realidad, los retos que nos llegan sin cesar? Perdonar, es ir más allá del dolor que alguien nos ha causado. Y ese dolor que nos han causado, ¿qué es si no el pasado, que ya está muerto y no sirve para nada? ¿Comprenden la pregunta? Un muerto no puede hacer absolutamente nada, por tanto no tiene sentido temerlo, tenerle miedo.
Pero el pasado, siendo la nada como es, le damos el mismo valor que algo que está vivo. Y por eso, nuestras vidas son tan amargas, lejos de la belleza y el del gozo del vivir.
13. Recordar el pasado por placentero y felices que nos ponga, ¿tiene eso algún sentido, es eso real, verdadero? ¿Cómo podemos traer al presente algo que ya ha desaparecido, que está muerto? Pues eso, que parece algo propio de locos y sus fantasías, es lo que siempre hacemos, al agarrarnos a lo que hicimos, al agarrarnos a una experiencia o situación que nos dio placer.
Pero la vida no es eso, la vida y su realidad que nos impone, está siempre cambiando, moviéndose, de manera que el pasado no la puede seguir. Pero nosotros eso tan sagrado como es el vivir la vida en el presente, en el ahora, lo convertimos en fealdad por traer el pasado y agarrarnos a él. El pasado no va a desaparecer, pero sí que podemos ir más allá de él, vivir libre de él.